El acoso escolar es un tipo de violencia a erradicar desde todos los ámbitos de la vida de los jóvenes. Esto comienza, en primer lugar, por evitar que aparezca.
Son muchos los países que han puesto en marcha estrategias para prevenir el acoso escolar o bullying. No es de extrañar, pues se trata de una cuestión ya visibilizada desde hace más de una década y que se señala como una de las principales causas de trastornos afectivos y emocionales, incluso de suicidio.
Dada esta realidad, es común que las familias se pregunten cómo pueden participar para evitar que sus hijos se vean envueltos en esas dinámicas. Aquí, por tanto, se explorará esta problemática desde un punto de vista integrador, donde tanto parientes como instituciones tienen algo que aportar.
Características del acoso escolar
Muchas personas han sufrido, perpetrado o presenciado acoso escolar. Con el paso de los años, dejó de ser una «cosa de niños» y se empezó a perfilar como la problemática que es: una forma de acoso con graves consecuencias para el desarrollo psicosocial y la salud mental. El bullying reúne una serie de características para ser denominado como tal:
- Continuidad: la conducta de acoso se mantiene en el tiempo y, a menudo, escala.
- Desequilibrio de poder: uno de los objetivos del acoso es dominar y ejercer control sobre la víctima.
- Intencionalidad: el acosador violenta a la víctima a propósito, con el deseo de causar daño, ya sea físico, social o emocional.
- Extensivo: se desarrolla en el ámbito escolar, pero también suele extenderse al resto de áreas de la vida de la víctima gracias al cyberbullying.
- Indefensión: la víctima no puede defenderse ni tiene medios para escapar del acoso, ya sea por un impedimento literal o por el miedo a las consecuencias.
Sin duda, la peor consecuencia del acoso escolar es el suicidio. Se trata de un tema tabú que toma visibilidad en los últimos años para lograr una prevención efectiva. Aunque suele haber dificultades para asociar a los jóvenes con el deseo de morir, la Organización Mundial de la Salud nos revela un dato escalofriante: se trata de la cuarta causa de muerte en poblaciones de 15 a 29 años.
Existen, además, poblaciones con más riesgo de sufrir acoso escolar, como son las minorías étnicas o el colectivo LGTBIQ+.
Estrategias para prevenir el acoso escolar
A partir de estos datos, el miedo a que nuestros jóvenes vivan tal situación está justificado. Sin embargo, la prevención siempre será mejor que reparar un daño ya hecho. Y esta debe provenir de todos los ámbitos que afectan a las personas implicadas. Aquí tienes algunas de ellas, demostradas como eficaces.
1. Promover valores de respeto, tolerancia y paz
La familia puede ser uno de los principales focos de aprendizaje de conductas violentas, pero también la mayor herramienta de educación de individuos en empatía y conductas prosociales. Por tanto, los familiares debemos ser una fuente de ética y un ejemplo a seguir en actitudes pacifistas.
Esto es un trabajo a largo plazo. Quizás todas las personas hemos odiado y discriminado, pero es nuestra tarea revisar las propias ideas y valores de modo constante y, por supuesto, ajustar nuestro comportamiento a dichas normas morales. Transmitirlo a los jóvenes es una de las mejores estrategias para prevenir el acoso escolar.
2. Desarrollar métodos de comunicación y resolución de problemas
Tanto en casa como en el ámbito escolar, aprender a comunicarse de manera efectiva es fundamental. En el hogar es una garantía para detectar cualquier signo de acoso. Por su parte, en el centro educativo debe ser la principal herramienta para resolver conflictos y entrenar a los jóvenes en estrategias efectivas y pacíficas de resolución de problemas.
4. Educar sobre el acoso escolar
Otra de las estrategias relevantes para prevenir el bullying es lograr que sean los propios jóvenes (y sus familias) quienes lo identifiquen e informen de ello. Es importante establecer vías de comunicación sobre el acoso dentro del seno familiar y en el ámbito escolar, a fin de generar una consciencia colectiva de las señales y comportamientos que entran dentro de esta clasificación de violencia.
La información sobre el bullying se encuentra accesible y adaptada para todas las edades. Algunas maneras de fomentar esta educación son las siguientes:
- Instaurar programas de información en las aulas.
- Proporcionar formación en prevención para el profesorado.
- Abordar el debate sobre el acoso de una manera abierta y segura, tanto en casa como en el aula.
- Buscar fuentes fiables y divulgativas de información, como páginas oficiales gubernamentales y estudios científicos.
5. Crear espacios seguros
Es crucial alentar a los jóvenes a participar en actividades que les gusten y a generar grupos de amigos saludables. Como adultos, es nuestra responsabilidad proporcionar espacios donde se puedan desarrollar y socializar sin riesgos.
Un ejemplo de ello son los clubes escolares. Un grupo de lectura resulta la vía de escape de un alumno que se sienta discriminado, pero también un lugar donde encontrar pares afines y donde promover valores de comunidad y respeto. Proporcionar estos espacios en el hogar es buena idea, siempre y cuando la supervisión de los adultos vaya encaminada a favorecer normas prosociales.
6. Una de las estrategias para prevenir el acoso escolar más necesarias: los programas de intervención
Son muchos los estudios que validan la efectividad de los programas de intervención contra el bullying en la escuela. Según un artículo de revisión publicado en la revista Pulso, sobre los programas implementados en España, las estrategias más efectivas fueron estas que ahora listamos:
- Movilización de los observadores.
- Supervisión durante la hora del patio.
- Entrenamiento y reuniones con padres.
- Larga duración de los programas de intervención.
- Métodos disciplinarios o punitivos contra el acosador.
Estos programas son un agente de cambio directo, tanto sobre las familias como sobre la convivencia en los centros educativos. Varios de ellos se valen de grupos de ayuda para alumnos y para familiares, con el propósito de crear espacios seguros y promover una cultura de prosocialidad.
7. Hacer un trabajo socioafectivo sobre el acosador
A menudo se olvida que los acosadores también requieren de una intervención psicológica. Estos jóvenes suelen canalizar sus problemas a través de la violencia y la dominación, sobre todo cuando son víctimas de violencia ellos mismos.
La Revista de Investigación Educativa enfatiza en una publicación la necesidad de trabajar sobre el ámbito socioafectivo del acosador. Hacerle consciente de sus emociones y el porqué de sus conductas será el motor para desactivar el ciclo del acoso.
Estrategias para prevenir el acoso escolar: la implicación sistémica
Nadie es una isla. Aunque tutores y profesorado se unan para luchar contra el bullying, vivimos en una sociedad con valores y prácticas concretas de las que no podemos escapar. El trabajo a pequeña escala y la influencia del medio se modifican mutuamente, de forma que ninguno de ellos se puede ignorar.
Una sociedad que normaliza el acoso fomenta la violencia sistémica. Una entidad colectiva a pequeña escala tiene un impacto social. Por tanto, el último consejo para luchar contra el acoso escolar es tratar siempre de influir en el medio social, creando así un futuro mejor para todas las personas que lo conforman.
Desde controlar los contenidos que se consumen en redes sociales, hasta el más pequeño gesto de amabilidad con el vecino; ningún buen acto cae en balde. El bullying es solo una pequeña parte de la violencia que nos atraviesa, así que trabajemos para que toda ella desaparezca.