La alteración perceptiva sobre las finanzas propias tiene diversas consecuencias, como depresión, endeudamiento y ansiedad, entre otras. Si quieres saber más de sus efectos y conocer sus síntomas, ¡sigue leyendo!
La dismorfia del dinero evidencia una incongruencia entre la realidad y la representación económica mental de los recursos financieros. Se parece un poco al trastorno dismórfico corporal, en el que existe la apreciación excesiva de defectos en el cuerpo, a pesar de que estos sean mínimos e imperceptibles para otros.
En ambos casos, la coincidencia es que lo real no está en sintonía con la imagen que hace la mente. Pero en este artículo profundizaremos, en particular, sobre el problema en el ámbito monetario, conoceremos sus síntomas y aprenderemos a afrontarlo.
¿En qué consiste la dismorfia del dinero?
La dismorfia del dinero, conocida también como dismorfia monetaria, es una alteración de la percepción en la que una persona considera que cuenta con más recursos económicos de los que en verdad posee. Esto la lleva a gastar de manera desmedida, pues confía en que tiene de sobra.
En la actualidad, este problema se ha exacerbado debido al incremento de la producción de bienes y servicios publicitados en las plataformas digitales. El mercado tomó posesión de la tecnología y de la comunicación instantánea, para promocionar sus marcas e incentivar el consumo.
Son muchos los influencers que realizan pautas publicitarias con el fin de motivar la compra de productos. En este contexto, las personas se dejan persuadir por las celebridades del Internet, por la moda y las tendencias consumistas de las redes sociales, lo que las hace gastar y perder más dinero del que en realidad tienen.
Así pues, el deseo de encajar y de ser parte de los estilos de vida masivos ha creado el terreno propicio para la alteración perceptiva a nivel económico. En paralelo, empezaron a emerger nuevos malestares y preocupaciones que nutren este tipo de dismorfia.
¿Cuáles son los síntomas de la dismorfia del dinero?
Como no es un trastorno mental reconocido, no es posible definir una serie de signos o síntomas avalados por las ciencias de la salud, la psiquiatría o la psicología. No obstante, es posible identificar algunas características o rasgos comunes en quienes se aquejan de este problema:
- Ideas obsesivas sobre ser rico
- Incapacidad de ahorrar dinero
- Estrés e inseguridad financiera
- Percepción alterada sobre el dinero
- Deficiencia en las decisiones financieras
- Gastos innecesarios en bienes de consumo
- Compararse constantemente con los demás
- Gastos que superan el presupuesto de la persona
- Percepción alterada sobre los límites económicos
- Frustración por la falta de dinero para suplir otras necesidades
Consecuencias de la dismorfia del dinero
Cuando no se actúa con base en lo que se tiene, sino en lo que se piensa que se posee, los resultados económicos no son muy alentadores. Además, se pueden producir tensiones a nivel interpersonal y malestares psíquicos. Veamos algunas de las consecuencias.
Endeudamiento
Deber dinero a los demás es uno de los efectos negativos más destacados de la dismorfia monetaria. Debido a que la persona cree tener más de lo que de verdad ha ahorrado, gasta sobre esa idea y genera más egresos que ingresos. Esto puede hacer que termine pidiendo dinero prestado a otros o entidades bancarias para cubrir sus deudas.
Pérdidas económicas
El sujeto despilfarra más de lo que tiene y sufre pérdidas económicas por adquirir bienes demasiado costosos. La facilidad para acceder al dinero mediante tarjetas de crédito hace que el individuo continúe comprando cosas innecesarias. De este modo, su deuda aumenta.
Acumulación excesiva
Comprar la mayoría de productos que se desean o que son recomendados por influencers puede provocar una acumulación de cosas que no hacen falta e inútiles en la casa. Este exceso de lujos llega a ocasionar conflictos con la familia o con quienes se conviva.
Ansiedad
Alguien con este problema se preocupa por su situación monetaria actual repleta de deudas y dificultades económicas. Como consecuencia, aparece la ansiedad que le anticipa una catástrofe financiera. Aunque esta predicción la inquiete más, no puede dejar de ceder ante la dismorfia monetaria.
