La memoria es como cualquiera de tus músculos: si no la ejercitas, se debilita y atrofia, por lo que resulta esencial entrenarla, especialmente si no has nacido con el don de tener a la vez una memoria de trabajo espectacular, y a la vez, una gran memoria a largo plazo,
Tener muy desarrollados ambos tipos de memoria es una rara habilidad de la que solamente están dotadas unas pocas personas, tal y como revela la neurocientífica del MIT Tara Swart. No obstante, hay algunos trucos que puedes poner en práctica para mejorar cada una.
Fragmentación para reforzar tu memoria de trabajo
Una de las técnicas que Swat comparte en un artículo para CNBC es la de la fragmentación, consistente en agrupar elementos para que sea más fácil recordarlos. Ponerla en práctica es muy sencillo: debes dividir en trozos más pequeños la información que es larga, aleatoria y compleja.
Por ejemplo, si quisieras recordar una secuencia de números como 2-2-1-0-1-2, puedes separarlo en grupos más pequeños y, a modo de regla nemotécnica, darle a cada uno de esos conjuntos de cifras una significado asociado a algo personal que te permita recordarlo más rápido.
Por ejemplo, 2-2 podrían ser tus años, 1-0 el dorsal de tu equipo de fútbol o el número de tu portal, y 1-2 los apóstoles.
Para practicar esta técnica, puedes desglosar en números más pequeños los números de teléfono de tus seres queridos.
No solamente sirve para números, sino para cualquier cosa que quieras retener, desde idiomas a una pieza musical. Desde Mentes Liberadas explican que es como montar un rompecabezas, «atomizando la información en unidades con sentido lógico y conectándolas entre sí, para formar conceptos más generales».
Repetición espacial para mejorar tu memoria a largo plazo
Este método consiste en potenciar la memoria en intervalos de tiempo cada vez más largos. Para recordar un dato, es importante repetirlo varias veces en voz alta después de estudiarlo. Repite proceso unas horas después, al día siguiente y a la siguiente semana.
Un truco que comparte la neurocientífica del MIT es aplicar esta técnica paa intentar retener la lista de la compra de la semana. Visualiza primero la lista en tu mente, y después, tápala y ensaya en voz alta. Cuando acudas al supermercado a por los productos, comprueba cuántos de ellos recuerdas.
Además, muchas otras actividades pueden contribuir a aumentar tu capacidad intelectual: al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos de actividad de intensidad vigorosa a la semana, y una dieta sana rica en vegetales frescos y nutrientes como los ácidos grasos omega-3, las vitaminas antioxidantes, la vitamina B12, el folato o el agua.