Cuidar de tus emociones, cuerpo y estilo de vida, impacta de forma poderosa en tu salud mental. Es momento de hacer cambios para ganar ese bienestar. Te explicamos por dónde empezar.
¿Qué hiciste hoy por tu bienestar físico y emocional? ¿Conectaste contigo para conocer tus necesidades? El autocuidado en la salud mental es un componente nuclear que muchas veces se pasa por alto. Al fin y al cabo, en un mundo tan dominado por el estrés y las presiones, es fácil que te olvides de esos hábitos que pavimentan el auténtico bienestar.
Cuando fomentas procesos como el diálogo interno positivo, la mentalidad resiliente, el deporte o una buena higiene del sueño, tu equilibrio psicológico mejora. Adquieres recursos eficaces para manejar el estrés y las dificultades cotidianas. Se trata de un enfoque multidimensional de gran valía que debes poner a tu favor. A continuación, te explicamos cómo empezar.
«Para curar a los demás, primero tenemos que curarnos a nosotros mismos. Y para sanarnos, necesitamos saber cómo tratarnos mejor».
Claves de la importancia del autocuidado en la salud mental
La salud mental no se nutre en exclusiva de tu universo psicológico. El plano social o contextual, al igual que tus emociones y bienestar físico, edifican la auténtica armonía y el que puedas decirte «hoy me siento bien». La importancia del autocuidado es clave para que todas tus necesidades se vean satisfechas, tanto las de tu cuerpo, como las de tu mente.
International Journal of Nursing Studies enfatiza en un trabajo la importancia de promover esta dimensión dados sus beneficios. Porque no solo favorece ese bienestar ya citado, además, se reducen morbilidades y hasta los índices de mortalidad en la población. Te invitamos a descubrir e integrar este conjunto de estrategias en tus hábitos de vida.
El autocuidado y su influencia para reducir el riesgo de depresión
Los trastornos depresivos aparecen por muchos factores. Tu genética, las experiencias vividas, afecciones médicas, los hechos estresantes y las habilidades de afrontamiento deficientes, median en su desarrollo. La buena noticia es que si aplicar adecuadas herramientas psicológicas y favoreces el autocuidado, se reduce el riesgo de desarrollar depresión.
Ejemplo de ello es lo que señalan en Frontiers in Public Health. Durante la pandemia se vio que dicha condición clínica no fue tan significativa en determinados grupos poblacionales. En especial, en quienes se habilitaron en competencias de gestión emocional y mejoraron sus hábitos de sueño, alimentación y actividad física.
Un mejor manejo de la ansiedad
La importancia del autocuidado en la salud mental no es una idea que esté ahora de moda. Esto es algo que se enfatiza en todo escenario sanitario, pues abarca el bienestar emocional, psicológico y social. Incluir esta ecuación en tu vida facilitará regular mejor la ansiedad y ese sufrimiento psicofísico que tanto desbarata tu cotidianidad. Enseguida, detallamos sus ventajas en este plano:
- Acciones más proactivas por tu salud general: cuando sufres ansiedad estás más pendiente de las amenazas y peligros que de tu propio bienestar. El autocuidado ayuda a centrarte en lo que de verdad importa: tú.
- Mayor conciencia emocional: gracias a esta práctica, empiezas a darte tiempo para reflexionar sobre las emociones y sentimientos. Potencias tu autoconciencia con el fin de reconocer las señales tempranas de ansiedad y tomar medidas preventivas antes de que se intensifiquen.
- Reducción del estrés: la ansiedad se agrava con esta dimensión y con la percepción de que ya no tienes el control de tu realidad. Pero generas un cambio positivo cuando empiezas a cuidarte e incluyes ejercicios como la meditación, el yoga, la respiración profunda y otras técnicas de relajación.
Desarrollo de la resiliencia
El autocuidado es la piedra angular que permite desarrollar un enfoque resiliente ante los hechos desafiantes que aparezcan. Más allá de que te suene algo exagerado, hay una base científica detrás. Una investigación difundida en Journal of Clinical Nursing describe cómo este factor mejora la calidad de vida de los enfermos crónicos.
Cuando sufres fibromialgia, lupus o diabetes, ese compromiso en atender tus emociones, bienestar físico y social, permite adaptarte mejor a las dificultades. La vida no es fácil para nadie, pero si eliges atenderte de manera integral y comprometida, tu realidad mejora y encuentras las fuerzas que necesitas.
Las personas que sufren depresión evidencian grandes problemas para iniciar conductas de autocuidado. No obstante, en el momento en que se involucran en actividades como salir a caminar, compartir tiempo con amistades o adquirir técnicas para manejar sus emociones y pensamientos, el cambio positivo acontece.
¿Qué efectos tiene no practicar el autocuidado?
Cuando una persona inicia terapia psicológica, el profesional le recuerda la importancia del autocuidado en la salud mental. El avance y la sanación no llegarán solo con acudir a las sesiones. La persona debe esforzarse y aplicar cambios en su cotidianidad, con el fin de mejorar sus hábitos de vida.
