La soledad puede ser una gran aliada, siempre y cuando se escoja. Aquí tienes algunas muestras de en qué te beneficia no convivir con nadie en el hogar.
Si conoces a alguien que tenga la suerte de permitirse una vivienda sin ayuda, seguro te hablará de las ventajas de vivir solo. Aunque para algunas personas resulta complicado pasar tiempo en solitario, también es posible disfrutar sin convivir con otros.
No se trata solo de hacer lo que se quiere cuando se quiere, sin dar explicaciones. De hecho, es posible encontrar placer en gestionar la vida diaria y no depender de alguien para el ocio. En esta lectura revisaremos esas ventajas que brinda la soledad en el día a día.
¿Se puede disfrutar la soledad?
La soledad no deseada es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades coronarias, abuso de sustancias o depresión, entre otras cuestiones de salud, señala un artículo en los Cuadernos de Trabajo Social. No obstante, si este estado es voluntario, como cuando alguien se independiza en solitario, se habla de soledad elegida y no de aislamiento social o deterioro de las relaciones.
Y es que la soledad, voluntaria y bien gestionada, es una oportunidad para cultivar la independencia y la autenticidad. Como indican un estudio, publicado en Personality and Social Psychology Bulletin, estar a solas con uno mismo tiene ciertos efectos beneficiosos; enseguida los listamos:
- La soledad elegida conduce a la relajación y la reducción del estrés.
- Se incrementa el autoconocimiento y se fomenta la autonomía personal.
- Los estados emocionales positivos no se disipan cuando la persona está sola.
- Cuando se realiza una actividad en solitario de manera voluntaria se favorece la autorregulación.
- Las experiencias afectivas de alta intensidad, tanto positivas como negativas, se desactivan antes.
Ventajas de vivir solo y ser independiente
Pasar tiempo con uno mismo ayuda a conectar con las propias emociones y a gestionarlas mejor, sin interferencias externas. Sin embargo, las ventajas no se quedan en las mencionadas más arriba. Veamos otras igual de interesantes.
1. Favorece la autogestión
Vivir solo implica un mayor número de toma de decisiones, ya que no existe nadie que lo haga por ti. Esta necesidad de mantener la vida cotidiana en orden acaba por dotar de estrategias que elevan la eficiencia y eficacia en la ejecución de tareas. A su vez, conduce a sensaciones de logro personal y satisfacción. Dicho en otras palabras, se apuesta por la autonomía, la independencia y el empoderamiento.
2. Introspección mejorada
La soledad proporciona un espacio tranquilo para explorar los pensamientos, deseos y objetivos personales sin influencias externas. Si bien vivir solo no elimina el efecto de las relaciones personales en el autoconcepto, sí le da más espacio a la reflexión y, en definitiva, a pasar más tiempo con uno mismo.
3. Aumento de la creatividad
Quienes disfrutan la soledad, a menudo, necesitan un ambiente tranquilo y sosegado para sacar sus ideas a la luz. Es algo observado ya en ambientes escolares, donde los infantes a los que se les permite trabajar en solitario cuando lo requieren tienden a rendir mejor. Así lo detalla una tesis de la Universidad de Toronto.
Esto no está necesariamente relacionado con la introversión, pero muchos individuos introvertidos son más creativos cuando tienen tiempo para sí mismos.
Por otro lado, el hecho de no contar con ayuda para resolver los problemas del día a día también fomenta la creatividad. La persona que vive sola, al tener que enfrentarse a contratiempos, se ve obligada a esforzarse más por encontrar una solución.
4. Es una vía de escape
Las relaciones interpersonales se complican para todo el mundo, en alguna ocasión. Por eso, una de las ventajas de vivir solo es tener un espacio seguro al cual volver cuando así ocurre, en el que se pueden gestionar las emociones sin interferencias ni exigencias externas. De esta forma, los estados emocionales intensos se regulan con más rapidez.
Además, la independencia sin acompañantes reduce la exposición a conflictos. Si bien aquellos que se producen fuera de casa son inevitables, el número total de encuentros desagradables se reduce cuando alguien vive solo, de manera que su estrés relacional se verá reducido.
5. Mayor flexibilidad mental
Como se comentaba, ante los desafíos y cambios inesperados, las personas que viven solas tienden a desarrollar una mayor capacidad para encarar y superar obstáculos. El constante enfrentamiento con la incertidumbre fomenta la flexibilidad mental y la resiliencia.
6. Espacio personal
Otra de las ventajas de vivir solo es la posibilidad de dedicar todo el tiempo libre a los intereses personales. Aunque algunas formas de ocio se orienten a la socialización, siempre será bajo el criterio de la persona y no necesitará rendir cuentas a nadie en casa
7. Relaciones significativas
Alguien que valora su tiempo en soledad tiende a ser más selectivo con sus relaciones personales. Estas suelen ser pocas y profundas, por lo que procuran que sean sanas y aporten positividad a la vida.
Esta tendencia, relacionada con la introversión, no tiene por qué ser un perfil inamovible. También existen individuos cuya socialización es un pasatiempo y establecen relaciones más superficiales.
Disfrutar de la independencia a cualquier edad
La elección de la soledad es lo que marca la diferencia entre obtener las ventajas de vivir solo y sufrir graves consecuencias para la salud. La soledad elegida ayuda a evitar situaciones desagradables o dedicar tiempo a tu ocio personal.
Por eso, si te planteas independizarte sin nadie más (y tu economía lo permite), no dudes en utilizar esa oportunidad para conocerte de un modo profundo. Encontrarás que dentro de ti hay más de lo que creías.