7 frases que no debes decirle a una persona con traumas

El trauma demanda más que una pasada rápida. Hablamos de eventos que han dejado un eco poderoso en la persona, que se traduce en angustia y que difícilmente se va a disipar cuando queriendo ayudar, lo que hacemos es decir que no existe ninguna amenaza real.

Nadie es inmune al sufrimiento, a los golpes de la vida y a las tragedias en cualquiera de sus formas. Tanto es así que son muy pocas las personas que logran eludir en su existencia la impronta de un trauma psicológico. Una infancia de carencias, el bullying escolar, la pérdida de un ser querido, una agresión, eventos sociales adversos, una relación afectiva complicada…

La primera vez que apareció este término fue en 1880. Sin embargo, esta realidad clínica ya apareció descrita en los escritos de Heródoto sobre la batalla de Maratón del 490 a. C. El famoso escritor y geógrafo explicó la historia de un lancero ateniense que, de pronto, perdió la visión sin razón ni causa aparente. Más tarde, descubrió que ese hombre arrastraba consigo los recuerdos adversos de una guerra.

Siglos más tarde, y a lo largo de la Primera Guerra Mundial, los médicos y los psiquiatras británicos diagnosticaban a la mayoría de los soldados con lo que definieron como shell shock. Hemos avanzado mucho desde entonces en el tratamiento y abordaje psicoterapéutico de esta condición.



Sin embargo, nuestra cuenta pendiente es la social, la personal, la de la cotidianidad de nuestros vínculos. No todos sabemos cómo dirigirnos a quien nos revela un hecho traumático o hacia quien viene sufriéndolo desde hace tiempo. Lo analizamos.

Saber cómo comunicarnos con quien arrastra consigo una situación de estrés postraumático puede actuar de anclaje y apoyo para su recuperación.

¿Qué no decirle a una persona con traumas?

La palabra trauma evoca una narrativa en la que uno es víctima de un agresor, un evento o una circunstancia ante la cual está completamente indefenso. Tras esa experiencia, la mente se queda atascada en ese suceso, es incapaz de procesarla a una determinada sintomatología. La memoria vuelve con frecuencia hacia aquellos hechos, y cualquier estímulo desencadena el recuerdo.

El comportamiento cambia, la identidad se altera y las emociones están a flor de piel. Cuesta dormir, la ansiedad y el estrés desdibujan por completo la capacidad de control y la sintomatología física, como la psíquica, es tan compleja como invalidante. Y tengamos presente un hecho: no todo el mundo revela el hecho traumático ni se solicita ayuda especializada.

Una investigación llevada a cabo gracias a la colaboración de universidades de todo el mundo señala que más del 70 % de las personas encuestadas para dicho trabajo declararon haber padecido un trauma. El dato abruma, pero es una realidad evidente de la que no podemos ser ajenos. Una persona con traumas necesita apoyo, recursos y comprensión. Todo ello empieza con una correcta comunicación.

Comprendamos qué frases, expresiones y comentarios es mejor evitar y su razón.

El trauma es un hecho inesperado que amenaza nuestra vida e integridad. No es fácil procesar esas experiencias y si nuestro entorno no nos apoya o no actúa de la forma adecuada, ese hecho puede ser aún más turbador

1. ¿Por qué me lo dices ahora y no cuando sucedió?

Una persona no siempre revela un hecho traumático cuando sucede, sino cuando puede. Esto se traduce, por ejemplo, en que unos padres pueden no saber que sus hijos sufrieron abusos por parte de terceras personas hasta la edad adulta. Bien es cierto que dichas revelaciones sorprenden y desconciertan, pero es necesario responder a ese desafío de manera correcta.

Lo que más necesita la persona que acaba de hacer un relato de un hecho traumático es que la creamos, que le demos validez sin ningún rastro de reproches y que lo acompañemos.

  • La expresión correcta en estos casos es “gracias por decírmelo y confiar en mí, te quiero y te apoyo”.

2. Sigue adelante, eso es cosa del pasado

Si hay un comentario recurrente y demoledor que escucha una persona con traumas es “pasa página y sigue adelante”. Estas palabras invalidan el dolor presente y, por tanto, invalidan a quien está sufriendo. Los supervivientes de una vivencia adversa ya saben que ese hecho pertenece al ayer, pero ellos padecen aquí y ahora y necesitan ayuda en este mismo momento.

