Los contratos de alquiler establecen unas condiciones claras por las que un propietario alquila una vivienda a un inquilino, el periodo y las obligaciones de cada parte. Aquí se recogen aspectos como quién paga las reparaciones de la casa en alquiler o las condiciones con las que el propietario podrá solicitar dicha vivienda.
Cuando un contrato finaliza, se rompen todos los derechos del inquilino, por lo que debe abandonar la vivienda. Si no lo hace, ¿el propietario puede desahuciarlo? La respuesta es sí, es totalmente legal aunque tiene algunas particularidades.
La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece que el plazo del alquiler se establece libremente por ambas partes. El plazo mínimo para personas físicas es de 5 años y de 7 años para personas jurídicas, por lo que el propietario tendrá que prorrogar anualmente el contrato de alquiler hasta cumplir el mínimo.
¿Y si el propietario necesita la vivienda para su propio uso? Tendrá que notificarlo por escrito con un plazo de al menos 4 meses de antelación y demostrar que necesita hacer uso de dicha propiedad.
Según la Ley de Arrendamientos Urbanos, el propietario puede rescindir el contrato de alquiler con el inquilino y este tendrá que abandonar la vivienda. Los problemas aparecen cuando el inquilino no quiere dejar la propiedad, sea por este u otros motivos.
El inquilino no se marcha de la vivienda cuando vence el contrato
Si termina el contrato o se rompe por causa justificada como el uso de la vivienda por necesidades del propietario, el inquilino debe abandonar la vivienda. Los inquilinos que no se marchen podrán ser desahuciados siguiendo un proceso legal con la participación de un abogado y un procurador, ha explicado Noticias Trabajo.
El propietario debe presentar una demanda adjuntando el contrato de alquiler que firmaron ambas partes y esperar a que el juzgado la admita a trámite. Posteriormente, el juzgado notificará del desahucio al inquilino, que tendrá dos opciones:
- Oponerse a la demanda e iniciar un juicio.
- No oponerse a la demanda, lo que da la razón al propietario. El juzgado marcará una fecha en la que podrá ser desahuciado si no abandona la vivienda.
El inquilino tiene un plazo de 10 días en ambas situaciones y todo el proceso quedará recogido en un acta legal que expone los detalles del proceso judicial, según la nueva Ley de Vivienda de 2023.
Si es necesario recurrir a un desahucio, conocido en esta parte del proceso judicial como lanzamiento, el propietario puede solicitar que esté presente la policía y un cerrajero para realizar un cambio de la cerradura inmediatamente.