Retomar las responsabilidades laborales en medio de un duelo es complicado. Sin embargo, aplicando un buen autocuidado es posible facilitar la adaptación. Mira por qué.
Una pérdida es capaz de poner en pausa nuestra vida. El dolor, la confusión, el miedo y la incertidumbre son tan intensos que quizás sintamos que todo se paraliza y que no somos capaces de continuar. A pesar de esto, el mundo sigue girando y las obligaciones no esperan. Por lo mismo, es común preguntarse cómo regresar al trabajo tras una pérdida y seguir funcionando.
Hay quienes escogen por voluntad propia regresar a su puesto laboral de inmediato, porque les supone una suerte de alivio o distracción al dolor. Pero también es verdad que otros no pueden permitírselo por el alto nivel de exigencia y competitividad o, quizás, porque su dolor no será comprendido. Es lo que ocurre, por ejemplo, tras un divorcio o una ruptura de pareja.
A pesar de esto, hay algunas claves posibles de aplicar para cuidar de nosotros durante el proceso y es importante que las pongamos en marcha.
Consejos para regresar al trabajo tras una pérdida
Recordemos que cada persona es diferente y, por tanto, cada duelo es único. No obstante, ciertas estrategias de autocuidado son básicas para atravesar este trance de la mejor forma posible.
No utilices el trabajo para evadir el dolor
Como decíamos, para algunas personas supone un alivio retomar sus responsabilidades laborales porque esto les permite evadir el dolor temporalmente. Ir a trabajar proporciona estructura a sus días, quizás una motivación o un refugio en aquello que no ha cambiado. Pero no es positivo escudarse en ello para no sentir.
Dentro de las diferentes estrategias de afrontamiento del duelo, aquellas que son evasivas o se dirigen a suprimir los sentimientos solo interrumpen el proceso y hacen que el malestar se prolongue. En su lugar, es preferible afrontar lo ocurrido y cómo nos hace sentir (Bermejo et al., 2012).
Pide ayuda o adaptaciones
Si decides regresar al trabajo tras una pérdida, o tienes que hacerlo, recuerda que es posible pedir una serie de ajustes que te ayuden a adaptarte a la nueva situación. De hecho, esto es necesario, ya que si el duelo se ve privado de sus derechos, es probable que surjan importantes consecuencias para la organización y para el individuo.
Tal vez no estés en las condiciones psicológicas y emocionales para rendir como de costumbre. Por ello, como sugieren Gilbert y Kelloway (2021), en un artículo sobre el duelo en el trabajo, es factible solicitar una reducción de jornada o la aplicación del teletrabajo.
También puedes beneficiarte de un cambio temporal de tareas, haciéndote cargo de aquellas más mecánicas o sencillas que no requieran una excesiva concentración o esfuerzo mental.
Incluso, ayuda el pedirle a un compañero o superior que revise tu trabajo para evitar errores o descuidos. Y es que, como recoge un texto publicado en Psychological Medicine, el duelo llega a afectar al funcionamiento cognitivo.
Procura ser asertivo
Aunque nada se compara con la angustia del doliente, para quienes le rodean no siempre es fácil saber cómo reaccionar y tampoco saben cómo realizar un buen acompañamiento al duelo. Los compañeros de trabajo pueden sacar el tema con frecuencia con la intención de mostrar empatía y apoyo o, por el contrario, evadir el asunto para no resultar intrusivos.
Lo cierto es que cada persona tiene una actitud al respecto. Así como hay quienes desean hablar, expresarse y recibir ese apoyo, están quienes se sienten incómodos ante los gestos de compasión. Por ello, lo más efectivo es ser asertivo y expresar si deseas tocar o no el tema y cuándo deseas hacerlo. Recuerda que no hay problema en poner límites.
Respeta tu propio dolor
Es posible que, incluso, para ti sea complicado acompañarte durante tu duelo. A las personas no nos gusta sentirnos frágiles, vulnerables o indefensas y menos mostrarnos así ante los demás. Por ello, es posible que te exijas en exceso y te sientas culpable o frustrado si no sientes la misma motivación ni rindes con la productividad que antes lo hacías.
Sé autocompasivo y entiende que el duelo es un proceso natural e inevitable que afecta al funcionamiento mental, a las emociones y a la capacidad para desenvolverte con normalidad. Con esto presente, ofrécete descansos, baja la exigencia y ten paciencia.
Organízate y revisa tu trabajo
Por último, es posible que al regresar al trabajo tras una pérdida experimentes ciertas dificultades de atención, concentración y toma de decisiones. Quizás sufras despistes, tengas dificultades de memoria y escasa claridad mental.
Ante ello, sería de utilidad implementar un sistema de organización que abarque las tareas pendientes de cada día y cuáles ya se cumplieron. Además, es posible que debas ser más meticuloso a la hora de revisar tus asignaciones, por los posibles fallos que puedan surgir.
Regresar al trabajo tras una pérdida es un proceso
Volver a trabajar tras sufrir una pérdida es dar el primer paso en la adaptación a esa nueva realidad que se plantea. No es una tarea sencilla, pero puede facilitarse si se aplica el autocuidado tanto dentro como fuera del entorno laboral.
Respetar tus tiempos, ritmos y límites, expresar cómo te sientes y apoyarte en quienes tienes alrededor son pequeñas acciones que marcan la diferencia.