Ansiedad y pérdida de memoria: ¿cómo se relacionan?

La ansiedad mantenida en el tiempo acaba afectando a nuestra memoria. Cada vez nos cuesta más pensar y hasta tomar decisiones.

Olvidar que hoy teníamos una cita. No recordar dónde hemos aparcado el coche o que habíamos puesto algo en el horno. Todos tenemos olvidos de vez en cuando, pero lo cierto es que hay épocas en las que estas situaciones se dan con una elevada frecuencia y llega un punto en el que nos asustamos… Ansiedad y pérdida de memoria presentan un vínculo significativo que vale la pena conocer.

El estado de hipervigilancia constante que define esta condición psicológica reduce algunas funciones cerebrales. Asimismo, es importante señalar que no todas las experiencias de ansiedad tienen ese impacto sobre nuestros procesos cognitivos. Por lo general, es el trastorno de ansiedad generalizada el que más correlaciona con esos fallos de memoria.

Cuando hacemos uso de una atención selectiva desde la que interpretamos y filtramos la realidad partiendo solo de nuestro estado emocional, se da prioridad a unas regiones cerebrales y no otras. En esos escenarios mentales quien tiene el control es la amígdala, esa centinela de la alarma y el miedo que todo lo distorsiona.



Solo importa el actuar o el poder escapar, dejamos de pensar con claridad y hasta la memoria falla…

La memoria de trabajo es la más afectada cuando arrastramos un estado de ansiedad que dura varios meses.

Ansiedad y pérdida de memoria, una relación significativa

La ansiedad generalizada y el estrés agudo tienen un serio impacto sobre nuestros procesos cognitivos. Factores como la memoria, la atención, la capacidad para resolver problemas o la reflexión se ven afectados. ¿Quiere decir esto que perdemos facultades? ¿Se evidencia, tal vez, algún tipo de declive cognitivo? La respuesta es no.

Esa pérdida de memoria no tiene nada que ver con el deterioro asociado a la edad o a las demencias. Este es de hecho un tema que la psicología y la neurociencia lleva estudiando durante décadas.

Sabemos, por ejemplo, que esa situación se revierte cuando la persona sigue una terapia psicológica adecuada. Asimismo, se da otro hecho ansiedad y memoria están relacionados, pero ese vínculo afecta a un tipo particular de memoria: la de trabajo. Conozcamos más datos.

Fallos en la memoria a largo plazo, la que te ayuda a solucionar problemas

El cerebro cuenta con varios mecanismos y formas de almacenar la información. Tenemos la memoria episódica, la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo, la memoria semántica… Ahora bien, la que se ve afectada con los estados de estrés y ansiedad es la memoria de trabajo, que se define por las siguientes características:

  • Está conformada por procesos atencionales y ejecutivos. Es decir, es la que opera con la información cotidiana operativa para que podamos llevar a cabo procesos cognitivos más complejos.
  • Este tipo de memoria es la que nos ayuda a resolver problemas cotidianos.
  • Nos permite, por ejemplo, recordar lo que acabamos de leer o hablar para actuar después en consecuencia.
  • La persona con ansiedad puede quedarse en blanco tras una conversación y preguntarse: “¿en qué hemos quedado al final, qué es lo que me ha dicho?”.
  • Los fallos en la memoria de trabajo provocan que no recordemos las orientaciones para hacer algo o llegar a algún lugar.
  • Provoca a su vez que no rindamos en el estudio, en los exámenes, que tengamos problemas para cumplir con las jornadas de trabajo, etc.

Ansiedad y pérdida de memoria: ¿cuál es la causa?

La Universidad Åbo Akademi y la Universidad de Helsinki llevaron a cabo un estudio en el 2019 con el fin de comprender el vínculo entre ansiedad y pérdida de memoria. Así, algo que queda en evidencia es que estas experiencias solo se hacen patentes cuando más elevada es la ansiedad de la persona.

Lo que provoca este estado psicofisiológico es que los procesos atencionales se vean alterados. Dicho de un modo sencillo, resulta imposible recordar algo cuando en realidad no hemos podido fijar la atención en ese evento en concreto.

El cerebro está sometido a un estado emocional intenso y en esas circunstancias, el área prefrontal, vinculada a los procesos cognitivos, deja de ser eficiente.

Asimismo, hay otro factor asociado y es la falta de un buen descanso nocturno. La ansiedad correlaciona con el insomnioy no tener un sueño profundo y reparador afecta también a la correcta consolidación de la memoria.

Tratamiento para los fallos de memoria asociados a los estados de ansiedad

Sabemos que ansiedad y pérdida de memoria están relacionados. ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Cómo actuar si estamos sufriendo pequeños pero constantes olvidos? Lo más importante es contar siempre con un buen diagnóstico. Descartar problemas de salud es el primer paso y, seguidamente, saber qué tipo de ansiedad padecemos.

En estos casos, cabe la posibilidad de que necesitemos algún tratamiento farmacológico como los ansiolíticos. Sin embargo, es esencial contar siempre con apoyo psicológico para manejar de manera saludable esa ansiedad con adecuadas técnicas de afrontamiento.

Todos disponemos de recursos que, en un momento dado, podemos activar y desarrollar para promover nuestro bienestar.

Esos fallos de memoria se revertirán a medida que tomemos el control de nuestras emociones, pensamientos y conductas. El cambio siempre es posible.

Valeria Sabater

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