El efecto Mandela: ejemplos y explicaciones psicológicas

¿Alguna vez te has dado cuenta de que algo que dabas por cierto, en realidad, nunca sucedió de ese modo? Así funciona el efecto Mandela: una realidad forjada con falsos recuerdos. Te explicamos.

¿Dirías que el hombre que aparece en el juego del Monopoly lleva monóculo? ¿Crees que Pikachu, el personaje de la franquicia Pokémon, tiene la punta de su cola negra? La respuesta a ambas preguntas es negativa. Sin embargo, muchas personas responden de manera afirmativa. Y la razón de que sea así tiene nombre: el efecto Mandela.

Tu mente construye recuerdos falsos a los que da veracidad sin ser reales ni haber sucedido jamás. Esto mismo es lo que le ocurrió a Fiona Broome, quien acuñó este término en el 2010 después de darse cuenta de algo. Esta investigadora pensaba que Nelson Mandela había fallecido en la cárcel en 1980, cuando, en realidad, seguía vivo. Su experiencia no fue la única.

A continuación, te explicamos en qué consiste este fenómeno y cuáles son sus principales características.

¿Qué pasaría si te dijera que el mundo que te rodea, con sus ricos colores, texturas, sonidos y olores, es una ilusión, un espectáculo que te presenta tu cerebro? Si pudieras percibir la realidad tal como es, te sorprendería su silencio incoloro, inodoro e insípido.

~ David Eagleman (El cerebro, 2017) ~

El efecto Mandela y las razones por las cuales tu mente te engaña

El efecto Mandela hace referencia a un falso recuerdo compartido por muchas personas. Son situaciones en las que, de pronto, te das cuenta de que has dado veracidad a un hecho el cual, en realidad, no es cierto o nunca llegó a suceder. Y lo que es más llamativo: no eres el único en sufrir dicho lapsus mental.

Un trabajo publicado por la revista Psychological Science destaca algo interesante al respecto. Este fenómeno se asocia, en la mayoría de los casos, a iconos de la cultura popular. Siempre hay figuras famosas, logos de marcas e, incluso, películas que recordamos en masa de una manera, cuando las evidencias nos dicen que fue de otra diferente.

Si te intriga conocer cuál es la causa de dicho efecto psicológico, a continuación, te damos las claves.

Sesgos de memoria: «Luke, soy tu padre»

Cuando se le pide a una persona que diga alguna frase conocida de la saga Star Wars, la más recurrente es esta misma: «Luke, soy tu padre». Sin embargo, esa expresión no es la correcta, porque la que apareció en el Imperio contraataca es la siguiente: «No, yo soy tu padre».

Una de las causas que explican el efecto Mandela tiene que ver con los sesgos de memoria. Muchas veces lo que sucede es que recuerdas de forma incorrecta ciertos detalles e incluso los confundes con información relacionada. Tus creencias, experiencias personales y emocionales condicionan el recuerdo.

En este sentido, tal y como destacan en Behavioral and Brain Functions, la percepción y la memoria, a veces, hacen reconstrucciones incorrectas de la realidad que te rodea. Tal proceso está influenciado por numerosos factores como los ya señalados, y esto da lugar a los molestos falsos recuerdos.

El cerebro reconstruye la realidad: los tirantes de Mickey Mouse

Visualiza en tu mente al Mickey Mouse más clásico, el de los primeros años cuando Walt Disney lo popularizó. Ahora, responde: ¿cómo son los pantalones del famoso personaje? ¿Llevan tirantes? Una parte significativa de la población da veracidad a esta idea, cuando la verdad es que, en su debut en 1928, solo llevaba botones.

Un hecho interesante sobre el cerebro humano es que tiene la costumbre de rellenar información. Tú no eres consciente de ello, pero añade datos a ciertos recuerdos hasta sesgarlos y falsearlos. Una investigación divulgada por Nature Communications destaca que cuando vemos un estímulo u objeto y, después, procedemos a recordarlo, el cerebro puede reformular y alterar ciertos detalles.

