El duelo por uno mismo como clave para la recuperación

El duelo por uno mismo implica permitirnos sanar a través de la aceptación y la comprensión de las emociones. Es una herramienta que alivia el dolor de los traumas para reconstruir nuestro yo.

El duelo por uno mismo nos permite procesar las emociones difíciles que integran desde los traumas hasta cualquier trastorno del estado del ánimo. Es una labor psicológica de gran valor que implica pasar por diversas etapas. A través de ellas, lidiamos con las heridas y el laberinto de los sufrimientos para dar forma a un yo más resiliente y saludable.

Son muchas las personas que han pasado por un trauma. Cabe la posibilidad incluso de que también nosotros debamos enfrentarnos a una experiencia así en algún momento. Son vivencias en las que se entremezclan realidades que cuesta asumir y entender, hechos que generan rabia, miedo y un elevado dolor.

El duelo por el yo nos sirve para dar nombre a cada experiencia, a identificar emociones y atenuar esas “lesiones emocionales” de una manera más eficaz. Poco a poco, favorecemos esa necesitada aceptación de lo ocurrido para después incluirla en nuestra narrativa psicológica sin el peso del sufrimiento que ahoga y paraliza.

El duelo por nuestro yo no requiere comprender por qué nos pasaron ciertas cosas. Implica, por encima de todo, transformar las emociones para sanar las heridas y permitirnos recuperar el control de nuestras vidas.



El duelo por uno mismo: ¿en qué consiste?

A veces lo notamos. Percibimos que no somos la misma persona que hace unos años y que, de algún modo, lidiamos con una especie de luto interno por ese yo que hemos dejado atrás. Los seres humanos maduramos o evolucionamos de manera natural o bien sucede algo que nos cambia a la fuerza. Porque si hay algo que sabemos es que el destino puede ser cruel, y gusta de hacernos vivir hechos para los cuales no estamos preparados.

Relaciones que duelen, acoso laboral, decepciones personales, agresiones, traumas de infancia o de madurez… Las experiencias estresantes mantenidas en el tiempo dejan marcas y alteran la personalidad. Además, amortiguan la capacidad para mirar al presente y al futuro con esperanza. Y lo que es peor, arrastran consigo el relieve de los problemas mentales y la infelicidad.

El duelo por uno mismo es una herramienta que se usa en la psicoterapia dinámica experiencial acelerada. Este modelo integrativo orientado para el tratamiento de los traumas, los trastornos de alimentación o los problemas de pareja fue creado por la doctora Diana Fosha en el año 2000. Desde entonces, ha adquirido bastante notoriedad, dada su eficacia.

Trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad de Ochanomizu y el departamento de Psiquiatría del Weill Cornell Medical College, destacan su respaldo empírico a la hora de tratar una amplia variedad de síntomas psicológicos asociados a los traumas.

Conozcamos en qué consiste la estrategia del duelo por uno mismo dentro de este modelo terapéutico.

“Transformación”, del sufrimiento a la libertad

El duelo por uno mismo es sanación en movimiento y un acto de valiente transformación. Implica sentir las emociones que integran la herida del trauma, describirlas, compartirlas y aceptarlas. De este modo, algo que señala la doctora Fosha es que uno de los fines de esta terapia es facilitar que la persona pase por una serie de etapas para, finalmente, reinventarse en un yo más auténtico.

El paciente debe entender que tiene en su interior un impulso innato para el crecimiento y la sanación. Esto implica transitar con el propio ser por una serie de fases para explorar la herida, apaciguar el dolor y entender que no somos ese sufrimientoTenemos derecho a la libertad y al bienestar.

Somos seres cuyos trastornos emocionales tienen un origen concreto que hay apaciguar, resolver y sanar. Una vez cauterizada esa herida nos revelaremos en un yo más resiliente. El duelo por uno mismo es un recurso de la terapia dinámica experiencial que busca hacer “florecer” nuevamente a la persona.

El duelo por uno mismo y la positividad: no te compadezcas de ti mismo

La terapia dinámica experiencial acelerada no busca que la persona experimente compasión por sí misma. Va mucho más allá. Está bien sentir bondad hacia uno mismo, comparecerse del propio ser y hablarse con afecto. Pero lo que se necesita realmente alcanzar el empoderamiento psicológico, despertar fortalezas.

El duelo por uno mismo acompaña a la persona a través de las experiencias emocionales correctivas. Consiste en ayudar al paciente a que desafíe sus creencias y actitudes patológicas. Le guía para que tome contacto con estados emocionales más positivos al recordar sus valías y su potencial interno.

Todos florecemos después de un duelo. Así, y aunque no seamos la misma persona que ayer, podemos volver a mirar al presente con positividad tras cerrar esas fracturas emocionales que antes nos invalidaban.

Resiliencia psicológica: el yo dejado atrás que da paso a una versión más fuerte

Si hay un aspecto interesante del modelo de la psicoterapia dinámica experiencial acelerada es que busca despertar las resiliencias humanas. Es un enfoque no patologizante. No se centra tanto en los problemas de infancia o en los aspectos subconscientes como lo hace la terapia psicoanalítica.

Se orienta hacia la curación buscando esas capacidades positivas de la persona, esos recursos que puede desarrollar para dar lo mejor de sí y sanar sus problemas, miedos y angustias. Todos podemos tomar contacto con nuestras emociones positivas y ampliarlas para facilitar el cambio.

El duelo por uno mismo nos debe conducir, poco a poco, a la celebración de un nuevo yo. Lo sucedido y dejado atrás no se olvida, pero podemos aprender a vivir de nuevo, sin sufrimientos y con esperanzas renovadas.

 Valeria Sabater.

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