¿Por qué elegimos una opción en vez de otra? ¿Qué manera de pensar es mejor cuando contamos con más información? ¿Y cuando contamos con menos? En este artículo respondemos a estas preguntas desde una nueva revolucionaria teoría del pensamiento inconsciente.
La nueva teoría del pensamiento inconsciente es una propuesta disruptiva que llegó para poner en tela de juicio muchos de los conceptos sobre la conciencia. Fue formulada por Ap Dijksterhuis y Loran Nordgren en 2006 y desde entonces no ha dejado de generar polémica.
Expresada de una manera muy general, esta teoría plantea que el inconsciente es mucho más eficaz para resolver tareas complejas que el pensamiento consciente. Este último solo lo supera en tareas que no requieren trabajar con muchas variables.
Hay que decir que la nueva teoría del pensamiento inconsciente va en contra de mucho de lo que se ha planteado en los últimos 40 años en relación con lo consciente y lo inconsciente. De hecho, pone en duda el valor de la racionalidad, que es uno de los fundamentos de todo el pensamiento occidental. Aun así, se basa en evidencias empíricas y tiene un cuerpo argumentativo sólido.
“El pensamiento consciente es como un foco que se le pone a la decisión. Da una luz muy intensa, pero solo ilumina un aspecto particular y reducido del problema. Tiene una capacidad de procesamiento muy limitada. El pensamiento inconsciente, por otro lado, es más como la luz nocturna de un niño, proyecta una luz tenue sobre todo el espacio de la decisión sin enfocarse en ningún aspecto particular”.
-Loran Nordgren-
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Lo consciente y lo inconsciente
Hasta la formulación de la nueva teoría del pensamiento inconsciente parecían no existir dudas en torno a la validez y el valor del pensamiento consciente.
Si bien Sigmund Freud pensó que la actividad humana se desarrolla en el plano de la inconsciencia, en ningún momento defendió que ese terreno fuera más apto para abordar cuestiones complejas. Por contraste, Ap Dijksterhuis y Loran Nordgren no solo retomaron la idea de Freud de que buena parte de la actividad psíquica tiene lugar en el inconsciente, sino que además proponen que este es mucho más eficaz a la hora de tomar decisiones complejas.
Por supuesto, la nueva teoría del pensamiento inconsciente no demerita la validez de la conciencia. El aprendizaje o la aplicación de las matemáticas, por ejemplo, solo se pueden llevar a cabo de forma racional. Sin embargo, también es un hecho que la conciencia tiende a enfocarse en aspectos específicos, por lo que genera un sesgo, ya que deja de lado muchos otros elementos.
La nueva teoría del pensamiento inconsciente
La nueva teoría del pensamiento inconsciente no fue producto de la magia, sino que tomó forma a partir de un famoso experimento. Dijksterhuis y Nordgren llevaron a cabo una prueba con varias docenas de personas. A todas se les pidió que imaginaran que iban a comprar un coche.
A la mitad de los participantes se les dio descripciones de cuatro coches simples, todas ellas formadas solo por cuatro características. El 75 % de esas características eran positivas, y las demás negativas. A la otra mitad de voluntarios les dieron descripciones de cuatro coches complejos; cada descripción estaba formada por 12 características, también en un 75 % positivas y en un 15 % negativas.
Después, estos dos grupos fueron divididos en dos subgrupos: A y B. Al primer subgrupo, tanto de A como de B, se le pidió que se concentrara en las características de los coches y los clasificaran de mejor a peor. Al segundo subgrupo, también de A y de B, se les dijo que clasificarían los coches más tarde. Mientras tanto, se les propuso hacer algunos pasatiempos.
Los resultados
Los resultados de este experimento mostraron que las personas del primer subgrupo A que habían evaluado coches simples y luego se habían concentrado en decidir cuál era mejor, efectivamente habían elegido el mejor coche de todos. En cambio, quienes pertenecían al primer subgrupo de B, y habían evaluado coches complejos, hicieron peores valoraciones.
Mientras, el segundo subgrupo de A clasificó peor. En cambio, el segundo subgrupo de B, que había visualizado coches complejos y había sido distraído antes de hacer la clasificación, realizó la tarea de mejor. Los investigadores repitieron este experimento fuera del laboratorio, intentando que el ecosistema fuera más realista, y el resultado fue el mismo.
Al parecer, se probaba el postulado básico de la nueva teoría del pensamiento inconsciente. Esto es, que el marco inconsciente es mucho más hábil que la conciencia para evaluar situaciones complejas y tomar decisiones que involucran muchas variables. En cambio, el pensamiento consciente parece más eficaz para tomar las decisiones simples.
Dijksterhuis y Nordgren llamaron a estos procesos “deliberación sin atención” y concluyeron que eran mucho más sofisticados que los procesos de deliberación consciente. Como resulta obvio, la nueva teoría del pensamiento inconsciente ha plateado muchos interrogantes interesantes; así, hablamos de una línea que sigue motivando investigaciones con aplicaciones en ámbitos muy distintos.