Cómo mejorar como psicólogo: 6 claves

¿Cómo podemos mejorar nuestra práctica profesional? ¿Qué estrategias podemos poner en marcha para ayudar más y mejor a las personas que nos piden ayuda? ¡Vamos con ello!

La labor del psicólogo no es fácil. Sin distinción, todos nos enfrentamos a una serie de cambios en la realidad y en el imaginario. Esto nos convoca a leer, estudiar, investigar y transformarnos en nuestro quehacer como profesionales, pero también como personas.

Nuestra carrera es un reto y nos lleva a cuestionarnos constantemente, lo cual es bueno si pensamos en la necesidad de hacer cada vez mejor nuestra labor. Recordemos que nuestro trabajo incide directamente en otros seres humanos y tiene un impacto social fundamental. Por esta razón, en este artículo encontrarás algunas claves para mejorar tu desempeño como psicólogo.

Claves para mejorar nuestro rol de psicólogos

Los psicólogos llegamos a muchas personas en diferentes contextos y momentos -normalmente hay un factor común: existe una inquietud que les ha llevado a pedir consulta-, teniendo un papel fundamental en la vida de ellas, pues incidimos directamente en su salud mental y bienestar. De ahí la importancia de dirigir nuestras acciones para realizar un trabajo óptimo y de calidad.



Las siguientes pueden ser algunas claves a tener en cuenta para mejorar como psicólogo.

1. Aprender constante

La naturaleza de nuestra carrera nos obliga a estar en constante formación, siendo necesaria la actualización de contenidos, a través de formaciones universitarias o por medio de la revisión constante de teorías y métodos actualizados.

Un profesional que tiene acceso constante a la educación puede ayudar a sus clientes o pacientes de una mejor manera, aumentando sus competencias, ya que domina métodos y estrategias de intervención psicológicas específicas para cada caso, dejando de lado la improvisación y la posibilidad de cometer errores.

Sumado a lo anterior, es importante resaltar que el psicólogo debe procurar el acercamiento y la aplicación de intervenciones que cuenten con un respaldo científico.

2. Realizar un trabajo con ética y profesionalismo

Por desgracia, existen prácticas profesionales que no se encuentran sustentadas en el código de ética de la psicología, dejando de lado la normatividad vigente; esto hace que los profesionales incurran en una suerte de errores que tienen un impacto negativo.

En este orden de ideas, resulta indispensable conocer en profundidad las normas de comportamiento profesional existentes –código deontológico-, dejando claro nuestro interés por el bienestar de las personas o comunidades que abordamos.

En el código deontológico encontraremos una referencia para gestionar conflictos de intereses o procedimientos que en el fondo plantean un dilema.

3. Fortalecer y entrenar la empatía

Hablar de empatía como clave para mejorar el rol de psicólogo pareciera innecesario, ya que se supone que es una habilidad inherente a nuestra profesión. Sin embargo, existen muchos profesionales que, si bien conocen el concepto, suelen aplicarlo muy poco.

La empatía no solo es la puerta para ponerse en el lugar del otro. También implica entrar en su mundo y establecer un vínculo profesional que genere en la persona, el  grupo o la comunidad la suficiente confianza como para que se sienta en un lugar seguro.

Además, cuando empatizamos con el otro, estamos en sintonía con la vocación y la actitud de servicio, siendo el sentido de la profesión.

4. Evaluar periódicamente nuestro trabajo:

Son tantas las tareas que asumimos diariamente que en ocasiones convertimos nuestro trabajo en algo mecánico, lo que impide una supervisión de nuestra práctica profesional. La idea sería poder hacer un alto en el camino y autoevaluar nuestro desempeño, los alcances de las acciones y los resultados de estas.

El proceso de evaluación también podría estar acompañado de feedback por parte de otros colegas, e incluso de las personas o comunidades que atendemos. Esto sin duda nos permitirá establecer planes de mejora, tales como aumentar conocimientos o modificar las intervenciones que estamos realizando, con lo que fortalecemos nuestras habilidades y aseguramos nuevos aprendizajes.

5. Cuidar la salud mental

Nuestro trabajo puede llegar a ser realmente agradecido. Tener el conocimiento y la motivación para mejorar la vida de otros, y hacerlo, quizá es lo más cercano que existe a eso que llamamos magia. Por no hablar ya de lo que puede significar hacer de ello una profesión.

Sin embargo, no es menos cierto que en muchos casos nos pasamos el día expuestos a situaciones, por el testimonio de otros, que apuntan directamente a lo trágico de la vida. Si las juntamos todas y nos quedamos con el paisaje que forman seremos capaces de entender cómo pueden producir un gran desgaste en el profesional.

Así, te recomendamos que, aunque seas autónomo, te tomes vacaciones, respetes los fines de semana, incorpores algún ritual para pasar de un estado laboral a un estado no laboral.

Por norma no atiendas llamadas o correos de pacientes fuera de su horario o, por qué no, tú también, de vez en cuando, pidas consulta con un profesional.

6. Enfócate en lo que dominas y te agrada

La psicología es una disciplina muy amplia, pretender saber y dominar todo es poco realista. Intenta identificar tus gustos, tus habilidades y tus intereses dentro de la profesión y enfócate en estudiar y dominar esa área.

Trata de tener un buen conocimiento general, pero no te quedes ahí y apuesta por la especialización; hacerlo te motivará para conocer las principales investigaciones que se realizan en esa especialidad cada día.

Esto también nos anima a dejar de lado ideales de perfección. Cada uno tiene unas destrezas y se trata de un proceso de aprendizaje constante. Lo importante es no pretender abarcar más de lo que podemos o sabemos.

María Betancur.

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