Afrontar una ruptura de pareja no es tarea fácil. Sin embargo, nuestras actitudes y comportamientos pueden hacer que esta experiencia sea más llevadera.
Cuando termina una relación se cierra también una etapa de nuestra vida. Aceptar lo antes posible esa nueva realidad nos facilitará el poder afrontar el duelo con mayor dignidad. De ese modo, podremos rehacer nuestro presente para encarar un nuevo futuro con mayor resiliencia. Ahora bien, lograrlo no es fácil, sobre todo si somos nosotros a quienes abandonan. De ahí, que sea esencial evitar una serie de actitudes y comportamientos.
A menudo, suele decirse aquello de que una relación de pareja trae alegrías, deleites pero también sufrimientos. Todos estaremos de acuerdo con ello. Sin embargo, hay un matiz más que a veces descuidamos. Lo que más recordaremos a largo plazo si ese vínculo se rompe, es el modo en que todo ha terminado. Si hay gritos, reproches, rencores e incluso intentos frustrados por alguna de las partes a la hora de retomar la relación, todo ello queda grabado en nuestra mente como un eco angustiante. Un velo que tarda mucho en escamparse.
“Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá”.
-Miguel de Unamuno-
Hay buenas y malas formas de terminar una relación. Somos conscientes de que hay muchas emociones en juego. Muchas dudas y preguntas que posiblemente se queden para siempre sin resolver. Debemos hacerlo bien, tanto si somos quien dejamos como si somos los abandonados. Evitemos quedar atrapados en esa resina de ámbar donde muchos quedan instaurados durante años sufriendo por ese final, por esa ruptura…
11 actitudes a evitar cuando se termina una relación
A continuación, te mostramos una lista de lo que NO debes hacer después de una ruptura de pareja.
1. Buscar culpables
A veces lo hacemos. Caemos en esos círculos de pensamiento asfixiantes donde decirnos que lo hemos hecho mal. Que deberíamos haber actuado de tal manera. Nos repetimos que tal vez, no estábamos hechos para esa persona, que somos unos fracasados en materia del amor.
¿De qué sirven este tipo de diálogos internos? Obviamente para una cosa: hacernos más daño. No hay que buscar culpables, y menos aún proyectar sobre nosotros esa culpa para boicotear nuestra autoestima. En ocasiones, uno de los dos evoluciona en un sentido diferente al que os unió en un principio, el amor se acaba y no podemos hacer otra cosa más que asumirlo.
2. Intentar retomar el contacto
La relación se ha terminado para ambos. Ha quedado en evidencia un final. Por tanto, lo más recomendable en estos casos es dar paso a un duelo para liberar emociones, desahogarnos y proceder a la aceptación. Ahora bien, si lejos de asumir esa realidad seguimos obsesionados con la idea de intentarlo de nuevo y de contactar, daremos forma a estado tan debilitante como frustrante.
Con ello empeoramos aún más la situación, perdemos la dignidad y la autoestima y nos imposibilitamos a nosotros mismos la oportunidad de empezar de nuevo.
3. Pensar en cómo era tu vida antes
Cuando termina una relación es común quedar atascados en ese pasado reciente. Echamos en falta no solo a esa persona, sino que también experimentamos el vacío de las rutinas de antaño, de esos pequeños detalles que orquestaban nuestras vidas. Ahora bien, debemos reordenar prioridades, y la única prioridad real somos nosotros mismos.
Es momento de avanzar, de pasar página, de crear experiencias y recuerdos nuevos. No leas las conversaciones pasadas, nada de revisar las redes sociales o el correo.
4. “Borrar” todos los recuerdos
Vayamos poco a poco. No siempre es necesario eliminar todo lo que tenga que ver con la otra persona: fotos, regalos, objetos, ropa… Solo déjalo allí. El tiempo te dirá cuándo es el momento idóneo, ese instante en que dejar ir los recuerdos físicos del ayer.
