Tristeza, irritabilidad o tendencia a aislarse. Hay muchas señales que pueden indicarte que tu hijo no es feliz.
Llegas a casa y observas que tu hijo no viene a recibirte con los brazos abiertos y con una sonrisa de oreja a oreja. Tal vez esté algo triste, quizás le dé igual que hayas llegado, o es posible que sea una señal que podría indicarte que tu hijo es infeliz.
Todos los padres sueñan con criar niños felices y plenos. Ahora bien, ¿todos tenemos las herramientas adecuadas para conseguirlo? Por desgracia, no siempre disponemos de los conocimientos y las habilidades necesarias para ello.
Afortunadamente, en la actualidad contamos con mucha información de calidad y excelentes terapeutas que nos pueden ayudar en este trance. Por eso, si crees que tu hijo es infeliz, o tiene algún problema y no disfruta de su plenitud infantil, es posible que este contenido sea de tu interés.
Analiza si tu hijo es infeliz
¿Cómo podemos identificar la infelicidad de un niño? La primera opción siempre es la observación. Por eso, es pertinente identificar las señales que indiquen que algo no marcha bien con el pequeño.
¿Qué comportamientos nos deben llamar la atención? En realidad, son comunes y suelen ser significativos en casi todos los casos. El pequeño no juega, es muy retraído, no avanza en el uso del lenguaje y otras capacidades, tiene rabietas constantes… En breve conoceremos más de ellas.
Si identificas algunas de estas situaciones, u otras que puedan parecer alarmantes, tal vez sea el momento de consultar con un profesional.
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Señales de niños infelices
¿Qué señales serán preocupantes? Ampliemos y analicemos algunos indicadores que suelen observarse en los pequeños que no están disfrutando de la vida tal y como se espera.
Recuerda que, un comportamiento inadecuado o preocupante, puede ser la forma en que tu hijo se comunica contigo para informarte de cómo se encuentra. Los niños pequeños no manejan, ni comprenden adecuadamente sus emociones, de ahí que busquen otras formas de pedir auxilio.
Dicho esto, para comprobar si tu hijo es infeliz, está atento a las siguientes manifestaciones.
- Le cuesta sonreír o no lo hace nunca.
- No juega con otros niños (en este aspecto hay que ser cuidadosos, porque es normal que los niños jueguen solos antes de los 4 años).
- A pesar de su buena salud física, se suele mostrar irritable y parece frustrado.
- Su comportamiento cambia de forma repentina sin que haya una causa concreta que lo justifique.
- Suele ser un niño reservado que, de repente, se vuelve agresivo. Si antes no era así, la señal es todavía más llamativa y se ha de tener en cuenta.
- Los cambios de humor no muestran una razón lógica, clara o siquiera aparente.
- Sus emociones son muy intensas y sus respuestas son explosivas (también hay que ser cautelosos en este aspecto, los niños pequeños no cuentan con las herramientas necesarias para manejar sus estados emocionales).
- Enferma de forma frecuente, con síntomas comunes como: malestar general, vómitos o dolor de tripa. En muchos casos, no hay justificación clara para esta situación.
- No tiene ganas de comer.
- Sufre pesadillas o terrores nocturnos.
- Presencia de retrasos evolutivos. Por ejemplo, ya manejaba los esfínteres, pero vuelve a hacerse pipí encima o durante la noche, o sufre escapes incontrolados.
- No tienen ganas de ir al colegio, o puede llegar a mostrarse agresivo o enrabietado para no tener que ir.
- No tiene amigos, o no quiere socializar.
- Si juega en algún momento, lo hace con violencia o mostrándose agresivo y peleón.
- Cualquier cosa le molesta y se queja por todo.
- Tiene una notable tendencia a aislarse.
- No tiene interés en participar en la vida familiar.
Qué podemos hacer
“Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz”.
-Agatha Christie-
Hemos visto señales que nos pueden llamar la atención y que debemos considerar si se observan en los niños. Podrían ser una advertencia, ya que los cambios de comportamiento en los niños siempre marcan modificaciones en su desarrollo.
Si estas señales son continuadas en el tiempo y observamos varias de ellas, será mejor contactar con un especialista que nos ayude.
Por tu parte, será importante trabajar en la comunicación con tu hijo. El pequeño se debe sentir comprendido, atendido, escuchado y pleno. Así tendrá la confianza para explicar si sufre algún problema.
Recordemos siempre la importancia de una actuación temprana, ya que una situación así podría desencadenar en un cuadro de depresión, sobre todo en jóvenes y adolescentes.
Por nuestra parte, tenemos que dar a nuestros hijos tanto amor y apoyo como podamos. Sin olvidar que los límites también son importantes. De esta forma, con normas flexibles y matizadas, podemos ofrecer a los chicos tanta comprensión como seguridad emocional y física. Solo así podremos ofrecerles un espacio donde se sientan libres de expresar sus sentimientos, sin miedo a ser juzgados, castigados o burlados.