9 señales de que una persona que estás conociendo no te conviene

En un mundo en el que vivimos rodeados de personas, el criterio que utilicemos para seleccionar a aquellas que realmente queremos en nuestra vida las marca aún más…

A veces conocemos a personas que, a primera instancia, nos parecen maravillosas. Personas interesantes, buenas, genuinas… Sin embargo, no todas las personas que conozcamos en nuestra vida nos van a “convenir” o a aportar algo realmente bueno (algunas, porque no conectan con lo que necesitamos, otras porque tienen comportamientos tóxicos que nos perjudican…).

En este artículo te proponemos algunasseñales de que una persona que estás conociendo no te conviene, pero antes hablamos sobre qué significa “convenir” y por qué es importante que seamos nosotros mismos quienes decidamos quién lo hace y quién no (y por qué).

¿Qué significa que alguien nos conviene?

Esta respuesta solo la puede responder uno mismo a través de un proceso de introspección personal, de autoconocimiento, de identificación de los propios límites (qué necesitamos y por qué) y de un buen trabajo psicoterapéutico (en algunas ocasiones).

Sin embargo, aunque sea algo muy personal, a grandes rasgos, cuando nos referimos a que alguien nos conviene, hacemos alusión a si esa persona nos hace sentir bien, nos aporta cosas buenas en nuestra vida, nos permite ser nosotros mismos… En definitiva, que nos compensa tenerla a nuestro lado porque su presencia es viento a favor de nuestro bienestar.



Una persona no te conviene cuando…

¿Cómo saber que alguien no nos conviene? Te animamos a reflexionar a través de estas señales de que una persona que estás conociendo no te conviene:

1. Te impide crecer

Según un estudio liderado por Jose Alonso Andrade, de la Universidad de San Buenaventura (Bogotá), las relaciones de pareja con niveles importantes de disfuncionalidad presentan cierta toxicidad para sus miembros al no permitir el crecimiento individual.

Y es que, que la pareja (u otras personas significativas) permita crecer emocionalmente y espiritualmente es una muestra de amor y consideración hacia el otro, ingredientes esenciales para construir relaciones saludables y equilibradas.

2. Te obliga a constantes disonancias

Por otro lado, según el estudio citado, cuando una pareja inhibe nuestra libre expresión psicoafectiva, esto sería indicativo de ciertes niveles de disfuncionalidad y toxicidad en la relación. En otras palabras: cuando una persona no te conviene, te obliga, de alguna forma, a actuar en contra de cómo realmente quieres. Es decir, cuando sientes que tienes que (sobre)actuar o “hacer un papel” para que el otro te acepte o te valide (aunque a veces esto lo hagas sin darte cuenta).

Una persona que vale la pena y que nos conviene nos aceptará por lo que somos y, por lo tanto, podremos sentirnos libres de ser quienes somos con ella, sin necesidad de fingir nada. Además, recuerda que las relaciones saludables se sustentan la igualdad, y esta se logra cuando los diferentes miembros de la relación pueden ser ellos mismos, porque no necesitan máscaras.

“Sé tu mismo, todos los demás ya están comprometidos”.

-Oscar Wilde-

3. Hace que te sientas mal

Las emociones son nuestra brújula más preciada; nos ayudan a saber qué necesitamos en cada momento, y a obtenerlo a partir de regular y dirigir nuestros pensamientos y acciones.

Por ello, si alguien nos hace sentir mal, significa que se ha despertado en nosotros una emoción que nos está diciendo “ojo, por ahí no”. ¡Escúchate! Si alguien te hace sentir mal a menudo, seguramente esa persona no te conviene.

4. Saca lo peor de ti

Dependiendo del contexto, nos comportamos de una manera o de otra. Ese contexto puede ser temporal, pero también social. De hecho, seguro que alguna vez has sentido que una persona parece tener una inclinación natural para sacar lo mejor de ti, y al revés.

No tienen por qué ser las personas más amables, ni las más atentas. De hecho, muchas de esas personas al principio pueden caernos realmente mal, por los desafíos que nos plantean, porque nos hacen sentir un poquito más pequeños de lo que pensamos que somos. Sin embargo, con el paso del tiempo, las aristas encajan y vemos en ellas un constante estímulo para seguir avanzando sintiéndonos mejor.

5. No valida tus emociones

Aunque, insistimos, cada persona deberá identificar qué es lo que necesita del otro para sentir que esa persona “le conviene”, es importante que también te preguntes esta otra cuestión: ¿cómo te hace sentir alguien que no valida tus emociones?