Evitemos hacer nada cuando estamos enfadados, dolidos o llenos de rabia. Lo ideal es aguardar y tomar distancia, porque siempre hay algo que merece la pena ser guardado.
5. Reforzar nuestra duelo con libros, películas o canciones tristes
Nuestro cerebro lo intentará. Nos pedirá que reforcemos su duelo con estímulos que estén a su mismo nivel emocional. De ahí que nos atraigan las películas tristes o románticas, las canciones que hablan de amores imposibles, etc.
Sin embargo, tratemos de imponernos nuevas rutinas. Hagamos cambios, incorporemos nuevas experiencias, nuevos objetivos, hobbies, etc.
6. Esperar que aparezca
Cuando se termina una relación nuestra mente no termina de convencerse. El anhelo y la esperanza siguen ahí. Como alfileres empeñados en hacernos daño. Así que evitemos alimentar el sufrimiento esperando que aparezca. Paseando quizá por la calle donde siempre os encontrabais, yendo a los mismos restaurantes, el mismo gimnasio…
Evitemos fantasear con esos posibles encuentros y apliquemos una mentalidad de crecimiento. Esta etapa ha finalizado y debo empezar una nueva.
7. Pensar que no vales para el amor
A menudo nos frustramos. Nos decimos a nosotros mismos que tras esa relación fallida ya no hay vuelta atrás. Lo mejor, quizá, es cerrar las puertas de nuestro corazón y echar la llave. Evitemos también este tipo de actitud cuando una relación termina. ¿De qué nos sirve? Obviamente para dañar aún más nuestra autoestima.
Somos personas dignas de ser amadas, por nosotros mismos y por quien nos merezca de verdad.
8. Espiar a la ex pareja en las redes sociales
Ese es un tema importante cuando termina una relación. Si tienes una vida activa en redes sociales procura actualizar tu perfil. Aún más, en la medida de lo posible, evita mantener el contacto con tu expareja. Lo preferible en estos casos es dejar de seguir a esa persona para evitar ver sus actualizaciones, para dejar de obsesionarnos, de preguntarnos, de hacernos daño...
Pasa página en tu vida y también en las redes sociales.
9. Cambios drásticos e innecesarios
Cuando damos fin a una etapa es común querernos hacer un cambio físicamente: cortar el cabello, tintarlo de otro color, cambiar de estilo de ropa… Todo ello es positivo si lo necesitamos verdaderamente. No obstante, no hay obligación alguna. No hay por qué dar forma a una imagen que nada tiene que ver con nosotros.
Busquemos únicamente sentirnos bien. Si ese corte de cabello lo puede conseguir, adelante. Si lo que provoca es crear una apariencia que no nos identifica, mejor evitarlo.
10. Alargar el dolor cuando termina una relación
Es cierto que va a doler. Es normal sentirlo, porque todas esas vivencias emocionales forman parte del propio duelo. Y como tal hay que vivirlo sin anestesia, sin paños calientes. Por tanto, si te sientes angustiado/a y triste, llora.
Es importante liberar todo lo que esta ruptura dejó para renovarnos sin cargas negativas. Ahora bien, cuando una una relación termina es recomendable no extender esos momentos de dolor más allá de lo necesario. Mejor mucha intensidad y pocos días.
11. Estar pendiente de la otra persona
Ya no más. No esperes que te llame. Si miras el móvil que sea para ver la hora, pero no para ver si te escribió o si está en línea. No comiences el gimnasio o a hacer dieta solo para parecer más atractivo/a y llamar su atención. No dediques más de 10 minutos de tu tiempo a pensar en esa persona. Es perder el tiempo, la dignidad y tu felicidad. Recuerda que de ahora en adelante, tú eres tu prioridad.
En definitiva, cuando termina una relación, cuando no funciona, lo mejor es dejar el camino libre. Así tendrás la oportunidad de vivir tu vida de forma diferente y conocer personas nuevas.
“El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional”.
-M. Kathleen Casey-