Hay diferentes tipos de atracción. De hecho, no es necesario sentir deseo sexual por alguien para que nos fascine de manera intensa y recurrente. La atracción intelectual, por ejemplo, es una de las más comunes, así como la basada en el componente de la amistad.
A lo largo de nuestra vida, vamos a experimentar diferentes tipos de atracción y no todas, pasan por el filtro de lo sexual. Nuestra forma de sentir, de conectar con lo particular y fascinante de los demás va mucho más allá de la piel y de una imagen. El ser humano es tan rico y tan excepcional en todos sus matices que es inevitable quedarse prendado de más de una faceta.
Decía el pintor y poeta William Blake que tanto la atracción como la repulsión son esenciales para sobrevivir. Tener algo o alguien que nos atraiga y esas otras cosas o dimensiones a las que evitar construyen también nuestro peculiar universo, ese donde ir creciendo cada día a base de pasiones y también de fobias. Somos, al fin y al cabo, criaturas inmensamente complejas.
Quizá por ello, comprender un poco más ese interesante tapiz que es la psicología de la atracción nos ayudará a conocernos, a saber cómo funcionan nuestros mecanismos emocionales en esta materia. Decimos esto por un aspecto muy claro: a veces confundimos diferentes tipos de atracción con el amor, cuando en realidad, uno puede sentirse atraído por alguien en un aspecto determinado sin necesidad de que exista enamoramiento.
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Saber comprenderlos y diferenciarlos nos ayudará a navegar mucho mejor por esos interesantes océanos donde apreciar mucho más la vida y a las personas. Todos somos dignos de ser admirados, de generar atracción. Asimismo, experimentar este sentimiento nos da impulso, nos inspira y nos ayuda a dar mayor sentido a nuestra realidad.
Profundicemos un poco más en el tema.
¿Cuántos tipos de atracción existen?
La doctora Claire Hart, profesora de psicología de la Universidad de Southampton señala que hay una serie de factores que hacen germinar todo tipo de atracción. Esos elementos son la proximidad y la familiaridad. De algún modo, tendemos a experimentar fascinación por aquellas personas que vemos a menudo.
Es posible, no obstante, que en alguna ocasión veamos a alguien por la calle que nos llame la atención de manera intensa, pero, por lo general, esa atracción no dura y se esfuma en poco tiempo.
En cambio, ese compañero de trabajo o esa chica que nos atiende en una tienda en la que compramos con frecuencia tienen mayores probabilidades de atraernos en un momento dado, que aquellos a quienes vemos solo una vez. Asimismo, el factor familiaridad nos dice que, si una persona nos genera cercanía, si nos hace sentir cómodos o nos recuerda a alguien, será más fácil que caiga en nuestro foco de interés.
Conozcamos por tanto cuántos tipos de atracción existen.
La atracción sexual
Entre los diferentes tipos de atracción que existen, la sexual es la más conocida por todos. Es la más intensa, pero por turbadora y profunda que sea, no es siempre la más duradera. En esta tipología se entremezcla el deseo, la sexualidad, la necesidad de cercanía y en especial, de contacto físico.
Asimismo, en este tipo de fascinación hay una serie de ingredientes neuroquímicos y hormonales muy concretos, tales como la dopamina, la oxitocina, adrenalina, feniletilamina, etc… Por otro lado, la atracción sexual puede surgir sola (sin necesidad de enamoramiento) o en combinación con la atracción romántica, construyendo así, el lazo del amor.
La atracción romántica
Es común tener una visión algo crítica sobre el amor romántico. Decimos de él que vive de falsas ilusiones, que el romanticismo es poco más que una admiración ciega donde los amantes lo dan todo a cambio de nada. Bien, en realidad, más allá de este ideal se halla un aspecto que la antropóloga Helen Fisher nos explica muy bien.
La atracción romántica es, por encima de todo, un impulso por estar cerca de alguien para compartir experiencias, momentos y la vida misma… Es proximidad, es afecto, es admiración y es cariño. En ocasiones, puede darse la siguiente situación: una pareja ve cómo se apaga la llama de la atracción sexual y la pasión, pero, aun así, sigue unida por ese vínculo romántico capaz de alimentar la relación.
Tipos de atracción: la amistad
Entre los diferentes tipos de atracción está sin duda una que todos hemos vivido en piel propia más de una vez. Hay personas que nos atraen más que otras para mantener con ellas un lazo de amistad. También en este tipo de alianzas hay atracción, hay admiración y fascinación por ese amigo o amiga que tanta luz da a nuestra vida.
La atracción basada en la cercanía
Hay un tipo de atracción de la que no se habla demasiado, pero que también tiene su espacio en este listado. Hablamos de la atracción basada en la cercanía. Hay figuras de nuestro entorno que nos gusta tener cerca y que nos encanta abrazar y sentir. Es lo que experimentamos, por ejemplo, con ese hijo o hija al que siempre colmamos de besos y abrazos.
Ocurre lo mismo con nuestras mascotas, animales que adoramos acariciar y tener siempre cerca.
Atracción estética
Entre los diferentes tipos de atracción está la estética. Define esa admiración que le tenemos a alguien derivada de su aspecto, por su estilo, por su forma de moverse, de expresar…
No hay en este caso ni deseo sexual ni tampoco un sentimiento romántico hacia estas personas. Se trata solo de esa fascinación que podemos tener por un icono de la moda, de la televisión o la música.
La atracción intelectual
Por último, no podríamos pasar por alto en esta materia sobre la atracción, esa que queda integrada bajo un término muy conocido ya, los sapiosexuales. Es decir, personas que se sienten atraídas por la inteligencia ajena. Son esas situaciones donde uno puede quedar totalmente rendido ante una conversación profunda, original y brillante con alguien.
En este caso, hay también un componente sexual, es decir la atracción que genera ese discurso, esas argumentaciones, riqueza de datos, originalidad y elegancia comunicativa, despierta a su vez un deseo físico.
Para concluir, tal y como podemos ver existen diferentes tipos de atracción. Todas nos son conocidas y cada una de ellas se vive de manera intensa. El ser humano es sin duda un ser fascinante regido por esta serie de impulsos, deseos y sentimientos que o bien nos puedan dar la felicidad más reveladora o, por contra, constituir toda una fuente de sufrimientos. Sea como sea, vale la pena experimentarlos todos.
Este artículo ha sido escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater