Película sobre el poder de las palabras y el valor del perdón

«Entre la razón y la locura» es una película que evoca el poder curativo que tienen las palabras y los libros para muchas personas. Mel Gibson y Sean Penn dan vida en la gran pantalla al libro de Simon Winchester.

The Professor and the Madman es el título de una maravillosa novela que nos habla del poder de las palabras y el perdón. Escrita por Simon Winchester en 1998, nos cuenta la historia real de dos hombres singulares: la que formaron James Murray, filólogo autodidacta y editor de la primera versión del Oxford English Dictionary, y William Chester Minor, un cirujano militar acusado de asesinato.

Esta novela fue un gran éxito. El público quedó cautivado por el mundo de la lexicografía y a su vez, por la inusual, pero fascinante relación, entre dos hombres tan diferentes en cuanto a estilos de vida y, a la vez, tan iguales en cuanto a pasiones personales. La adaptación cinematográfica no tardó en llegar. Lo hizo en el 2019 de mano de Mel Gibson y Sean Penn.

Traducida en muchos países como Entre la razón y la locura, nos presenta una cautivadora película rica en valores y en interesantes ejercicios para la reflexión en la que vale la pena detenernos.

“Cuando leo nadie me persigue. Cuando leo soy yo quien persigue”.

-The Professor and the Madman-



La inusual amistad entre dos amantes de las letras

Llevar al cine esta historia fue algo arriesgado. Al fin y al cabo, no es frecuente encontrarnos con títulos en los cuales el protagonismo se lo lleven, casi en exclusiva, las palabras y sus significados. Porque este es el eje principal de Entre la razón y la locura, una película en la que la riqueza del lenguaje se entremezcla con un trasfondo humano, emocional y transformador.

Sir James Murray (interpretado por Mel Gibson) fue un lexicógrafo y filólogo escocés que llevó a cabo una tarea titánica. En sus manos recayó parte de la encomiable tarea de crear un nuevo diccionario de la lengua inglesa, el Oxford English Dictionary (OED). Por esa empresa se le dio el título de caballero en 1908.

Ahora bien, si este hecho ya fue por sí mismo extraordinario, aún más fue saber que hubo otra figura que contribuyó a la elaboración de ese diccionario. William Chester Minor (Sean Penn) fue un cirujano militar estadounidense. Durante su carrera en el ejército fue muy consciente de sus problemas mentales, de su psicosis. En un intento por cambiar de aires, se mudó a Londres en 1871. Solo un año después, terminó matando a un hombre a tiros porque creía que iba persiguiéndole desde Estados Unidos. Tras un juicio, fue ingresado en el hospital psiquiátrico de Broadmoor. Aquí, gracias a su pensión, Minor pudo dedicarse a lo que más amaba: comprar libros, escribirse con libreros de Londres y también con expertos en lexicografía.

Los libros y el poder de las palabras son la salvación de la mente

James Murray visitó al señor Minor en 1871 tras mantener con él una relación epistolar de varios años. Ambos hombres iniciaron una amistad que duró años y que contribuyó a la creación de esa obra titánica en la cual, no se limitaron solo a incluir las definiciones de las palabras; además, aportaron millones de citas literarias y ejemplos de uso.

El profesor Murray llegó a pensar en aquel hombre ingresado en un sanatorio mental como su salvador. Sin su ayuda y apoyo, buena parte de la elaboración del diccionario Oxford no hubiera sido posible. Asimismo, la tarea fue para Murray un ejercicio catártico y liberador. Las letras, las palabras y los libros eran para él el único modo de aportar calma y equilibrio a su mente enferma…

El  “loco” vive sumergido en la oscuridad por hechos traumáticos del pasado. Sin embargo, se siente libre cuando lee. Es entonces cuando puede salir del lugar en donde se encuentra y ser el único genio capaz de sacar de la oscuridad a un erudito (…).

El poder de las palabras y el valor del perdón

Entre la razón y la locura, nos trae como hemos indicado, una historia real. Es un hecho histórico en el cual, el poder de las palabras y el valor del perdón integran una vivencia fuera de lo común. Es importante señalar que, aunque los protagonistas de esta épica aventura fueron dos hombres, hubo dos mujeres que fueron clave en sus vidas.

Por un lado, estaba la esposa del profesor Murray, quien fue su firme apoyo en la elaboración del diccionario. Llegó un momento en que ni los delegados ni los académicos de Oxford confiaban en que pudiera cumplir tal empresa. Ella lo defendió en todo instante y fue su aliento cotidiano. Por otro lado, cabe destacar la figura de Eliza, la mujer del hombre al que William Chester Minor asesinó. 

En efecto, aquella joven lo visitó de manera frecuente e incluso le traía libros. Finalmente lo perdonó. A su vez, el señor Minor, que disponía de una pequeña fortuna acumulada durante sus años en el ejército, le legó todo su dinero a ella y a sus hijos a modo de expiación. El poder de las palabras y el valor del perdón fueron catárticos para este hombre atormentado que, durante un tiempo, pudo hallar la calma en medio de su locura…

The Professor and the Madman es la historia de dos hombres unidos por las letras y el deseo de protección del lenguaje y la riqueza del idioma.

El final de Murray y Minor

Más allá de lo que nos cuenta la película, es interesante saber cómo finalizó la vida de estas dos interesantes figuras. James Murray dedicó toda su vida a elaborar el diccionario, pero no pudo verlo terminado. La Universidad de Oxford siempre lo consideró un forastero, a pesar de su labor. Aunque poco antes de fallecer, se le dio el título de caballero y un doctorado honorario.

William Chester Minor tampoco vio finalizada esa obra a la que dedicó buena parte de su tiempo: su salud mental empeoró mucho en 1902. Las alucinaciones se intensificaron y llegó a cortarse el pene. No fue hasta 1910 cuando se le dio un diagnóstico: esquizofrenia. Fue deportado a Estados Unidos y falleció en un psiquiátrico.

Tristes finales para dos hombres que enriquecieron ese lenguaje que todos los días nos da la maravillosa oportunidad de comunicarse con los demás.

Valeria Sabater

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