  • La expresión correcta en estos casos es: “ahora estás a salvo y estoy contigo”.

3. A partir de ahora todo mejorará, confía

La tentación de decirle a quien sufre que todo está bien puede ser muy grande; es como si intentáramos que, al chascar los dedos, un problema desapareciera. Sin embargo, para quien sufre, el problema o la preocupación va a seguir existiendo, por mucho que nosotros no la veamos. A su vez, pocas ayudas son menos invalidantes, e incluso hirientes, cuando apartamos de esta manera a los demás y a sus preocupaciones.

Evitemos caer en la inercia de usar esta frase y procuremos básicamente validar todo lo que siente la persona con traumas. No prometamos nada.

  • La expresión correcta en estos casos sería: sé que estás sufriendo, estoy contigo y estás a salvo.

4. Déjame ayudarte

“Déjame ayudarte, hagamos esto o lo otro y verás cómo te sientes mejor”. Muchos se preguntarán qué tiene de erróneo decirle a la persona con traumas que queremos prestarle ayuda y apoyo. ¿Cómo no hacerlo? Sin embargo, en caso de que no seamos profesionales especializados, es mejor dejar a un lado este intento. Seamos apoyo, pero no busquemos “ser la solución”.

Debemos tener presente que cada víctima tiene unas necesidades, unas particularidades únicas que no siempre hacen fácil prestar esa ayuda. Podemos quedar frustrados y elevar el sufrimiento de la otra persona. No carguemos sobre nosotros la responsabilidad de la curación del otro.

  • La expresión correcta en estos casos será: ¿qué necesitas? ¿Cómo puedo ayudarte en este momento?

5. Tienes que aprender a perdonar

En esos casos en que el trauma parte de una agresión o un abuso, es común que le recomendemos a la víctima que perdone. Sin embargo, dar o no el perdón no siempre es la solución, ni tampoco un paso obligatorio para superar un trauma. Por lo general, quien padeció este tipo de vivencias arrastra consigo una combinación de miedo, ira y angustia. 

Permitamos que primero se trabajen esas emociones. Nadie podrá dar paso al perdón si aún está atenazado por la rabia y el dolor.

  • La expresión correcta en estos casos será: “sé que estás enfadado y que sientes rabia, es comprensible”.

6. Esta experiencia te hará más fuerte

No todos los sufrimientos nos imprimen fortalezas, ni hay que padecer para saber qué es la vida. El dolor, la mayoría de las veces, solo es eso, una herida que debemos sanar para volver a respirar, un hecho traumático que hay que superar para poder avanzar. Procuremos, por tanto, caer en la manida idea de que la persona que ha pasado por algo adverso será, obligatoriamente, más fuerte.

  • La expresión correcta en estos casos será: “sé que esta experiencia te ha marcado de manera profunda”.

7. Tienes que hablar de tu experiencia, dejarlo fuera

El superviviente de un trauma hablará de lo ocurrido cuando se sienta listo y preparado. Pensemos que, a veces, tener que relatar ciertas cosas les hará vivenciar de nuevo un sufrimiento ante el cual no todos sabremos cómo actuar. Permitamos que avance en ese viaje en un entorno terapéutico y especializado.

Intentemos no ejercer presión, porque a veces se necesitan de otros mecanismos terapéuticos para manejar el trauma. No pensemos que por dejar fuera lo que hay dentro todo se resuelve por arte de magia. Hay un proceso y hay unas pautas.

  • La expresión correcta en estos casos sería: “si necesitas hablar lo que sea, estoy aquí para ti”.

Para concluir, es muy posible que con este listado de frases que no hay que decirle a alguien que esté batallando con un trauma, se haya roto algún falso mito. Sea como sea, si de verdad deseamos ayudar a alguien en estas circunstancias, conseguiremos mucho permaneciendo cerca y acompañando -sí, es algo que requerirá un esfuerzo, ocupando por un tiempo una posición en la que quizás no estemos del todo cómodos, pero precisamente esto es lo que significa cuidar verdaderamente de alguien-.

Valeria Sabater.

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