Los apretones de manos son una clase de ritual corto para saludar, donde dos manos de dos personas se aferran una con la otra, tanto para encontrarse y despedirse como para dar por sellado un acuerdo.
Su origen data de tiempos muy antiguos: existen incluso indicios de época prerromana como los pactos de hospitalidad, costumbre propia de los pueblos indoeuropeos occidentales.
Se trataba de acuerdos de amistad por los que las ciudades o individuos reconocían protección, derechos y deberes plasmados en manos entrelazadas o tablas de bronce.
El apretón de manos también se utilizó en la Edad Media entre caballeros rivales, y pervive hasta nuestros días. Incluso se dice que las sociedades secretas poseen sus saludos únicos, únicamente conocidos por sus miembros.
¿Cómo es el apretón de manos perfecto?
Algunos científicos y psicólogos se han propuesto desentrañar cómo apretar la mano de otra persona de forma ideal, con la fuerza y firmeza justas para que resulte un saludo agradable y con personalidad.
Tal y como explica la revista Bullfrag, en 2010, un profesor del departamento de psicología de la Universidad de Manchester llamado Geoffrey Beattie, compartió su fórmula para calcular el apretón de manos perfecto.
¿Qué quiere decir? La fórmula de Beattie para un apretón de manos perfecto abarca 12 parámetros.
Esto es lo que quiere decir cada uno.
- Contacto visual (e)
- Saludo verbal (ve)
- Agarre completo de la mano (cg),
- Sequedad de la mano (dr),
- Fuerza del apretón (s),
- Posición de la mano (p),
- Vigor (vi),
- Temperatura (t),
- Textura de la mano (te),
- Control ( c),
- Duración (du)
- Sonrisa de Duchenne (D). Esta última alude a la sonrisa natural, aquella en la que los músculos zigomático y orbicular se contraen, generando las características pequeñas arrugas en el ojo.
Según la investigación de este experto, el perfecto apretón de manos se realiza con la mano derecha y no debe tener una duración superior a los 2 o 3 segundos. Debes presionar de manera firme pero no exagerada, tener la palma de la mano fresca y seca y mediante 3 batidas más o menos.
No te olvides de mantener el contacto visual, incluir una declaración verbal apropiada para la situación y sonreír de forma natural.
La duración es importante para no generar ansiedad en la persona a la que estás saludando: más de 3 segundos es contraproducente, tal y como indica un estudio llevado a cabo en 2020. Los participantes, que fueron analizados a partir de fotogramas, sonreían menos cuanto más largo era el saludo, un indicador del menor disfrute de la interacción social. No dilates hasta el infinito.
No olvides que el apretón de manos proviene de nuestra evolución como especie: una investigación del Instituto Weissman de Israel realizada en 2015 señala que este saludo sería una vía para mandar señales de química social e incentivar la interacción entre individuos tras olfatearse inconscientemente, como cuando los animales marcan su terreno.
Además, en las reuniones de negocios en las que se produce un apretón de manos al principio, la cooperación posterior es más probable, tal y como confirma un reciente experimento. Hacerlo bien no es moco de pavo, así que ten a mano la fórmula para perfeccionar este saludo que pervive a lo largo de los siglos.