Es un mundo ansioso es posible que tú también estés luchando por controlar una mente acelerada. Como trastorno la ansiedad afecta a un 4% de la población mundial. Lo que significa que en torno a 400 millones de personas sienten de manera frecuente y exacerbada preocupación y angustia.
Se trata de una emoción natural en los seres humanos que ayuda antes situaciones amenazantes. El problema es cuando los sucesos cotidianos los vives como tal. Las personas con ansiedad genalizada sufren a menudo sensación de miedo, inquietud o pérdida de control. También efectos físicos como fatiga, insomnio o problemas gastrointestinales.
Por lo que no es de extrañar querer que desaparezca. ¿Pero cómo controlar la ansiedad? Lo primero quieres recuperar el control de tu cuerpo y mente. Pero solo puedes pensar en que algo va mal. Las nuevas estrategias de afrontamiento proponen entender la ansiedad desde una perspectiva distinta.
Deja de ir contra la ansiedad
«Mi mayor error en la recuperación de la ansiedad fue tratar de deshacerme de toda la ansiedad», revela el psicoterapeuta Joshua Fletcher en uno de sus últimos vídeos de Instagram, donde se le conoce como @anxietyjosh.
El especialista suele compartir en sus redes y web consejos para controlar y mejorar la vida de quienes conviven con este problema de salud mental. Confiesa que cada vez que se sentía ansioso «pensaba que estaba fracasando o que había algo malo en él».
«Lo que me di cuenta es que la salida era practicar la tolerancia a este malestar y que era una habilidad que podía mejorar». Asegura que la manera con la que logró finalmente aprender a controlar la ansiedad fue asumir el problema y cambiar de enfoque.
«No esperé a que la ansiedad desapareciera. Hice lo que haría una persona no ansiosa y dejé que mi cerebro se reconectara. Me hizo falta valor. Me costó mucha energía, pero ahora vivo contento y feliz y quiero lo mismo para los demás».
Lo normal es evitar aquello que asusta o angustia. Sin embargo, «al evitar estás enseñando a tu cerebro que la única forma de manejar situaciones difíciles es huyendo en lugar de afrontarla, lo que refuerza nuestra necesidad de evitar», coincide la catedrática de psiquiatría de Harvard Luana Marques. «Cada vez que evitas, te sientes un poco mejor, pero sentirte mejor y estar mejor no es lo mismo».
De ahí que otro de sus colegas en la prestigiosa universidad, el psicólogo David H. Rosmarin, profesor asociado de psicología en la Facultad de Medicina de Harvard, aconseje encarar la ansiedad de frente.
«En el momento en que nos sentimos ansiosos, nos enfadamos y pensamos que algo anda mal con nosotros. Esa respuesta interna aumenta el flujo de adrenalina, lo que a su vez provoca una cascada de ansiedad porque la amenaza percibida se ha magnificado», matiza en Havard Gazette. «Cuando nos sentimos ansiosos, no ayuda combatirlo; eso lo empeora. Cuando llega el flujo inicial de adrenalina, es hora de simplemente aceptar. Cuando podemos hacer eso, la ansiedad pasa de ser algo catastrófico a nada más que unos pocos minutos incómodos».