Amor sociable: el devenir de muchas parejas

¿Qué es el amor sociable? ¿Por qué es esa especie de pegamento que une a muchas personas? ¿Qué implicaciones tiene en la vida de aquellos que lo alimentan y lo comparten? En este artículo vamos a responder a estas y otras preguntas.

Si miras a tu alrededor y comparas las relaciones de parejas que conoces, encontrarás grandes diferencias. Algunas están en sus estados iniciales y otras han recorrido una vida en compañía; las hay que destilan emoción e intensidad, y otras que reflejan una profunda estabilidad (y, quizás también, un profundo aburrimiento). De entre todos los tipos de vínculo que existen, hay uno muy común e interesante: el que se basa en el amor sociable.

Este tipo de amor lo podemos observar en esas relaciones de amistad profundas y genuinas que superan el paso del tiempo, constituyéndose poco a poco en un refugio seguro para sus integrantes. Además, también es muy frecuente identificarlo en parejas y matrimonios con una larga trayectoria. ¿Quieres saber en qué consiste? Te lo contamos a continuación.

El triángulo del amor de Sternberg

A lo largo de la historia han sido muchas las definiciones que se han hecho del amor; pero, sin duda, una de las más relevantes es la que surge del trabajo del psicólogo Robert J. Sternberg. Su teoría triangular del amor incide en que este estado se compone de tres elementos básicos, y en función de las combinaciones entre ellos se encuentran diferentes tipos de vínculos.

Según Sternberg, el amor completo es la combinación de tres componentes:

  • Pasión: hace referencia a la atracción física y al deseo sexual, pero también a la intensidad romántica; a ese deseo constante de buscar al otro y disfrutar con emoción y deleite de su presencia y su compañía. Es muy común en los primeros estadios de la relación.
  • Intimidad: alude a la complicidad, la conexión y la sintonía que existe entre ambos miembros de la pareja. Ese sentimiento de afecto y gran cercanía que surge cuando ambos se van autorrevelando mutuamente y alimentan una profunda confianza.
  • Compromiso: es la intención y la decisión de continuar con el vínculo a largo plazo, de seguir formando parte de él pese a las adversidades y contratiempos que puedan surgir. Alude a la voluntad de crear y sostener un proyecto común.

Amor sociable: la suma de intimidad y compromiso

Como hemos comentado, la pasión es el componente principal al inicio de un noviazgo. Son esas “mariposas en el estómago” o esas intensas descargas cerebrales de dopamina que nos hacen sentir que volamos junto a la persona amada y que nos motivan a continuar buscando su compañía sin nunca cansarnos de ella.

Por el propio proceso natural del amor, esta intensidad se va desvaneciendo o estabilizando y da paso a estados más calmados, serenos y estables. La complicidad, la confianza, la seguridad que nos aporta la pareja es lo que finalmente permite que perdure y que profundice la relación.

Por ello, en aquellas parejas que llevan años juntas frecuentemente se instala el conocido como amor sociable. Este surge de la combinación de intimidad y compromiso, pero carece casi completamente de pasión. Si observas tu entorno, podrás identificar muchas relaciones que siguen está dinámica.



¿Cómo se ve y se siente el amor sociable?

El amor sociable se siente como una relación de grandes amigos. No es como el amor vacío, en el que únicamente el compromiso o el sentimiento de deber sostienen el vínculo. En este caso, hay gran conexión y complicidad, cada uno encuentra en el otro a la persona en la que más confía y a la que acude para compartir sus logros, sus fracasos, sus sueños y sus miedos.

Suele haber un buen entendimiento logrado con el tiempo y con la decisión de ambos de mostrarse vulnerables, apoyarse y vincularse a un nivel profundo. Las personas en este tipo de pareja se conocen muy bien mutuamente, se entienden y se escogen cada día. De hecho, son vínculos muy estables que aportan seguridad. Ambos son, ante todo, compañeros y existe un proyecto vital en común.

Lidiar con la ausencia de pasión es posible

Este es un tipo de relación muy presente hoy en día y para muchas personas no supone un conflicto que así sea. Han asumido que la transformación de su vínculo implica la pérdida de pasión y se sienten cómodos con todo lo que les aporta.

En otros muchos casos, en cambio, esta ausencia genera frustración, insatisfacción e infelicidad. Se extraña ese deseo romántico, esa ilusión por compartir con el otro, un mayor acercamiento físico y una conexión sexual más plena.

Es cierto que el amor cambia con el tiempo y que es común que la pasión se diluya, pero no hay por qué resignarse a esta realidad. La pasión puede recuperarse si existe intención por ambas partes, si se cultiva y no se espera que surja de forma espontánea, si no se descuida la relación en este aspecto.

Por ello, si estás viviendo un vínculo de amor sociable y te gustaría ver resurgir este último elemento ausente, pon manos a la obra. Terapeutas de pareja y sexólogos pueden aportar las claves necesarias para recuperar la pasión y acompañar a la pareja en este proceso.

Elena Sanz.

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