¿Cómo te vinculas con las personas que amas? ¿Estableces relaciones con base en la seguridad emocional o temes el abandono? Si deseas conocer cuál es tu estilo de apego, realiza el siguiente test.
«Seguro, evitativo, ansioso/ambivalente o desorganizado»: ¿cuál es tu estilo de apego? Son muchas las personas interesadas en conocer sus patrones a la hora de relacionarse con los demás. Esa curiosidad nace al ver que varias de sus relaciones fracasan y que el universo del afecto está lleno de caminos sinuosos, de miedos y necesidades no satisfechas.
Si bien los estilos de apego se forman en la infancia y suelen ser duraderos, a veces cambian con el tiempo, a raíz de nuevas experiencias emocionales con otras figuras.
Por ello, tener una idea de cuál es el patrón psicoemocional en la esfera de las relaciones, ayuda a comprender qué aspectos son mejorables para trazar lazos más satisfactorios y duraderos. ¿De qué manera descubrir esta información? A través de sencillos ejercicios es posible.
«El apego es tu mayor fortaleza y tu mayor debilidad. Aunque te da el poder de amar a alguien más que a ti mismo, se hace difícil vivir cuando pierdes algo a lo que estás apegado».
-Shahid Kapoor-
¿Por qué conviene saber cuál es mi estilo de apego?
La teoría del apego (TA) fue formulada por el psicoanalista inglés John Bowlby en los años 70. Más tarde, una de sus alumnas, Mary Ainsworth, amplió estos estudios describiendo tres estilos de apego: seguro, ambivalente y evitativo. Finalmente, en 1986, los investigadores Main y Solomon introdujeron la última categoría: la desorganizada-insegura.
En los últimos años, la TA ha adquirido una gran trascendencia en el ámbito psicoterapéutico. Comprender el estilo que define a cada persona facilita una visión amplia sobre sus necesidades emocionales, historia de vida, modos de relacionarse con su entorno y hasta el origen de alguna conducta problemática.
Investigaciones como las llevadas a cabo en la Universidad de Minnesota, destacan que los tipos de apego inseguro y ansioso en la edad adulta originarían el fracaso de muchas relaciones. Conocer en qué punto de este espectro te encuentras puede resultar muy revelador.
Prueba para saber cuál es mi estilo de apego
Si te preguntas cuál es tu estilo de apego, conviene realizar un pequeño test. Verás a continuación cuatro apartados que evalúan cada tipología mediante diez ítems.
Lee las frases con detenimiento y apunta en un papel con cuántas te identificas. Por último, compara la puntuación obtenida en cada clasificación, para descubrir cuál de ellas te define más.
1. Apego ansioso ambivalente
El apego ansioso ambivalente tiene su origen en unos cuidadores imprevisibles a la hora de conferir seguridad, afecto y atención a sus hijos. Esa incertidumbre y respuesta inconsistente deriva en una falta de coherencia en la provisión de los cuidados, produciendo en el cerebro de los niños una sobre-activación en zonas relacionadas con la ansiedad.
Esa imprevisibilidad proyecta inseguridad, que se termina traduciendo en dependencia emocional hacia los demás; la persona vive con el miedo constante de que el otro se vaya. No es fácil crecer con esa inseguridad afectiva y ambivalencia en los cuidados.
Por otro lado, en la etapa adulta, el hecho de prestar atención continua a lo que hacen los demás produce un gran desgaste cognitivo. ¿Con cuántas de las siguientes dimensiones pertenecientes a esta esfera te identificas?
- Soy posesivo/a y celoso/a.
- Necesito validaciones constantes.
- Nunca me siento bastante amado/a.
- Tengo repetidos altibajos emocionales.
- Mi mayor miedo es que me abandonen.
- Suelo cuestionar mi valor como persona.
- Siempre necesito la atención de los demás.
- Me preocupo en exceso por cualquier detalle de mi relación.
- He tenido muchas relaciones «tóxicas» y basadas en la dependencia emocional.
- Estoy siempre alerta y pendiente de esas señales que puedan advertir que mi pareja me engaña, no me ama o no se interesa por mí.
♥ Número de afirmaciones con las que me identifico: _______
2. El apego evitativo
El evitativo es otro de los estilos de apego que se considera poco saludable. La Universidad de Illinois ya apuntó en un estudio que esta tipología suele predecir la posible aparición de trastornos de ansiedad y depresiones en la adolescencia.