Que por ejemplo le dices que estás triste y te contesta “no es para tanto” (y así en repetidas ocasiones y situaciones). ¿Cómo te hacen sentir estos comentarios? ¿Crees que esa persona te conviene? Te animamos a darle una vuelta.

6. Te juzga o te cuestiona

Alguien que nos aporta, que da luz a nuestra vida, nos acepta tal y como somos, con nuestras fortalezas e imperfecciones. No nos juzga; al contrario, nos escucha, nos da espacio, respeta lo que sentimos sin etiquetarlo como “bueno” o “malo” y nos acepta. Si alguien te cuestiona constantemente o juzga tus decisiones, ¡activa la alarma mental!

7. No te respeta

Alguien puede no estar de acuerdo contigo. Sin embargo, ese alguien no podrá o no deberá pasar ciertos límites. Esos límites los impones tú, y uno de ellos es el respeto.

Al contrario que solemos pensar, no todas las faltas de respeto son intencionales. Muchas personas sabotean nuestra autonomía defendiendo que están actuando a favor de nuestros intereses. Cuando, en realidad, lo que hacen es invalidarnos…

8. Miente

Claro que todos hemos mentido en alguna ocasión en nuestra vida; sin embargo, hemos de diferenciar las mentiras “normales” o crueles de las mentiras piadosas.

Si alguien te miente constantemente, con cosas que no tienen sentido (o que te hacen sentir mal), plantéate seriamente si esa persona te conviene o no.

Además, ¿sabías que una mentira lleva a la otra? Así lo sugiere un estudio llevado a cabo por la University College de Londres, donde los investigadores encontraron que cada vez que mentimos, nuestro cerebro se hace insensible a las emociones negativas que genera la falta de sinceridad.

Y esto haría que las propias mentiras nos llevasen a seguir mintiendo en el futuro, por lo que, estar con alguien que nos miente, puede perjudicarnos, ya que esa persona podría seguir mintiéndonos en el futuro.

9. Sus carencias, en o referido a gestión emocional, te hacen mucho daño

Todos podemos perder el control de nuestras emociones en algún momento; sin embargo, cuando esa pérdida de control (del otro) nos afecta directamente, y en más de una ocasión, esto debería ser una alarma roja que nos indique que esa persona quizás no sea para nosotros. ¿Por qué?

Porque es probable que no se haya trabajado sus cosas y que estas nos perjudiquen. Como dice el refrán, “que cada palo aguante su vela” (debemos responsabilizarnos de nuestra propia salud emocional, y si solos no podemos, pedir ayuda, pero no involucrar o responsabilizar a un tercero).

Para saber si alguien tiene un buen autocontrol de sí mismo, fíjate en si se conoce; y es que, una forma de mejorar el autocontrol es mejorando el autoconocimiento, tal y como sugieren Sandra Cano Murcia y Marcela Zea Jiménez en su estudio “Manejar las emociones, factor importante en el mejoramiento de la calidad de vida”.

Según las autoras, “cuando logramos el autoconocimiento, somos capaces de lograr el autocontrol, pues tenemos conciencia de todo aquello que nos afecta, o nos causa malestar; así mismo lo que nos pone de buen humor y nos alegra la existencia, lo podemos manejar a nuestro favor”.

¿Qué hacer si alguien no nos conviene?

Si a través de estas u otras señales de que una persona que estás conociendo no te conviene, has decidido que no quieres que esa persona en cuestión esté en tu vida (o al menos, en según qué tipo de relación), ahora es momento de pasar a la acción. ¿A qué nos referimos?

A que es momento de que le digas las cosas claras a esa persona, con respeto y asertividad, y a que empieces a delimitar qué personas quieres en tu vida. Puede ayudarte hacer una lista con aspectos que consideras imprescindibles para que alguien se quede o no en tu vida (ya sea un amigo, una pareja, etc.).

Por otro lado, siempre habrá personas a quienes querremos dar una oportunidad, pero valora si te compensa esperar un cambio que quizás nunca llega, o invertir tu energía en “querer cambiar” a alguien. Está claro que las relaciones y los vínculos saludables se construyen, pero si ya partimos de una base complicada, ¿qué frutos nacerán de esa relación? Las relaciones también tienen que ser fáciles (sobre todo los inicios).

Todos tenemos derecho a ser nosotros mismos, pero también, a escoger a quien queremos en nuestra vida con libertad.

Laura Ruiz Mitjana.

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