9 frases que dicen las personas que han superado una depresión

La depresión no aparece por falta de actitud o de fortaleza. Quienes han superado este trastorno psicológico lo saben bien y durante ese viaje de altibajos, aprenden valiosos aprendizajes que todo el mundo debería comprender. Los analizamos.

“En este momento no tengo depresión. La tuve durante años, pero ahora, cuando llega la lluvia, llueve, pero no se queda. No se queda lo suficiente para sumergirme y ahogarme”. Estas palabras son del actor Jim Carrey, quien no hace mucho describió su experiencia con el problema de salud mental que afecta a cerca de 350 millones de personas en todo el mundo.

Nadie es inmune a la depresión, tanto es así que hasta podemos padecerla a pesar de tenerlo todo: una familia perfecta, un buen trabajo y estabilidad económica. Porque esta entidad silenciosa y sibilina llega sin que te des cuenta, haciéndote creer que vales menos que un papel bajo la suela de un zapato. Convenciéndote, incluso, de que estás solo y no mereces ser amado.

Hay infinidad de causas que pueden mediar en su lenta, pero peligrosa aparición. A veces, los antecedentes familiares y biológicos se alían con los traumas infantiles o con sucesos imprevistos. Esos que llegan y nos superan, situándonos contra la pared y con escasos mecanismos de afrontamiento. Nadie es culpable de su trastorno depresivo, pero todos somos responsables a la hora de encararlo.

Por ello, quienes han realizado ese viaje complejo, lleno de picos y valles, de épocas complicadas y momentos de claridad, saben que se puede superar una depresión. Es más, esa experiencia deja en cada uno valiosas enseñanzas que vale la pena compartir.

Para afrontar una depresión es necesario cambiar nuestros patrones de pensamiento, mejorar nuestros hábitos de vida y reformular muchos de nuestros propósitos vitales.

Esto es lo que dicen las personas que han superado una depresión

Hace unos meses, un informe de la OMS (organización mundial de la salud) informó que, a raíz de la pandemia, los índices de ansiedad y depresión han aumentado un 25 %. Esto es una llamada de atención a todos los niveles. Hay que despertar conciencias, entender, por ejemplo, que cada vez hay más niños y adolescentes que evidencian problemas de salud mental.

Es imperante poner más medios para dar respuesta a tales necesidades. En un contexto social, económico y hasta cultural tan complejo, los trastornos del estado del ánimo no harán más que aumentar en los próximos años.

Se necesitan cambios, recursos, acabar con el estigma y normalizar el apoyo psicológico. Son muchas las personas que han superado una depresión y estos son los mensajes que nos han dejado:

1. Superar una depresión no va de ser fuerte, sino de tener herramientas

“Tener ánimo, fuerzas, coraje, sacar las ganas, ponerle de nuestra parte”… Quienes están en terapia psicológica saben que superar una depresión no va de ser superhéroes, sino de saber aplicar las estrategias que los profesionales de la salud nos enseñan.

Es saber qué pensamiento elegir cuando surge la desesperanza, es aprender a mirarnos de otra manera, entender qué respuesta dar en determinadas circunstancias… Porque, a veces, es necesario actuar a pesar de no tener ánimos ni ganas. Es una lucha constante contra una versión de uno mismo a la que hay que reformular mediante nuevos aprendizajes y una mirada interna más compasiva, saludable.

2. He aprendido que no estoy solo y que mi mente me engañaba

La depresión alimenta a su portador con enormes mentiras. La más común y peligrosa es hacernos creer que estamos solos, que nadie puede entendernos y que no merecemos ser amados. Es tal el desprecio que una persona puede sentir sobre sí misma en estas circunstancias que su reacción más frecuente es recurrir al aislamiento.

Sin embargo, durante el proceso de sanación y abordaje de este trastorno, uno toma conciencia de esas falsedades que había reforzado. Sí hay personas que nos aman, que se preocupan por nosotros y en cuyo hombro podemos descansar. Darnos cuenta del afecto y comprensión que nos envuelve es uno de los pasos más significativos.

3. Mis emociones no son mis enemigas, ahora las entiendo mejor

Las personas que han superado una depresión adquieren nuevas estrategias para comprender y regular mejor sus emociones. Si antes se quedaban bloqueados por el estrés, la angustia, la irritabilidad, la tristeza o el miedo, ahora ya saben que hay que entender el mensaje de estos estados psicofisiológicos.

