La falta de sueño es una batalla que enfrentan muchas personas cada noche. Conoce cuánto debes descansar y cómo mejorar tanto la cantidad como la calidad de tiempo dedicado a ello.
Para muchas personas, dormir 6 horas o menos es la tónica habitual de la semana. Sin embargo, ¿son suficientes horas de sueño diario? Todos conocemos la importancia de un buen descanso para afrontar el día, pero en el terreno práctico, no siempre lo hacemos de forma correcta.
De acuerdo con información de la Red Informática de Medicina Avanzada, en la que citan datos de la Organización Mundial de la Salud, cerca del 40 % de la población mundial padece de alteraciones en el sueño. De entre todas ellas, el insomnio es la más frecuente: se estima que afecta entre el 8 y 10 % de los adultos de forma crónica, y de forma transitoria a un 40 %.
Bajo esta óptica, en este artículo veremos por qué es importante dormir y que razones hay para afirmar que 6 horas de descanso se quedan cortas.
¿Por qué es fundamental el descanso nocturno?
El sueño es una función biológica presente en todos los animales. Su competencia no se limita a la recuperación de energía, sino que permite al cuerpo revitalizarse, renovarse y reponerse de los esfuerzos realizados.
Por otro lado, el sistema endocrino también está activo durante el sueño. Un artículo de la Revista Médica Clínica Las Condes apunta que en la fase no REM se produce un pico de hormona del crecimiento. Por esa razón, es importante fomentar hábitos de sueño en la infancia y la adolescencia. La Fundación Española del Corazón menciona otros beneficios del sueño. A saber:
- Protege el corazón
- Ayuda a perder peso
- Reduce la depresión
- Incrementa la creatividad
- Potencia el sistema inmunitario
- Mejora la memoria y el aprendizaje
Qué ocurre en el cerebro cuando duermes 6 horas
Según tu edad, tanto la calidad como la cantidad del sueño disminuyen. No obstante, en cualquier rango etario, dormir 6 o menos horas diarias tiene efectos negativos sobre la funcionalidad diurna. Lo primero que sentirás es que desde que empieza el día te cansas y tienes baja motivación.
Afrontar una mañana no es tarea fácil, pero si dormiste poco, es posible que se convierta en una auténtica montaña de dificultades.
De forma concreta, procesos cognitivos como la memoria, la toma de decisiones y la planificación se verán perjudicados. Te costará más mantener la atención; tendrás que repetir varias veces cualquier información para memorizarla y la capacidad de reaccionar se pone lenta.
Esto se debe a que la falta de descanso afecta al hipocampo, una región del cerebro que tiene un papel protagonista en la memoria y el aprendizaje. Durante el sueño, las conexiones sinápticas en esta área se fortalecen y se regeneran. Si no dormimos, este proceso no se lleva a cabo con la eficiencia natural.
También afecta de manera negativa al volumen del córtex cerebral. De acuerdo con la Fundación GAEM, dormir menos de 7 horas, a largo plazo, se relaciona con una pérdida del volumen cerebral, sobre todo en personas mayores de 60 años.
Asimismo, incide en las emociones. De acuerdo con un artículo de la Clínica Universidad de Navarra, descansar pocas horas produce estados afectivos negativos, como el aumento de la irritabilidad. La amígdala cerebral se vuelve más reactiva, lo que a largo plazo favorece la aparición de síntomas de afectación emocional como la depresión y la ansiedad, estados que se vinculan de manera directa con la calidad de vida.
Entonces, ¿cuántas horas debemos dormir?
Quizás te salte la duda de si es mejor dormir 6 o 7 horas. Como respuesta: la recomendación general es dormir entre 7 y 8 horas, para optimizar el buen funcionamiento del cuerpo y la mente.
El sueño es un proceso que cambia a medida que cumples años. Al depender de la madurez del cerebro, las transformaciones que se produzcan en este órgano repercutirán, tanto en la calidad como en la cantidad. La Clínica Mayo aporta unas cifras de sueño diarias recomendables en función de la edad:
- Adultos: mínimo 7 horas
- Adolescentes: 8 a 10 horas
- Niños de edad escolar: 9 a 12 horas
- Niños de edad preescolar: 10 a 13 horas
- Lactantes entre 1 y 2 años: 11 a 14 horas
- Bebés entre 4 y 12 meses: 12 a 16 horas
Cómo mejorar la cantidad y calidad de sueño
Si sufres de insomnio y no consigues llegar a las horas recomendadas de sueño, te interesará saber qué se puede hacer al respecto. Este asunto es un mal prevalente en la sociedad y existen múltiples líneas de tratamiento para hacerle frente.
Los abordajes más populares para atender el problema se alinean a corrientes conductuales como la higiene del sueño. Esta última es un conjunto de hábitos y prácticas que ayudan a descansar y prevenir desajustes en los horarios.
Se basa en la idea de que, para conseguir un buen descanso por la noche, importa todo aquello que hacemos durante el día, y no se limita al momento exacto de irse a la cama. La organización World Sleep Society establece 10 normas para implementar dicha higiene:
- Utilizar un pijama cómodo y holgado.
- Establecer una rutina habitual para irse a la cama y despertarse.
- Evitar los alimentos pesados, picantes o azucarados en las cenas.
- No tomar alcohol y no fumar al menos 4 horas antes de irse a dormir.
- Intentar eliminar fuentes de ruido y luz lo máximo posible para descansar.
- Mantener una temperatura del cuarto óptima. Esto es que no se pase frío ni calor.
- Llevar un estilo de vida activo, pero no ejercitarse en las horas previas al sueño.
- Realizar siestas cortas en la primera hora de la tarde y que no excedan los 45 minutos.
- Evitar cualquier bebida con cafeína, o estimulantes, al menos 6 horas antes de acostarse.
- Usar la cama solo para dormir y la actividad sexual. No leer, trabajar o jugar en el lugar reservado para dormir.
En cuanto a los fármacos, son una ayuda puntual y bajo supervisión profesional. La mejor opción no es depender de una pastilla, sino educar al cuerpo a que sea capaz de dormir mediante hábitos saludables.
Cuida cuánto y cómo duermes
Una práctica habitual, en la sociedad actual, es sacrificar horas de sueño para ser más productivo en otras áreas. Pero esto es una decisión errónea, ya que la productividad se ve limitada por factores como dormir 6 horas.
Si quieres cuidar tu salud, es importante que prestes atención a tus rutinas, en especial a la alimentación y el sueño. Esta última empieza por registrar el tiempo que le dedicas a descansar. Cuando tengas una cifra, si es menor de 7 horas, realiza los ajustes oportunos para aumentarla.
Por último, recuerda que te puedes apoyar en la higiene de sueño. Las soluciones rápidas son efectivas a corto plazo, lo más recomendable es construir hábitos sólidos y duraderos a la larga.