Este enfoque está diseñado para abordar y resolver los conflictos de pareja. Su efectividad depende de varios factores; entérate en este artículo cuáles son y cómo funciona tal abordaje psicológico.
La relación de Olga y Eduardo estaba en crisis debido a constantes malentendidos y discusiones, por la falta de tiempo para compartir o por asuntos mínimos, como el desorden de la habitación. Esta dinámica erosionó la intimidad sexual y la confianza. Desconociendo si funciona o no la terapia de pareja, decidieron buscar ayuda en un especialista.
Olga se sentía ignorada y presionada y Eduardo incomprendido. Su esperanza era restaurar el vínculo para construir un futuro más amistoso juntos. Con la ayuda del profesional encontraron ese lugar seguro y confidencial, donde expresar pensamientos, sentimientos y preocupaciones de manera abierta y honesta.
Este proceso terapéutico es una forma más saludable de abordar los desafíos y recuperar la armonía en la relación. Descubre durante la lectura cómo funciona dicha técnica y cuáles son sus beneficios.
¿Qué es la terapia de pareja y qué objetivos persigue?
La terapia de pareja es un proceso diseñado con el objetivo de ayudar a resolver conflictos y mejorar la relación. Este método se lleva a cabo con la participación de la pareja y un terapeuta especializado en el ámbito, quien actúa como mediador imparcial y facilitador de la comunicación.
Las sesiones ayudan a comprender mejor las necesidades de los miembros de la relación y exploran temas como la comunicación, la intimidad sexual y emocional, la confianza y los patrones de comportamientos destructivos. Algunos propósitos de la psicología de pareja son los siguientes:
- Prevenir problemas futuros.
- Construir o reconstruir la confianza.
- Recuperar la intimidad física y emocional.
- Desarrollar habilidades efectivas de resolución de conflictos.
- Promover el desarrollo personal de cada integrante de la pareja.
- Gestionar el estrés y las tensiones externas que afecten el vínculo.
- Ayudar a identificar los conflictos y abordarlos de manera constructiva.
- Fortalecer la comunicación, al fomentar un diálogo más abierto, efectivo y respetuoso.
- Reforzar el compromiso y ayudar a las parejas a sentirse más unidas y dedicadas a su relación.
- Reconocer patrones de comportamientos negativos y hallar formas de cambiarlos por conductas más saludables.
Estos objetivos varían según las necesidades y circunstancias específicas de cada caso. El terapeuta trabaja con la pareja, para establecer las metas y un plan de tratamiento adaptado según la situación.
¿Cómo funciona la terapia de pareja?
Existen varios tipos de terapia de pareja y cada uno funciona diferente. De acuerdo con el enfoque se determinan las herramientas y los ejercicios de las sesiones, así como la duración de ellas y la finalización del tratamiento. Algunas de las estrategias más reconocidas y validadas son las que pasamos a detallar.
Método Gottman
El método Gottman se caracteriza por emplear la observación de parejas mientras discuten temas de conflicto. A través de esta visualización, el terapeuta identifica patrones específicos de comunicación y comportamiento que contribuirían al problema en la relación. Estos son la crítica, el desprecio, la actitud defensiva y el distanciamiento emocional.
Así, este enfoque se centra en ayudar a reconocer y abordar los patrones tóxicos comportamentales, para fomentar una comunicación saludable y una mayor conexión emocional.
Terapia cognitiva-conductual
La terapia cognitiva-conductual tiene su base en la premisa de que los pensamientos, emociones y comportamientos están interconectados, influyéndose de manera mutua. Este trabaja la identificación de patrones de pensamientos negativos y comportamientos disfuncionales que afectan la relación.
El terapeuta ayuda a los cónyuges a comprender cómo sus pensamientos inciden en sus emociones y, a su vez, en sus reacciones y acciones hacia su ser amado. Luego, el especialista fomenta el cambio de los patrones disfuncionales a través de la adopción de pensamientos más realistas y conductas más saludables.