Un estudio de la Universidad de Bérgamo destaca cómo la desregulación emocional y los patrones de pensamiento rumiantes conducen a los estados depresivos. Por ello, quienes logran vencer esta condición mental, adquieren un nuevo enfoque sobre el mundo de las emociones. Hay que comprender para regular, hay que regular para responder mejor a cada circunstancia.

La recuperación de un trastorno psicológico nos habilita en mejores estrategias con las cuales hacer frente a posibles baches y desafíos que surjan en el futuro.

4. Hay que tener algo por lo que vivir cada día

Lo contrario de la depresión no es la felicidad, son las ganas de vivir. Porque quienes transitan por este trastorno han perdido los motivos para levantarse cada día. No les falta la alegría, les faltan motivos para estar alegres, motivados e ilusionados.

Por ello, las personas que ya conocen a esta enemiga incómoda y tenebrosa, se marcan metas cada día, clarifican nuevos sueños y propósitos en los que trabajar en cada momento.

5. Tienes que encontrar esas pequeñas cosas capaces de salvarte

Cuando uno queda atrapado en este agujero negro se difuminan las pasiones, las aficiones y lo que tanto nos gustaba. La capacidad de disfrute se desvanece con la anhedonia y solo queda el abatimiento. Por ello, cuando estamos en pleno proceso de terapia, es bueno encontrar nuevas prácticas, escenarios, cosas o sensaciones que puedan salvarnos cuando más lo necesitamos.

A veces es un paseo por la playa. Otras un café y una lectura. Algunas personas encuentran alivio con la escritura, con la pintura, adoptando una mascota, etc. Son pequeñas cosas que despiertan nuevas sonrisas e intereses.

6. No compares tu depresión con la de los demás

Cada persona que lidia con una depresión lo hace con su propio equipaje y circunstancias. No es bueno compararnos con esa amiga que superó su problema de tal manera. No es aconsejable pedir ciertos tratamientos solo porque a otras personas les funcionaron.

Los profesionales de la salud decidirán qué es lo más apropiado para nosotros basándose en la ciencia y en nuestras necesidades concretas. Cada cual avanza en su propio viaje con unos recursos concretos y con sus propios tiempos. No hay prisas, esto no es un campeonato.

7. Hay altibajos y recaídas, pero eso no significa que estés fracasando

Las personas que han superado una depresión saben que dicho proceso no es una línea recta. Los altibajos son una realidad frecuente, hasta el punto de que las recaídas se alzan como un fenómeno común durante los meses siguientes tras haber recibido el alta. ¿Es esto un fracaso? ¿Significa que no estamos haciendo nada bien? En absoluto.

Significa que hay síntomas residuales (patrones de pensamiento, por ejemplo) en los que conviene trabajar. Y tengámoslo claro, no es un “vuelta a empezar”, es empezar desde donde lo dejamos para tomar el impulso que necesitamos en terapia psicológica.

“Hay una grieta, una grieta en todo. Así es como entra la luz”. 

-Leonard Cohen-

8. Tendrás que hacer cambios para los que creías que no estabas preparado

Todo tratamiento psicológico nos empuja a un cambio, a un nuevo escenario donde se sitúa el bienestar que necesitamos. Esto significa que, para superar una depresión, hay que dejar atrás muchas cosas. Porque sanar implica desactivar pensamientos disfuncionales, creencias limitantes y hasta narrativas heredadas que solo han alimentado nuestra infelicidad.

Asimismo, también puede darse el caso de necesitar otro tipo de cambios: terminar ciertas relaciones, cambiar unas responsabilidades por otras, etc.

9. Pedir ayuda especializada es el paso más importante que puedes dar

En el momento en que se cierne sobre nuestra mente la trampa de la depresión, es necesario hacer un ejercicio de valentía. Tal paso no es fácil y es frecuente que muchas personas se resistan a ello.

Debemos pedir ayuda. La línea de salida, la más básica, es expresar a nuestros seres cercanos que no estamos bien. Gracias a las personas que nos quieren tendremos el primer apoyo, uno indiscutible.

El segundo, el más decisivo, viene cuando iniciamos terapia psicológica con un profesional especializado. Esta experiencia es la que más agradecen las personas que han superado una depresión. Encontrar un refugio seguro, empático y válido donde poder expresarnos, ser comprendidos y aprender estrategias con las que trabajar, es la llave que nos permitirá encontrar el bienestar que necesitamos.

Valeria Sabater.

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