La construcción de narrativas: el color de C3PO, de Star Wars

Si te preguntáramos en este momento de qué color es el famoso androide de protocolo de Star Wars, ¿qué responderías? Lo más probable es que tu respuesta fuera la misma que la del 90 % de la población: dorado. Solo los auténticos fanáticos de la saga apuntan un rasgo importante: es dorado, pero una de sus piernas es plateada.

El efecto Mandela está influenciado por las narrativas sociales que nos rodean. Es decir, tu recuerdo también está moldeado por tu cultura y por aquello que recibes de tu entorno. Esto puede hacer que, en un momento dado, integres en tu memoria información incorrecta y hasta incompleta, como con este pequeño detalle de la historia del cine.

Los recuerdos erróneos del efecto Mandela están condicionados también por el contagio social. Las personas nos influenciamos cuando compartimos información. Esto puede hacer que, si alguien ha procesado de forma errónea un acontecimiento, lo transmita a los demás del mismo modo y nadie se detenga a contrastar si esos datos son auténticos.

El efecto de la sugestión: el hombre frente al tanque en Tiananmén

Si hay una imagen icónica del siglo XX, es la de un hombre solitario que se posicionó en frente de un tanque que encabezaba la línea de vehículos militares en la plaza de Tiananmén, en China. Era junio de 1989 y el ejército chino recibió la orden de acabar con la protesta ciudadana. Bien, mucha gente recuerda este momento con un final trágico: aquel joven siendo arrollado.

Sin embargo, tal acto nunca sucedió. No recibió disparos ni fue atropellado. Se le detuvo y su destino fue incierto, pero tal imagen popular no fue real. El efecto Mandela tiene a menudo la facultad de crear para nosotros imágenes desagradables que tampoco ocurrieron. ¿A qué se debe, por tanto, semejante mecanismo cerebral?

Cuando te expones a escenas de cierto impacto emocional, tu mente se sugestiona y, entonces, puedes originar falsos recuerdos. En un artículo de Journal of Memory and Language se profundiza en el hecho de que, en ocasiones, el acto de reflexionar sobre el significado de las cosas que ves hace que la memoria se altere. Casi sin darte cuenta, consolidas una imagen que nunca pasó.

El cerebro prefiere simplificar: la santificación de la madre Teresa de Calcuta

La madre Teresa de Calcuta falleció el 5 de septiembre de 1997, pero su santificación no llegó hasta el 4 de septiembre de 2016. Sin embargo, mucha gente asume que este acto sucedió antes, en concreto, durante el pontificado de Juan Pablo II. La explicación a este despiste o error de la memoria tiene un origen.

El cerebro suele simplificar la información, sobre todo, en lo que se refiere a eventos históricos. Para la mayoría de nosotros es más lógico que esta figura fuera santificada casi de inmediato dada su relevancia. No obstante, pasamos por alto que tal proceso sigue unas pautas complejas que, a la mayoría, se nos escapan. Por eso tal evento no fue efectivo hasta casi 20 años después.

Eres lo que recuerdas, pero, a veces, tu memoria te engaña

Las personas somos nuestros recuerdos. Cada cosa sentida, vista, leída o escuchada edifica la persona que eres. Sin embargo, descubrir de pronto que ciertas realidades que dabas por válidas no lo son, desconcierta. De hecho, te interesará saber que el efecto Mandela también tiene su impacto en el mundo de la música.

Es bastante conocido, por ejemplo, el error que cometían muchos fans de Oasis en su famosa canción de los 90: Wonderwall. La mayoría decía lo siguiente en el primer estribillo: «Today is gonna be the day that it all comes back to you?». Cuando, en realidad, lo que cantaba el grupo era: «Today is gonna be the day that they’re gonna throw it back to you».

Todos estos errores describen un hecho que el neurocientífico David Eagleman explica en su libro El cerebro: nuestra historia (2017). Cada uno de nosotros creamos la realidad a nuestra manera y, a veces, lo que nos rodea dista bastante de cómo lo vemos o interpretamos. Ahora bien, por qué no decirlo, eso es lo que nos hace tan fascinantes y a la vez tan complicados.

Valeria Sabater.

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