Las rupturas son difíciles y dolorosas, pero a veces son necesarias. Trabajar duro para mantener una relación sana cuando no está destinado a ser así puede ser contraproducente y provocar más dolor en el futuro, especialmente si estás ocultando los problemas debajo de la alfombra.
«Dos personas encantadoras podrían tener una relación juntas y podría no funcionar porque no encajan con lo que necesitan el uno del otro«, asegura Susan South, profesora de psicología clínica en la Universidad Purdue.
South ha comentado a Business Insider algunas de las razones más comunes por las que las parejas pelean y se separan, incluso si realmente se preocupan el uno por el otro.
1. Ignoraron las incompatibilidades desde el principio
El compromiso es crucial para una relación sana, pero algunas parejas pueden pasar por alto las incompatibilidades desde el principio para permanecer juntas, afirma South.
Al principio «sienten que pueden superar cualquier diferencia que tengan con esta persona», ha asegurado. Pero eso no siempre es cierto.
«Sea lo que sea por lo que estés peleando cuando inicias una relación por primera vez, eso es probablemente por lo que estarás peleando dentro de 20 años, tu personalidad no va a cambiar demasiado».
Si una pareja no puede enfrentar esas diferencias y aceptarlas, pueden terminar peleando más a menudo porque «una vez que te sientes comprometido con alguien, quieres que funcione», según South.
Pero una vez que las dos parte de la pareja enfrentan finalmente esa incompatibilidad importante, podrían separarse, y desearían haberlo hecho años antes.
2. No están de acuerdo en asuntos importantes como el dinero o los niños
Aparte de las diferencias de personalidad, algunas parejas pueden evitar hablar de puntos de vista importantes y no negociables como las finanzas o la familia.
South ha asegurado que aspectos como manejar el dinero, si se quieren tener hijos y cómo criarlos son algunos de los principales desacuerdos que pueden separar a las parejas. Por eso ha recomendado hablar de ellos antes de asumir grandes compromisos como casarse.
3. No se ayudan mutuamente a alcanzar sus objetivos
Más allá de llevarse bien, South ha explicado que es importante que las parejas se ayuden mutuamente a alcanzar sus objetivos personales, ya sea correr un maratón o encontrar un trabajo diferente.
La profesora de psicología clínica ha citado un estudio que concluyó que las parejas que se apoyan mutuamente en los objetivos prosperan más juntas. Al mismo tiempo, las relaciones no funcionan cuando a tu pareja no le importa o no quiere ayudarte a alcanzar esos objetivos.
Con el tiempo, si las parejas se sienten estancadas o sin apoyo para lograr sus objetivos fuera de la relación, puede llevar a una ruptura.
4. Cambiaron significativamente con el tiempo y no crecieron juntos
Si bien South explica que las personalidades generalmente no cambian demasiado con el tiempo, puede haber circunstancias en las que una o ambas partes se vuelven muy diferentes a la persona con la que entablaste esa relación por primera vez.
Por ejemplo, si alguien está lidiando con problemas de salud mental no tratados, puede crear grandes divisiones en la relación. «Esas son cosas que tendrán un impacto significativo en cómo te relacionas con tu cónyuge o pareja romántica», dijo South.
Si ambos pueden crecer y aprender de la experiencia, entonces podrán avanzar juntos. Pero si una persona crece y la otra no, podría llevar a una separación.
5. Se vuelven despectivos en las peleas
Todas las parejas pelean, pero la forma en la que lo hacen puede predecir una ruptura en el futuro.
South dijo que las parejas que «son respetuosas con la posición del otro o al menos pueden encontrar algo de humor en la discusión» tienen más posibilidades de permanecer juntas que las que se desprecian o critican mutuamente.
6. No pueden abrirse completamente el uno con el otro
South asegura que puede haber diferencias individuales en el grado de comodidad que sienten las personas al compartir aspectos personales. Por ejemplo, las personas más extrovertidas pueden sentirse más cómodas compartiendo detalles sobre sus vidas que las introvertidas.
Pero South ha asegurado que también puede haber diferencias en la rapidez con la que queremos abrirnos a ciertas personas. «Si no quieres compartir más, es posible que esta persona no sea la adecuada para ti», explica.
Con el tiempo, una o ambas personas pueden darse cuenta de que hay aspectos de sí mismos que no se sienten cómodos compartiendo con la otra persona, lo que lleva a una ruptura para poder encontrar a alguien más compatible.