Uno de los mayores misterios del ser humano es la consciencia, aunque sea una de las experiencias más familiares y cotidianas que podemos tener. En este artículo revisaremos los diferentes tipos que existen.
La consciencia es un proceso mental mediante el cual somos capaces de percibir nuestra individualidad con sus pensamientos, sentimientos, recuerdos, sensaciones y entornos. Gracias a ella, somos capaces de reconocer, comprender y juzgar nuestra propia existencia y la de los demás. Esencialmente, la consciencia es la experiencia de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
En la medida en que nos desenvolvemos en diferentes contextos, nuestras experiencias y comprensiones de los demás y de nosotros mismos van cambiando. Estos cambios conllevan la aparición de diferentes formas de consciencia que nos ayudan a vincularnos con lo que sucede en la realidad, tanto interna como externa. A continuación, examinaremos los tipos de consciencia.
Tipos de consciencia
Entre los diversos tipos de consciencias que existen en el ser humano podemos encontrar las siguientes:
1. La consciencia individual
Este tipo de consciencia es la que tiene cada persona de sí misma en un contexto particular. Mediante ella, podemos determinar lo qué es bueno y malo para nosotros, permitiéndonos dirigir nuestro proyecto de vida. La consciencia individual es la que propicia el reconocimiento del yo, de ser una persona particular y distinta a las demás.
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La individualidad en la que nos sumerge esta consciencia nos puede terminar alejando del mundo y de las demás personas. Aunque esta forma de consciencia nos permite conocernos, puede provocar o exacerbar el sentimiento de soledad.
2. La consciencia social
Dentro de los tipos de consciencia, la social es la que nos permite conocer a los demás y a la sociedad. Por medio de ella, somos capaces de razonar sobre lo mejor o lo peor para la sociedad, y de comprendernos como seres sociales vinculados a una comunidad que va más allá de nosotros.
Gracias a esta consciencia, podemos reconocer los problemas y las necesidades que tienen las personas en un grupo o comunidad. Es importante para luchar por la transformación social, la liberación, la justicia y el bienestar social.
En ocasiones, esta consciencia es opacada por los modelos actuales de competencia individual, en los que se diluye la conexión entre el ser social y la consciencia de la propia existencial (Tum, 2012).
3. La consciencia emocional
Este tipo de consciencia se refiere a la capacidad que tenemos para tomar consciencia de las propias emociones y de las emociones de los demás. Esta compuesta por tres elementos (Bisquerra y Pérez, 2007):
- Tomar consciencia de las propias emociones: capacidad para percibir con precisión los propios sentimientos y emociones; identificarlos y etiquetarlos.
- Nombrar las emociones: es la eficacia en el uso de un vocabulario emocional adecuado y de las expresiones disponibles en un contexto cultural determinado.
- Comprender las emociones de los demás: capacidad para percibir con precisión las emociones y perspectivas de los demás y de implicarse empáticamente en sus vivencias emocionales.
4. La consciencia temporal
Es la consciencia que tenemos sobre el transcurrir del tiempo. Este tipo de consciencia es también una consciencia de nosotros mismos, puesto que somos tiempo y no
El tiempo no es algo sobre lo que nos movemos, es algo que somos, que nos constituye. Así que toda consciencia temporal es una consciencia de nosotros mismos.
La comprensión de que el tiempo fluye del presente hacia el futuro se da, en gran medida, gracias a nuestra consciencia del tiempo. Percibirnos en esa línea temporal es una propiedad fundamental de la consciencia que nos configura. De esta manera, todos terminamos siendo continuamente un pasado que ha dejado de existir y un futuro que todavía no existe (Cox, 2020).
5. La consciencia psicológica
Este tipo de consciencia alude a la capacidad de examinarnos a nosotros mismos y de hacer introspección sobre nuestra situación en el mundo. La consciencia psicológica se caracteriza también por permitirnos reconocer el significado de nuestras acciones y las de otros. Nos ayuda a comprender los motivos e intenciones subyacentes a todo comportamiento.
La consciencia psicológica está relacionada con la capacidad de ver las relaciones entre los pensamientos, los sentimientos y las acciones con la finalidad de aprender los significados y las causas de las experiencias y comportamientos (Appelbaum,1973).
Este tipo de consciencia implica un proceso de reflexión sobre los procesos psicológicos, las relaciones y los significados a través de las dimensiones afectivas e intelectuales (Hall, 1992).
6. La consciencia moral
Es la consciencia que tenemos sobre las reglas y las normas morales. Nos interpela sobre lo que debemos hacer, sobre lo correcto e incorrecto, sobe el bien y el mal. A través de la consciencia moral podemos discernir entre aquello que se considera bueno, apropiado, acorde, y aquello que se considera malo, inapropiado o fuera de lugar.
La consciencia moral se basa en la razón y en la existencia de elementos externos que permiten evaluar su corrección (Valderrama y López, 2011). Los juicios que emitimos a partir de ella están presentes en cada acto que realizamos. La posibilidad de actuar en concordancia con ella corresponde a un deseo de ser coherentes con nuestras creencias y valores.
Para cerrar, hemos revisado algunos tipos de consciencia que nos permiten afirmar que toda consciencia emerge de un proceso relacional, de interacción entre un sujeto y un objeto. Es un proceso intencional que está referido a algo, o sea, la consciencia es siempre consciencia de algo: el individuo, la sociedad, el tiempo, las emociones, la mente, la moral. No hay una consciencia aislada del mundo, más bien, toda consciencia está relacionada con él.