Terapia centrada en las soluciones
El abordaje se centra en identificar y fortalecer aspectos positivos de la relación de pareja, al buscar soluciones y metas estructuradas. El terapeuta explora y resalta los momentos en los que la relación tuvo éxito en la resolución de un conflicto o en la comunicación efectiva.
Un principio clave de este tipo de terapia es que, al destacar y ampliar los aspectos positivos, la pareja misma puede hallar las soluciones efectivas a los problemas que enfrentan.
Terapia centrada en las emociones
La terapia centrada en las emociones se enfoca en la gestión emocional y construcción de un vínculo sólido. Parte del principio de las emociones subyacentes, las cuales desempeñan un papel crucial en la dinámica de la pareja.
Los terapeutas precisan patrones de apego y cómo estos afectan las interacciones diarias de la relación. A través de la indagación de los miedos, las necesidades y las vulnerabilidades emocionales de cada miembro, la terapia procura restaurar y fortalecer los lazos emocionales de pareja.
Terapia sistémica
Se propone entender a las parejas como un sistema interconectado, en lugar de centrarse de manera única en cada individuo que la compone. Esta perspectiva considera los problemas actuales de la relación, lo que permite un abordaje más inmediato de las dificultades y resulta beneficioso para quienes desean resultados a corto plazo.
El terapeuta da con los patrones disfuncionales del sistema y ayuda a comprender cómo estas dinámicas influyen en el conflicto. El objetivo es cambiar patrones y promover una comunicación más funcional, que favorezca la dinámica general del sistema en pareja.
Es esencial que los cónyuges se tomen un tiempo para investigar y comprender a fondo cada uno de los enfoques terapéuticos disponibles. La elección de la terapia más acorde a la pareja, marca el inicio de una viaje hacia una relación más saludable y satisfactoria.
¿Cuáles son los factores que influyen en el éxito o el fracaso de la terapia de pareja?
Para que los resultados de la terapia de pareja sean favorables, entran en juego varias circunstancias. Miremos algunos factores claves que logran el éxito de este abordaje.
Elección del enfoque y el terapeuta
La experiencia del terapeuta y las estrategias que se ocupen son esenciales. Es necesario que ambos miembros se sientan cómodos con el psicólogo y las herramientas empleadas, pues así las sesiones se transforman en ese espacio seguro de expresión.
Etapas de la pareja
Las etapas de la pareja tienen un impacto significativo, ya que influyen en la predisposición de los cónyuges por buscar ayuda, así como su nivel de compromiso y la naturaleza de los problemas que enfrentan.
Por ejemplo, en la etapa de enamoramiento o luna de miel, habría dificultades para reconocer y abordar los problemas debido a la intensidad de sus emociones positivas. Sin embargo, la motivación para resolver el conflicto y mejorar la relación es alta.
Pero en la etapa de conciencia o mayor estabilidad, suelen no ver la necesidad de la terapia si están satisfechos con la estabilidad, al naturalizar los conflictos.
Motivación y compromiso con el cambio
El abordaje puede requerir trabajar en el cambio de patrones de comportamiento y pensamiento; por lo que estar comprometido con avanzar y cambiar es esencial.
La voluntad de la pareja para participar de forma activa es fundamental. Si ambos están comprometidos y motivados en mejorar la relación y avanzar juntos en este camino, las posibilidades de éxito son inmensas.
Comunicación abierta
Algunas parejas tienen desafíos extremos en la comunicación, lo que puede hacer que la terapia resulte deficiente. Por ello, es crucial la capacidad de ambos miembros para comunicarse de una manera abierta, honesta y empática, tanto en las sesiones terapéuticas, como en su vida diaria.
Expectativas realistas
Tener expectativas realistas sobre lo que se quiere lograr a través de la terapia es importante. Asistir a terapia no siempre resuelve todos los problemas ni garantiza que la relación se mantendrá unida.