Esto contempla, cómo no, integrar esos elementos que constituyen el cuidado de uno mismo. Con ello queremos señalarte que esta esfera previene problemas psicológicos y colabora en reducirlos cuando ya están presentes. A continuación, exponemos cuáles pueden ser los efectos a largo plazo de no llevarlos a cabo:
- Se eleva el riesgo de sufrir enfermedades.
- Baja autoestima y percepción de que no eres valioso.
- Percibes que no tienes control sobre lo que te sucede.
- Falta de concentración y reducción de la productividad.
- Se eleva el riesgo de sufrir estrés, ansiedad y depresión.
- La falta de esta dimensión desemboca en insatisfacción vital.
- Aparecen mayores índices de agotamiento físico y emocional.
- Te cuesta enfrentar los problemas, por muy pequeños que sean.
- Deterioro del bienestar emocional: mayor irritabilidad, mal humor, etc.
- Dejas de poner límites ante lo que no te conviene o te genera malestar.
- Las relaciones interpersonales se debilitan a causa del malestar emocional.
Cabe señalar que la falta de autocuidado puede llevar a un ciclo de negatividad del que cuesta salir. Por ejemplo, cuanto más cansado e irritable estés, más te costará hacer deporte, alimentarte mejor o empezar a regular tus emociones y enfoque mental.
Consejos prácticos de autocuidado que te servirán de ayuda
Los organismos médicos están cada vez más concienciados de la importancia del autocuidado en la salud mental. Es más, en la revista BMC Public Health se publicó el estudio sobre un nuevo instrumento para evaluar dicha dimensión en la población adulta. Es esencial que integres esta práctica en tu vida y, por ello, te describimos algunas técnicas útiles.
Haz de tu bienestar una prioridad
Puede que hayas pasado muchos años centrando todos tus esfuerzos en los demás. Esto dice mucho de ti y es favorable, pero recuerda que no es bueno dejarte de lado, olvidar tus necesidades y de lo que mereces para estar bien. Es momento de fijar la mirada un poco más en ti y comprometerte en tu autocuidado. Hacerlo no es un acto de egoísmo, es un ejercicio de salud.
Focalízate en tus pensamientos
Imagina tu mente como si fuera un jardín. Para que esté hermoso y sano debes arrancar las malas hierbas y eliminar esos microorganismos que enferman a las flores. En tu caso, es esencial que cuides aquello que piensas, procurando racionalizar ideas y cultivar un diálogo interno compasivo y empático.
Crea una rutina
Hacer una rutina te proporcionará estabilidad y previsibilidad, algo sin duda, decisivo para reducir el estrés y la ansiedad. Intenta despertarte y acostarte a la misma hora todos los días y organiza cada una de tus actividades diarias.
Mantente activo
No hace falta que hagas una maratón o que pases horas en el gimnasio. Basta con realizar ejercicio aeróbico, caminar, salir a correr… Un paseo en bicicleta por el campo, nadar e incluso bailar, son revulsivos para la salud mental.
Empieza a decir «no» sin miedo y «sí» sin culpa
Autocuidado también es saber poner límites a lo que no te apetece o no te conviene. Esto incluye a personas. Asimismo, no dudes en hacer lo que, en un momento dado, te ilusiona y pone feliz.
Medita, relájate y presta atención
Dedicar unos minutos al día para poner en práctica técnicas de relajación, de meditación o atención plena, permitirá calmar la mente, reducir el estrés y mejorar la concentración.
Cuida tu higiene del sueño
Un artículo publicado en Sleep Medicine Reviews informa que el buen descanso nocturno mejora la salud mental. No dudes en dejar a un lado la tecnología dos horas antes de acostarte, para reducir la estimulación. Tampoco olvides irte a la cama siempre a la misma hora.
Mejora tu alimentación
Comer mejor también tiene un impacto positivo en tu bienestar mental. Procura elegir alimentos naturales, frescos y regular el consumo de procesados.
Aprende técnicas de manejo del estrés
Identifica qué situaciones te generan más angustia o te sobrepasan. Después, incluye herramientas psicológicas para regular esta dimensión que tanto afecta a tu calidad de vida.
Cuidarte bien, para vivir mejor
No te dejes para mañana, no descuides tus instantes de ocio, aficiones y autocuidado solo porque hoy tienes muchas cosas que hacer. Sabemos que tus obligaciones son infinitas y que cuesta navegar en una realidad tan estresante e incierta. Pero en cuanto te atiendes como mereces dándote lo que necesitas, tu salud mental florece.
Esta tarea requiere de un compromiso diario, de pequeños esfuerzos en los que convertirte en el auténtico protagonista de cotidianidad. Tu bienestar importa tanto como el de los demás. Busca aquellas prácticas que más te benefician, las que te hacen sentir mejor y ejercítalas siempre que puedas. Los cambios positivos no tardarán en llegar.