Cómo y cuándo usar un préstamo para consolidar tus deudas

El préstamo del coche, la tarjeta de crédito, la televisión que financiaste, las últimas vacaciones… Tener muchas deudas suele ser una carga pesada, especialmente cuando además se juntan problemas para afrontar todos los pagos.

La solución en estos casos pasa por establecer un plan de pago de las deudas. Diseñar este plan te permitirá saber cuál es la mejor opción para afrontar tus deudas. Puede ser priorizar el pago de las deudas con intereses más altos, las que menos cantidad queden por pagar o consolidar tus deudas en un solo préstamo.



Consolidar las deudas consiste en juntar todos tus préstamos y unificarlos en uno nuevo que sirva para pagar los anteriores. Este proceso también se conoce como unificación de deudas.

De forma muy resumida, lo que se hace es contratar un nuevo préstamo con el que saldar los que ya tenías.

Para qué sirve consolidar tus deudas

La consolidación de deuda no reduce ni te exonera del pago de tus obligaciones, salvo que negocies con tus diferentes acreedores. Lo que hace es unificar las deudas que antes tenías repartidos en muchos créditos en uno solo. Con esto podrás:

  • Simplificar tus pagos. En lugar de tener varios pagos mensuales, contarás con uno solo, el de tu nuevo préstamo.
  • Ahorrar dinero en intereses, siempre que las condiciones del nuevo préstamo sean mejores que la suma de las de los anteriores más los gastos en los que incurras para cancelar y abrir el nuevo préstamo.
  • Pagar menos cada mes por tus deudas, algo que normalmente se consigue alargando el pazo del nuevo préstamo. A mayor vida del préstamo, menor será la cuota, pero también mayores los intereses totales que pagarás.

Cómo consolidar tus deudas

El proceso de consolidación de deudas es muy sencillo. Estos son los pasos que debes seguir:

  • Identifica todos tus préstamos, créditos y deudas.
  • Revisa cuánto pagarás en total por esos préstamos. Calcula lo que te queda por pagar y súmale los intereses y gastos. Hay simuladores de préstamos que te ayudarán con los cálculos básicos, aunque normalmente no incluirán las comisiones por cancelación anticipada.
  • Busca un préstamo en el que consolidar tus deudas. Este préstamo puede ser uno que ya tengas, como tu hipoteca, o uno nuevo. La ventaja de las hipotecas como herramienta para consolidar otras deudas es que su tipo de interés es menor y permiten plazos de amortización mayores.

Cuánto cuesta consolidar tus deudas

El proceso de consolidar deudas en un solo préstamo tiene sus costes. Si optas por hacerlo con un préstamo que ya tienes contratado o con la hipoteca, estos gastos se reducirán.

Con un préstamo hipotecario tendrás que ampliar el capital (y posiblemente el plazo de devolución) a través de una novación.

Esto se traduce en una serie de gastos y comisiones. El primero será la comisión por novación, que oscila entre el 0,1% y el 1%, aunque puede ser mayor según tu entidad.

A estos habrá que sumar la mitad de los gastos de notaría, el registro de la hipoteca y los gastos de gestoría. En algunos casos también puede ser necesaria una nueva tasación de la vivienda.

¿Y con un nuevo préstamo? En este caso seguramente tendrás que abonar los gastos de estudio y apertura, que suelen ser menores que los de la hipoteca.

Si además utilizas los servicios de un intermediario, tendrás que pagar por sus servicios. Hay compañías que además de buscar un préstamo, negociarán con tus acreedores un descuento de la deuda para que pagues menos (aunque también te cobrarán por ello).

Por último, tendrás que afrontar los gastos de cancelación anticipada de los préstamos que tienes ahora mismo. El coste total de estos gastos dependerá del tipo de deuda que tengas. Si la mayoría son de tarjetas de crédito no habrá costes adicionales. Sin embargo, con los préstamos personales sí que suelen existir comisiones por amortización total anticipada.

Cuándo deberías hacerlo

Desde un punto de vista financiero, solo deberías consolidar deudas en dos casos:

  • Si vas a ahorrar dinero porque pagarás menos intereses. Esto es habitual cuando la mayoría de tus deudas provienen de tarjetas de crédito con tipos de interés muy altos que puedes mejorar unificándolas en un solo préstamo.
  • Si prevés que no vas a poder pagar tu deuda y con esta opción podrás reducir los pagos mensuales. Antes de dejar de pagar puedes plantearte esta opción con un préstamo más largo que te permita pagar menos cada mes. La contrapartida es que terminarás pagando más por esa misma deuda.

Dejar de pagar tus deudas generará de entrada más intereses y gastos por la reclamación de deudas. Por eso es mejor anticiparte a ese momento con una herramienta como la consolidación de deudas o presentando ante tus acreedores un plan de pagos. En último caso siempre podrás recurrir a la Ley de Segunda Oportunidad.

Jose Trecet

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