La raíz de ello está en unos cuidadores que no supieron o no quisieron atender, regular o comprender las necesidades emocionales del niño. En respuesta, el pequeño asume que lo mejor para no sentir más rechazo es desconectarse de sus emociones y dejar de expresarlas. Las consecuencias de esta experiencia son inmensas en la edad adulta. Revisa las señales listadas enseguida:
- Me cuesta comprometerme.
- No me gusta expresar lo que siento.
- Sé que suelo ser frío/a con las personas.
- La intimidad emocional me es incómoda.
- Veo muchos fallos y defectos en mis parejas.
- Suelo reprimir mis emociones y necesidades.
- Me cuesta comprender lo que sienten los demás.
- Cuando me piden que exprese lo que siento me enfado.
- Priorizo mi independencia a toda costa en las relaciones de pareja.
- No me agrada compartir mis pensamientos, sueños y deseos con mis parejas.
♥ Número de afirmaciones con las que me identifico: _______
3. Apego desorganizado
Crecer en un entorno familiar hostil siempre tienen un coste: los traumas, los miedos, la disociación y el desarrollo de un apego desorganizado. En este caso, el desencadenante reside en una infancia dominada por los maltratos o por dinámicas muy disfuncionales por parte de los cuidadores.
Estos agujeros negros del pasado se traducen en una tipología que se manifiesta en la madurez del modo siguiente:
- No sé regular mis emociones.
- He tenido parejas que me maltrataban.
- Llevo conmigo muchos traumas no curados.
- Sé que mi conducta es a veces contradictoria.
- Pienso que las personas, en general, no son de fiar.
- Me siento defectuoso/a, con una autoestima muy baja.
- Quiero que me amen, pero me aterra que me hagan daño.
- Sé que en cualquier relación siempre me acabarán dejando.
- Me gustaría amar mejor, pero los miedos y la ansiedad lo estropean todo.
- Necesito tener el control en una relación de pareja para procurar que no me dañen.
♥ Número de afirmaciones con las que me identifico: _______
Si te identificas con patrones de apego desadaptativos, tales como el desorganizado o el evitativo, siempre hay tiempo de trabajar para cambiar ese tipo de vinculación.
4. El apego seguro
El apego seguro habilita a las personas en la construcción de vínculos más saludables, definidos por una buena intimidad emocional, madurez, confianza y comunicación eficaz. Disponer de unos cuidadores afectuosos, competentes en inteligencia emocional y capaces de nutrir las necesidades, dota de fortalezas óptimas para el desarrollo socioafectivo.
Ahora, descubre en esta lista los factores a considerar, para saber si te define este tipo de apego
- No temo que me abandonen.
- No desconfío de las personas.
- Me siento amado/a y respetado/a.
- Tengo una buena autoestima.
- Sé expresar a mi pareja lo que necesito.
- Me comunico de manera asertiva y empática.
- Comprendo y atiendo las emociones del ser amado.
- Me rodeo de personas enriquecedoras emocionalmente.
- Confío en mi capacidad para construir vínculos saludables.
- No me cuesta intimar o construir una buena complicidad con las personas.
♥ Número de afirmaciones con las que me identifico: _______
Reconocer el estilo de apego es esencial para poder hacer cambios y construir relaciones satisfactorias.
Valoración final
Para saber cuál es tu estilo de apego, compara los resultados obtenidos en las cuatro tipologías. Lo común es que, aunque hayas puntuado en todas, sobresalga una. Es decir, los tipos de apego descritos son puros, pero la realidad es que las personas no lo son tanto. Así que, más que un estilo de apego particular, solemos contar con un perfil en el que existe uno o quizás dos un poco más marcados.
Por otro lado, si la complejidad no fuera poca con el perfil, parece que se pueden mostrar diferencias significativas en función del contexto en el que te relaciones. En cualquier caso, el estilo de apego está asociado a lo que se espera de los demás
En este orden de ideas, toda persona ha sido víctima de su propia inseguridad, comportándose en alguna ocasión con un patrón de apego ansioso. Este es un fenómeno normal. La buena noticia es que hacerlo e identificar dicho patrón da información de cuáles son nuestros miedos reales, impidiendo que permanezcan en una capa poco consciente.
En caso de situarte en un estilo de apego desadaptativo, no dudes en solicitar ayuda especializada. Hay terapias válidas que facilitan ese cambio hacia el bienestar y la felicidad