En algunos momentos, por presión social, porque eres nuevo en un lugar o en un trabajo, quieres adoptar una actitud de una persona que está segura de sí misma, que puede asumir el papel de un líder y que puede destacar.
Pero lejos de conseguirlo, la vergüenza, los nervios y el no ser uno mismo y no sentirse en un entorno de confianza hace que se digan algunas frases que, pese a que suenan muy rotundas, denotan cierta arrogancia fundada en algo de inseguridad.
Además de eso, patrones como hablar demasiado, interrumpir el discurso de los demás para hablar tú y llevar la conversación siempre hacia ti hace que los demás no se sientan cómodos.
Para que esto no vuelva a ocurrirte, los expertos de la CNBC, han recogido 10 frases que debes evitar si no quieres parecer un arrogante, respaldadas por expertos en comportamiento y psicólogos:
1. «No es por fardar, pero…»
Si realmente no quisieras presumir de algo, no lo harías. Lo que ocurre aquí es que según lo escuchan las personas desconectan, porque obviamente sí vas a comenzar a fardar de algo.
Además, puede relacionarse con una frase que diría una persona narcisista y que le gusta hablar de ella misma en exceso, así que es mejor evitarla.
2. «Ya lo sabía» o «¿Eso no lo sabe todo el mundo?»
SI alguien te está contando algo y tú contestas: ya lo sabía, estás siendo maleducado, aunque ya lo sepas. Intenta contestar con un gracias o simplemente confirmando la información que te está llegando.
Piensa que a veces la persona que tienes delante no tiene por qué saber que ya sabías algo, o que ya te lo había contado… No es una competición.
- No curarás el burnout durmiendo 8 horas: los 7 tipos de descanso que necesitas para sentirte renovado
- Los factores que definen las prioridades a la hora de actuar
- 6 Lecciones de liderazgo de Brian Niccol, el nuevo CEO de Starbucks
- Conviértete en el mejor creador de contenidos este 2024 y más…
- Un emprendedor crea un asistente de IA para ayudar a vender a los agentes comerciales
- WhatsApp le dice adiós al spam: activa su nueva función y ningún desconocido te volverá a molestar
- Qué pasa si tengo un accidente con el vehículo de empresa
- Steve Jobs tenía muy claro dónde se esconde la verdadera inteligencia humana y no es en la memoria ni en el conocimiento
- TikTok destrona a YouTube: las marcas le coronan rey del vídeo en las redes sociales
- Arabia Saudí se ha embarcado en una misión de alto riesgo: comprar el mundo
- Cómo hacerte una AUTORIDAD (SEO) de marca en el sector
- Hasta 15.000 euros solo por mudarte y trabajar en esta región de España
- 5 claves para mejorar la conciliación entre el trabajo y la vida personal, según dos psicólogas
- Descubre cómo ‘El Cliente’ se volvió tan ‘especialito’ en este nuevo (y satírico) anuncio
- Relevancia, cultura y creatividad: 3 tendencias que son la clave del éxito en el marketing
3. “Estoy bastante seguro de que…”
Está bien estar seguro de las cosas, pero no te excedas, especialmente si en realidad no estás seguro.
Según investigaciones sobre perfiles psicológicos, las personas narcisistas no suelen dudar de sí mismos nunca, ni usar frases como tal vez, supongo, quizás…
Es bueno tener confianza, pero también lo es para asumir cuando no sabes algo. Esto te hace más accesible a los demás y hace que puedan confiar en ti.
4. «Sin ofender, pero…»
Ese pero ya está contradiciendo a lo que le precede, así que sí, allá vas, a ofender.
Esta es una de las peores frases que puedes emplear ya que hace ver qué sientes la potestad para poder criticar a los demás y desde luego, así no se hacen amigos, ni en la oficina, ni en el gimnasio, ni en ningún lado.
5. Uso excesivo de la primera persona
Yo tengo, yo he, yo… Mi casa, mi familia, mi perro, mi experiencia… Si esto se repite muchas veces en un mismo discurso, es imposible que las personas que están escuchándote no piensen que eres egocéntrico.
Los estudios reflejan que las personas se sienten más cómodas y proactivas cuando se utiliza la primera persona del plural porque es una manera de expresarse de forma inclusiva.
Nosotros, nuestro equipo… Cuando tengas que comunicarte con alguien en el trabajo, ya sea en persona o por correo electrónico revisa esto y cámbialo, también cambiará la percepción del receptor.
6. «¡No, si era una broma!»
Cuidado con las bromas. Ni son del agrado de todo el mundo, ni tienen por qué tener gracia, ni están justificadas siempre. A veces es mejor evitarlas ya que puedes parecer propias de un discurso pasivo-agresivo.
Si no estás en un contexto de mucha confianza y lo que vas a decir va a requerir especificar que era una broma… Lo mejor es que te lo quedes para ti.
7. «Igual aún no lo sabes, pero…»
¿Pero qué? Los peros, como ya se ha visto antes, no suelen ser buenos amigos de las frases, pero además crean un clima de irritabilidad y nerviosismo, y más si quieres hacer gala de unos conocimientos que aún no tiene la otra persona.
Si quieres compartir algo con alguien, puedes hacerlo sin necesidad de encabezar así tu frase o historia.
8. «¿Pero cómo te puede costar hacer esto? ¡Si es súper fácil!»
Lo que es sencillo para ti puede no serlo para otra persona, y con frases como estas solo denotas poca empatía. Por muy fácil que sea la tarea, no se lo hagas saber a la otra persona.
Tampoco digas cosas cómo: ¿Aún sigues con esto? o Es de sentido común, puedes hacer sentir muy mal a la persona que tienes delante.
9. «No, es que no lo estás entendiendo»
Sí, puede que te estén entendiendo perfectamente y simplemente tu idea no le encaje a la persona a la que se la estás proponiendo.
Ser consciente de que no todas tus ideas pueden ser buenas o adecuadas te hará ver como una persona comprensiva y con la que poder hablar.
En cambio, si te molestas con facilidad y no aceptas bien las críticas, puedes crear una barrera hacia los demás y parecer un narcisista.
10. «Si yo fuera tú…»
Ya, pero no lo eres, así que intenta no ponerte siempre en el medio o hacer ver que lo que tú harías sería la forma correcta.
Es lícito querer dar un consejos y en ocasiones son muy necesarios, pero siempre desde la perspectiva del otro y de lo que este pueda necesitar, y si lo introduces con preguntas como, ¿has probado a…?, ¿y si haces…?, ¿qué tal si …?, mejor.
Recuerda un consejo no es algo imperativo, es una sugerencia para ayudar.