El autoabandono: 9 pistas para saber si lo sufres

Son muchas las personas que se abandonan a sí mismas, dejando a un lado sus necesidades emocionales e incluso sus valores. ¿Y si también tú te estás descuidando de algún modo? Te damos una serie de pautas.

Hay dos formas de sufrimiento que ningún ser humano debería experimentar. El primero es el abandono en cualquiera de sus formas, ya sea parental, de pareja, amistades, etc. El segundo tiene que ver con la desconexión con nosotros mismos, con descuidar necesidades, emociones, valores e identidades. Curiosamente, esta dimensión que más nos cuesta reconocer.

Aunque el «autoabandono» como tal nos parezca un concepto algo extraño, aparece con demasiada frecuencia. Bien es cierto que siempre estamos con nosotros mismos, que nadie puede escapar de su propia piel. Sin embargo, es común dejarnos de lado hasta el punto de poner en manos ajenas dimensiones que deberíamos nutrir por nosotros mismos.

Esta característica, esa dejadez a la hora de revisar, fortalecer y promover valías como el autoconcepto, la autoconfianza o los valores, suele tener su inicio en la infancia o adolescencia. Haber crecido en un entorno disfuncional y frío emocionalmente nos convierte a menudo en seres desapegados de sí mismos. Algo así tiene un serio impacto para la salud mental.

Comprobemos si también nosotros nos estamos dejando de lado en algún aspecto.

La creencia de que nuestras necesidades no pueden satisfacerse, es una dinámica muy frecuente en el registro psicológico de muchas personas.

Así damos paso al autoabandono

Gabriel siempre le echa en cara a su pareja que lo descuida y que por su culpa no puede rendir bien en el trabajo. Ana atiende todo el día a su madre dependiente, pero cada vez que su amiga Clara la llama porque tiene un mal día, ella acude de inmediato sin importar lo agotada que esté. Roberto se desahoga yendo de fiesta y bebiendo alcohol cada vez que siente ansiedad o estrés.

Estos ejemplos son muestras de cómo las personas nos dejamos de lado, como quien olvida las gafas en un cajón de la mesita. Intentamos movernos por el mundo, pero nuestra miopía severa no nos permite vernos ante el espejo ni caminar por la calle sin darnos de bruces. Autoabandono es descartar o ignorar por completo las experiencias psicológicas internas.

Algo así puede ocasionar situaciones tan diversas y contrapuestas como supeditar a los demás para que validen nuestra autoestima, o bien convertirnos en figuras complacientes sin ninguna autoridad. Desoír lo que necesitamos nos conduce a la disolución del yo, a ese malestar corrosivo que se impregna en toda área de nuestra existencia.

Veamos esas dinámicas que suelen manifestarse cuando estamos dominados por el desapego interno.

El autoabandono es un mecanismo de lenta autodestrucción que nos puede conducir a estados de gran indefensión, como son la depresión, los trastornos de ansiedad, los trastornos de la conducta alimentaria o las adicciones.

1. Culpas a los demás de tu infelicidad

Es posible que tuvieras una infancia difícil y que no hayas tenido suerte en el amor. Sin embargo, la responsabilidad última por promover tu bienestar y felicidad está en ti mismo. Como bien decía el psicoterapeuta Abert Ellis, la mejor etapa de nuestra vida llega cuando nos damos cuenta de que nuestros problemas son solo nuestros.

Dejar de culpar a nuestros padres o a la sociedad nos permitirá asumir las riendas de nuestra vida.

2. No pensar en lo que te duele y distraerte son dos necesidades constantes en ti

Después de un día estresante a todos nos agrada desconectar viendo series o quedando con un amigo para tomar algo. Sin embargo, hay quien de forma persistente acude a cualquier distractor que le evite tomar conciencia de su tristeza, su desafección y su dolor emocional.

Esto puede hacer que uno se vuelque en la comida como mecanismo catártico para aliviar la ansiedad. Ir de compras, pasarse el día jugando a los videojuegos o beber en exceso son también ejemplos de autoabandono.

