Endeudarse es una de las prácticas más extendidas por los ahorradores para conseguir alcanzar los objetivos vitales más inalcanzable: comprar una vivienda, adquirir un nuevo coche, o pedir un préstamo para las vacaciones soñadas.
Dentro de este concepto los asesores patrimoniales siempre aconsejan lo mismo: que la carga de la deuda no se haga insostenible. Es decir, que no comprometas tu salud financiera a costa de disparar el gasto que tienes cada mes.
Para eso es muy importante hacer un presupuesto y a una planificación financiera. El ahorro nunca debe comprometerse, a pesar del objetivo de alcanzar la tan ansiada libertad financiera. De ahí a que los préstamos que solicites para conseguir esas metas no pueden ser infinitos. Ni mucho menos.
Hay veces en las que aun teniendo un préstamo necesitamos más liquidez, lo que de alguna forma nos lleva a tener que pedir otro préstamo, ya sea al banco o a un familiar. Pero, ¿cómo lidiar en estas situaciones? ¿Cuántos préstamos puedo tener simultáneamente?
La situación de tener contratado un préstamo, no significa que no podamos pedir otro.
Es más, más que del número de créditos, depende de nuestra capacidad financiera. Dicho de otro modo, que te dejen o no ese dinero depende de si tienes capacidad económica para devolverlo.
De este modo, sí se pueden tener varios préstamos simultáneamente, pero más que del número depende de la capacidad financiera del individuo. Ni más ni menos.
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¿Se puede tener un préstamo hipotecario y un préstamo personal en el mismo momento?
Muchas personas tienen dudas de si pueden solicitar un préstamo personal y, de manera paralela, pedir una hipoteca. ¿Es esto posible? Claro que sí. De hecho, hay quienes piden un préstamo hipotecario para pagar su vivienda y otro préstamo personal para hacer una reforma en casa o comprar muebles. Es algo habitual.
Otra cuestión es si esto es o no una buena idea. En el caso de que necesites el dinero y no quieras tener que pedir favores a familiares o amigos, sí. A pesar de que tengas un préstamo vas a poder pedir otro sin problema.
Deberías tener en cuenta que, al tener varias deudas a la vez, aparecerá en tu historial de crédito. Y antes de pedir un préstamo es interesante tenerlo óptimo.
Asimismo, también es interesante que consideres la amortización de varios préstamos en uno, porque te puede salir mejor. Solo tienes que hacer los cálculos oportunos. Se recomienda no ir demasiado al límite. Por ejemplo, los expertos en asesoramiento financiero aconsejan que el porcentaje del sueldo destinado al pago de deudas exceda el 30%.
¿Y qué pasa si supuras ese 30%? ¿Podrás acceder a un crédito? Efectivamente, se recomienda que el porcentaje de salario destinado a pagar todas tus deudas no supere en ningún momento el 30%.
No obstante, existen algunos supuestos que se toman como excepciones. Hay casos en los que se puede ser un poco más flexible.
Por ejemplo, si se tiene propiedades con las que responder o si se gana mucho dinero y se determina que hay más capacidad. Pero es importante conocer estos datos para no endeudarnos más de la cuenta.
¿Y en función a qué factores te pueden dar ese crédito? Fundamentalmente, a algunos como la capacidad financiera o el historial de crédito. Pero, además, es habitual que la entidad financiera compruebe la viabilidad de la operación. Es decir, para qué se va a utilizar el dinero y si la persona tiene capacidad financiera para devolverla.
Hay casos en los que pedir un segundo o tercer crédito se vuelve completamente necesario, sobre todo para hacer frente a deudas con las que no contamos y si no tenemos otra alternativa.
Sin embargo, es importante echar cuentas y ver qué sale mejor; si combinar en uno o tener varios por separado.
Mientras, hay que tener en cuenta que hay cosas que no pueden esperar y que incluso pueden ser vistas como una inversión, dado que no es lo mismo un préstamo para invertir en un negocio o en el pago de unos estudios, que un crédito para pagar las vacaciones de verano.
No todos los préstamos son iguales. Hay créditos rápidos (de importe pequeño) o puede ser un gran préstamo personal para hacer frente a un contratiempo. Por tanto, si ya tienes uno y vas justo, es más fácil que te concedan uno pequeño que uno elevado. Pero es cuestión de hacer un análisis previo.