Carlos Sarria tenía 20 años cuando falleció en agosto del pasado año 2022. Más conocido como Charlie, en su faceta de Tiktoker, el joven murió como consecuencia de un sarcoma de Ewing que le habían detectado en la cadera en 2018. Su proceso a lo largo de la enfermedad, como el de otros jóvenes implicados con las redes sociales, se hizo rápidamente conocido y reconocido.
Hoy, tras un año sin él (al menos de forma física), la que fuera su novia ha querido dar paso a una conversación que quizás algunos plantean con la imagen en mente de gente mayor porque, claro, resulta lo más natural. Por desgracia, algunas personas son más jóvenes de lo que se tiende a considerar cuando su pareja fallece. ¿Qué hacer entonces?
¿Cómo es querer volver a conocer gente cuando tu pareja ha fallecido? Así abre paso a su reflexión Nerea, conocida en las redes sociales como ‘La nenah brugal’ porque como Charlie, ella también es Tiktoker. Es en este espacio de Internet donde mucha gente adquiere una noción más amplia del mundo, otras realidades posibles, como la de llegar apenas a tu veintena, habiendo ya tenido que superar la pérdida de tu pareja. «Es algo que me preguntáis muchos y es un tanto complicado… Espero que lo entendáis y evitéis comentarios fuera de lugar», dice la joven.
«Una ruptura en solitario»
Basándose en su experiencia, Nerea explica que debido a las circunstancias que llevaron a la muerte de su pareja, Carlos, ambos tuvieron «esta conversación, porque había una posibilidad de que él no estuviese en un futuro». Señala con ello que «fue algo que salió de forma natural», y que eso, precisamente, «ayuda en parte» a abrirse a otras personas de nuevo.
«Al perder a tu pareja, no has vivido una ruptura como tal. Esa persona se fue queriéndote, y tú le sigues queriendo aunque se haya ido», señala la joven. Se trata de un punto de partida para quien se queda, una forma de lógica, la de que «una pareja es entre dos o más personas, pero esa persona no está»: la ausencia que produce la muerte abre paso a unas carencias imposibles de sanar si en la fórmula no entran nuevas personas.
Según reconoce Nerea, cuando partes de esa reflexión y «empiezas a conocer a alguien te sientes culpable. Es un sentimiento inevitable. Sientes que estás engañando a esa persona» (que ha fallecido sin dejar de quererte). Te toca vivir, por tanto, lo que ella denomina «una ruptura en solitario», es decir, un tránsito que inicias desde otro lugar que el rechazo, quizás precisamente desde lo opuesto a eso: «No quiere decir que vayas a dejar de querer a esa persona», pero «si no está no puede solucionar tus carencias».
«Voy a seguir queriéndole toda mi vida»
«Voy a seguir queriendo a Carlos toda mi vida», insiste, y reconoce que es algo que «la otra persona», la que aparezca para compartir a partir de ahora su vida, tiene que entender que ya quiero a una persona, pero no de la misma manera que puedo querer a una persona que está en el mundo físico».
Con más de 2 millones y medio de seguidores, Marina trata así de hacer llegar a la gente que «da igual la edad que tengas. Si has perdido a tu pareja con 60 tienes el mismo derecho que yo con 21» porque, al fin y al cabo, «la muerte es la muerte. Y tú, si quieres continuar, debes comprender que esto forma parte de la vida«. ¿Por qué no podríamos continuar con una u otra edad? ¿Por qué habría que hacerlo de una única forma establecida?
«¿Cuánto tiempo tiene que pasar?», dice, «eso es decisión tuya. Y si alguien te juzga por continuar con tu vida, el problema lo tiene esa persona». Desde luego, su mensaje ha llegado, y entre reflexiones al hilo de lo que expresa y muestras de respeto, un comentario se repite en múltiples palabras: «Mereces volver a amar y ser amada».