Naturaleza de los problemas
El éxito de la terapia varía según la gravedad y la complejidad de los problemas de la relación. Fallas de comunicación, conflictos frecuentes por cuestiones cotidianas o dificultades en la intimidad suelen responder bien a la terapia. Pero problemas más profundos, como la infidelidad o la violencia, requieren más trabajo individualizado y tiempo adicional.
Influencias externas
En algunos casos, el apoyo de amigos y familiares incide en los resultados de la terapia. Un sistema de apoyo positivo ayuda a mantener el progreso logrado en la terapia, ya que muchas veces resurgen conflictos luego de una terapia exitosa, lo que requiere de un compromiso continuo para aplicar las habilidades y estrategias aprendidas en el proceso terapéutico.
No obstante, factores como problemas económicos, presiones laborales o situaciones familiares estresantes, como el fallecimiento o enfermedad de un pariente, tendrían un impacto negativo en la relación y limitaría la eficacia de la técnica si no se aborda de forma adecuada.
Beneficios y limitaciones de la terapia de pareja
La terapia es una herramienta indudable para fortalecer y restaurar las relaciones amorosas. No obstante, es importante destacar que, como cualquier proceso terapéutico, tiene sus beneficios y limitaciones.
Ventajas de ir a terapia de pareja
Las parejas que van a terapia presentan mejoras en la satisfacción marital, al prevenir el deterioro de la relación. Un estudio de la revista Psykhe, mostró que las personas con un estilo de apego seguro tienen niveles más altos de satisfacción, mientras que aquellas con estilos de apego arrogante y despectivo, informaron niveles más bajos.
Esto sugiere que la terapia dirigida a mejorar los estilos de apego incidiría de modo positivo en la satisfacción conyugal. Estos beneficios no solo se limitan a la pareja, sino que abarcan la salud individual de sus miembros.
Por ejemplo, los problemas individuales de salud mental, como la depresión o la ansiedad, se asocian de forma negativa con la satisfacción conyugal. De ahí que, tratar estas dificultades a través de la terapia de pareja cognitivo-conductual, contribuiría a mejorar el bienestar emocional de ambos miembros de la relación y tiene efectos positivos en el bienestar emocional individual.
Otros de los beneficios incluyen la mejora en la comunicación, lo cual ayuda a reducir los conflictos y el estrés, al aumentar la satisfacción sexual. Una revisión de la revista Ciencia Latina señala que el conflicto dentro de una relación afectaría la satisfacción sexual; pero cuando se resuelven de manera positiva esta aumenta.
Limitaciones de la terapia de pareja
La terapia de pareja, al igual que los abordajes individuales o grupales, no garantiza resultados infalibles. Esto puede suceder en casos como los que ahora listamos:
- Relaciones agresivas o de maltrato.
- El vínculo está bastante deteriorado.
- Si uno de los miembros acude de manera forzada.
- No está claro el propósito de buscar ayuda profesional.
- El problema reside en uno de los miembros y no en la pareja en sí.
- Uno de los miembros decide de manera unilateral poner fin a la relación.
¿Quiere decir que en tales escenarios no funciona la terapia de pareja? En la mayoría de estos casos, la efectividad se ve limitada y se recomienda la terapia individual. Esto se debe a la existencia de factores personales que requieren atención antes de trabajar la relación de pareja.
En los casos de abusos o violencia, la terapia individual es esencial para la seguridad y bienestar de la persona afectada.
Entonces, ¿la terapia de pareja funciona?
Si pasas por conflictos y dificultades en la comunicación con tu cónyuge, como en el caso de Olga y Eduardo, expuesto al princpio, ir a terapia de pareja puede ser una estrategia que funciona para fortalecer y restaurar la conexión física y emocional, así como buscar formas más saludables de relacionarse y resolver los problemas.
Pero recuerda que la eficacia depende de varios factores. Si consideras esta herramienta, es importante encontrar un terapeuta competente y estar dispuestos a trabajar en conjunto para lograr un cambio positivo y duradero en la relación.