Depresión
La dismorfia financiera puede hacer que el individuo se sienta insatisfecho con su propia vida, lo cual repercute de manera negativa sobre su bienestar general. Aparte, los apuros financieros, la falta de éxito económico y la culpa por gastar en exceso quizás hagan sentir a la persona insuficiente, triste y desesperanzada. Todas estas molestias propician estados depresivos.
La dismorfia monetaria en los millennials y en la generación Z
Esta dismorfia parece ser más prevalente entre los millennials y la generación Z. Probablemente, porque son dos grupos poblacionales que crecieron en medio de los últimos avances tecnológicos.
Al ser nativos digitales, están más expuestos a las influencias del mercado que se promocionan todos los días en medio de las redes sociales. A causa de ello, estas personas son más vulnerables a imitar las tendencias de consumo seguidas y recomendadas por influenciadores famosos.
De acuerdo con datos de una encuesta realizada por Qualtrics, en nombre de Intuit Credit Karma, «[…]el 43 % de la generación Z y el 41 % de los millennials dijeron que experimentan dismorfia monetaria, en comparación con el 25 % de la generación X y solo el 14 % de los encuestados de 59 años o más».
Tales hallazgos respaldan de manera parcial que la generación Z y los millennials son los más afectados por las distorsiones y la obsesión de acumular riquezas.
A pesar de que estos resultados no pueden ser generalizados, debido a limitaciones metodológicas, no dejan de llamar la atención sobre el impacto que tienen los cambios sociales y económicos sobre el estilo de vida y la salud de las personas.
¿Cómo superar la dismorfia del dinero?
Puesto que no es un trastorno oficial, no se han desarrollado planes de tratamiento avalados por la evidencia empírica. Por eso, a continuación, ofreceremos recomendaciones generales para lidiar con este problema.
1. Acepta el problema
El primer paso es reconocer que tienes la dismorfia y comprometerte con el cambio. Mientras te resistas a aceptar tu problema, este persistirá. La aceptación implica acoger la experiencia sin juzgarla ni criticarla, para luego modificar las pautas disfuncionales.
2. Regula tus emociones
Es posible que no seas capaz de afrontar la situación porque no tengas mucha agilidad emocional para regular esos impulsos que te motivan a gastar por encima de lo que tienes. Identifica y nombra tus emociones, siéntelas sin intentar cambiarlas, realiza ejercicios de relajación y respiración para calmar tu mente. Céntrate en tus metas y redirecciona el impulso emocional hacia eso que valoras.
3. Limita el uso de redes sociales
Las plataformas digitales son espacios donde proliferan ofertas y publicidades que pueden tentarte a seguir los impulsos de tu dismorfia. Por este motivo, te sugerimos limitar el tiempo que pasas en las redes sociales. Haz un plan de uso moderado de acuerdo con tu comodidad; por ejemplo, apartar media hora al día para navegar en tus plataformas favoritas.
4. Cumple tus metas económicas
Establécete metas financieras sencillas de cumplir, que estén en sintonía con tus valores y te ayuden a mejorar tu relación con el dinero. Un norte claro y comprometerte con él te dará mayor fuerza para no inclinarte hacia tu dismorfia.
5. Solicita asesoramiento financiero
La orientación financiera brinda técnicas para aprender a gestionar y distribuir tus recursos monetarios. Al tener herramientas para saber qué hacer con tu economía, mejorará la manera en la que inviertes y evitarás gastos que solo te generan deudas.
6. Pide ayuda psicológica
Un psicoterapeuta te ofrecerá estrategias para regular tus emociones e impulsos. Mediante su acompañamiento, también aprenderás sobre tus patrones de acción y cómo cambiarlos a favor de tus valores, de tu salud mental y de tu estabilidad financiera.
Enfrenta y sal del problema dismórfico monetario
Es posible que esta dismorfia ocasione un malestar significativo en la vida de quien la padece. Se sabe que tiene consecuencias afectivas, relacionales y económicas que deterioran la calidad de vida.
En este artículo, has aprendido también que es una condición que perjudica, sobre todo, a los millennials y a los de la generación Z. Por fortuna, puede ser afrontada y superada a través del acompañamiento psicológico y de la orientación de expertos en finanzas.