3. Ser incapaz de poner límites

Los límites son barreras psicológicas que articulamos ante los demás para salvaguardar nuestro bienestar, y para aportar una información necesaria a quienes nos rodean. Llevarlo a cabo requiere de una comunicación abierta y asertiva; algo que, como bien sabemos, no siempre es fácil llevar a cabo.

Ahora bien, quienes se definen por ese descuido o desapego hacia ellos mismos se sienten incapaces de decir «no» a cualquier demanda o solicitud. Se dejan llevar, a todo acceden, todo lo asumen, lo aceptan y avanzan con la corriente por mera inercia. Todo ello se explica por esa incapacidad por salvaguardar las propias necesidades.

4. Falta de autoconciencia emocional

En un trabajo de investigación de la Universidad del Norte de Carolina destaca la importancia de la autoconciencia para el bienestar psicológico. Es decir, ser capaces de conectar y comprender nuestros pensamientos y emociones nos permite tener un mayor control sobre nuestras vidas. También ser más felices en cualquier ámbito de la vida.

Ahora bien, el autoabandono hace que dejemos de responsabilizarnos de nuestras emociones y sentimientos. Esperamos que sean los demás quienes nos den calma cuando el mundo se agita, que sea nuestra pareja la responsable de validar lo que sentimos, de llenar esos vacíos que nosotros mismos no podemos nutrir.

Si te abandonas a ti mismo vivirás en una cárcel de sufrimiento en la que asumir valores ajenos y reprimir muchas de tus emociones y sentimientos.

5. Vives en la evitación constante

Vivir en la evitación es negar los problemas que te atosigan y merman tu equilibrio interno. Hacer uso de forma constante de los más variados mecanismos de escape, hace que vivas en la procrastinación, que no admitas lo que te turba y que estés atrapado en el inmovilismo. Ese tipo de existencia, lejos de solucionar algo, provoca que siempre te sientas frustrado.

6. Autoexigencia excesiva

Cuando el autoabandono se impregna en lo más profundo de tus estratos psicológicos, hace que te conviertas en tu peor enemigo. No te valoras, no aprecias tus logros y la voz crítica alcanza en tu interior unos decibelios ensordecedores.

Además, una realidad que te define es esa autoexigencia que te impide cometer cualquier fallo, que te presiona y te supedita a insufribles estados de ansiedad.

7. Ocultas partes de ti mismo

Inseguridad, miedos, falta de iniciativa… Eres una persona de gran valía y notables competencias, pero dudas tanto de ti misma que prefieres ocultar tus áreas luminosas. Lo haces por miedo a la crítica ajena, a los juicios y a los comentarios que puedan hacer de ti.

Tu regla de supervivencia te recuerda que para evitar ser herido, siempre es mejor esconder ciertas áreas.

8. Eres prisionero de tus dudas

Las personas definidas por el autoabandono están dominadas por los pensamientos rumiantes, esos que oxidan toda valía y que te alimentan de dudas. Esto provoca que dejes de confiar en tu intuición, en tu experiencia adquirida e incluso en tus instintos. Te percibes falible, aunque de cara a los demás aparentes ser alguien resolutivo.

9. Actúas en disonancia con tus valores

No vivir en armonía de acuerdo a los valores de uno duele. Lo hace porque, casi sin darte cuenta, actúas y te mueves de acuerdo a los valores de tu familia o pareja, los cuales pueden estar muy alejados de los tuyos. Son los demás los que te guían y te condicionan en casi cualquier aspecto. Esto deriva en un estilo de vida marcado por la insatisfacción y la infelicidad.

Conclusión

El autocuidado es lo opuesto al autoabandono. Esta es la palabra mágica que debes tener presente en tu interior en caso de que te sientas identificado con las dimensiones aquí descritas. Es momento de poner la mirada en el interior y ordenar ese universo caótico y solitario que dejaste de lado hace muchos años, por las más diversas razones.

Siempre es buen momento para desarrollar adecuadas habilidades de gestión emocional, responsabilidad personal y asertividad. Empieza mirándote al espejo y conectando con esa figura a la que has dejado de lado demasiado tiempo. Esa persona necesita afecto, validación y compasión. En el momento en que la sientas como tu mejor aliada, todo cambiará para mejor.

Valeria Sabater.

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