Pornografía para escapar del aburrimiento o la falta de sentido

¿Qué papel juega la falta de sentido o el aburrimiento en el consumo de pornografía? ¿Consumimos pornografía como forma de evitar emociones? ¿Consumimos porno para sentirnos más excitados? ¡En este artículo te lo contamos!

Consumir porno es normal en muchas sociedades, lo que no quita que haya llamado la atención de la psicología por su posible impacto en nuestra salud mental. Todo lo relacionado con la sexualidad ha sido durante mucho tiempo un tema tabú, algo propio de la intimidad, pero sin sentido en el lenguaje social.

Recientemente, se ha publicado una investigación que estudia por qué a veces el porno se convierte en una vía de escape para el aburrimiento. Así, tomando como referencia sus conclusiones, trataremos de responder a preguntas como: ¿qué papel juega la falta de sentido o el aburrimiento en el consumo de pornografía? ¿Se consume pornografía para evitar emociones o solo consumimos porno para buscar emociones y placer sexual? ¡Averigüémoslo!

La psicología detrás del porno: personalidad y diferencias individuales

Los consumidores de pornografía varían según sus diferencias individuales, es decir, las características que diferencian a unas personas de otras (como el temperamento, la inteligencia o el sexo). Algunas de ellas son las siguientes:

  • Rasgos de la tríada oscura: personas que pueden caracterizarse por ser frías, arrogantes, faltas de remordimientos y maquiavélicas.
  • Orientación para relacionarse con más frecuencia y a corto plazo.
  • El valor otorgado a la pareja.
  • La historia de vida.

Se consume porno por muchas razones. Los autores del estudio señalan algunas, como el aumento del impulso sexual, el deseo de mejorar el desempeño, razones sociales o debido a la falta de habilidades sociales o emocionales. Además, ver porno puede ser considerado una conducta recreativa hedónica.

Durante la pandemia de COVID-19, la búsqueda en internet de material de este tipo se disparó, sobre todo en países donde se dictó un confinamiento y no había posibilidad de salir del domicilio. Como podemos deducir, el aburrimiento, combinado con la ansiedad y la incertidumbre, derivado de una situación con restricciones tan importantes, pudo ser notable.



El aburrimiento

El aburrimiento es una experiencia desagradable y cotidiana, y no es porque dispongamos la mayoría de mucho tiempo libre; se trata más bien de que es tan inusual, que cuando disponemos de él, no sabemos qué hacer. Una definición aproximada podría ser la de una dificultad para focalizar la atención en algo concreto.

El aburrimiento también es un síntoma de que falta sentido en la vida: produce inquietud, desinterés y carencia de propósito. La situación de aburrimiento no es sinónimo de estar relajado, al revés, cuando estamos aburridos tendemos a ser más impulsivos: nos implicamos en conductas de alimentación poco saludable o hacemos adquisiciones de bienes que en realidad no necesitamos.

La hipótesis del escape existencial

Al ser una experiencia desagradable, lo que vamos a intentar, por norma, es que pase. Bajo la amenaza del aburrimiento, notamos diferencias entre el “yo actual” -yo aburrido- y el “yo ideal” –el que perseguimos-.

“Las personas buscan escapar de la falta de sentido percibida de las amenazas existenciales mediante comportamientos hedónicos. Tales metas pueden ser satisfechas usando la pornografía como un medio de excitación, placer y sensación”.

-Grubbs, 2019-

Cuando experimentamos esas discrepancias nos vemos implicados en conductas que podríamos calificar como de escape Normalmente estos medios de escape son conductas hedónicas, placenteras. Un ejemplo de conducta de búsqueda de placer por parte de las personas ante el aburrimiento puede ser el aumento del deseo sexual.

Hay investigaciones que avalan cómo el interés de los hombres heterosexuales y bisexuales por el sexo sin compromiso funciona como una vía de escape ante el aburrimiento. En este caso, los hombres que tenían unos niveles de significado percibido más bajo también informaban de una mayor frecuencia de aburrimiento en sus vidas.

Consumir pornografía como mecanismo de afrontamiento

El consumo de pornografía también parece una estrategia recurrente para escapar de las preocupaciones y del estrés de la vida cotidiana, e incluso de combatir el dolor emocional. Aquí, el consumo de pornografía puede ser la palanca que busca la persona para desconectar de la realidad y buscar un alivio rápido, aunque poco duradero, de la angustia emocional. Podemos encontrar dos tipos de mecanismos relacionados con el sexo y la pornografía:

  • El uso de pornografía como medio de evitación emocional: para aplacar el aburrimiento y el dolor. Es de carácter más psicológico.
  • El uso de pornografía como medio de búsqueda de excitación y placer sexual: es de carácter más fisiológico y se relaciona más con la activación y la estimulación.

Cuando las personas utilizan este tipo de estrategias se pueden incrementar las conductas de búsqueda de sensaciones sexuales y de relaciones sexuales casuales y sin compromiso. La pérdida o el fracaso en alcanzar el desarrollo de unos objetivos de vida saludable es un factor esencial para el desarrollo del aburrimiento. Por tanto, el aburrimiento es un portador de sinsentido.

¿Cuánto porno ves?

Los investigadores midieron la frecuencia con la que los participantes consumían pornografía y los resultados fueron sorprendentes: las personas que dedicaban más tiempo a consumir porno también informaban que lo hacían para evitar emociones incómodas.

Así pues, se puede presumir que cuando sentimos falta de sentido en nuestras vidas, se pueden ver incrementadas conductas de búsqueda de excitación y placer sexual y, por tanto, con un mayor uso de pornografía. De la cantidad de pornografía que consume una persona se pueden extraer varias conclusiones:

  • El nivel de aburrimiento que se siente: indica falta de sentido en la vida.
  • La necesidad de utilizar la distracción mediante el porno: es un mecanismo de afrontamiento de este estado existencial desagradable.
  • La falta de sentido percibido: hace que se incrementen las conductas de búsqueda de excitación y placer sexual.
  • La evitación emocional: las emociones dolorosas pueden verse atenuadas a través de comportamientos hedónicos.
  • La autoestima: la baja autoestima podría ser un factor de riesgo para abordar la amenaza existencial de la falta de sentido en la vida a través del consumo desmedido de pornografía.

También se ha encontrado que el paso de los años hace que experimentemos aburrimiento con menos frecuencia. Además, parece que las estrategias de afrontamiento en respuesta al malestar que puede producir la sensación de vacío existencial se optimizan con la acumulación de experiencia.

Finalmente, señalar que el consumo excesivo de pornografía puede dar lugar a una adicción, generando problemas a nivel físico y mental. Su incidencia en la población es cada vez más notable debido a las nuevas tecnologías. Si crees que este puede ser tu caso, no dudes en contactar con un profesional de confianza.

Gorka Jiménez Pajares.

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