Crecí en una pequeña ciudad de Arkansas y me metí en la universidad nada más acabar el instituto, sin embargo, no continué con la carrera porque la pagaba de mi bolsillo y me negué a pedir más préstamos de estudiantes.
Se me acabó del dinero, dejé por completo los estudios y me puse a trabajar.
Antes de dejar la universidad ya estaba trabajando a las órdenes de un contable, pero cuando me quedé sin ese empleo me entró el pánico por cómo iba a continuar pagando mi coche. A los 20 años conseguí un trabajo como cajera a media jornada en un banco local, y allí he estado desde entonces.
Ahora tengo un contrato de jornada completa en el departamento de investigación del banco. Estoy casada, tengo un hijo y vivimos de alquiler. Tanto mi marido como yo estuvimos pensando que deberíamos volver a estudiar para terminar nuestras respectivas carreras.
La seguridad laboral, la estabilidad de tener un trabajo que sabes que vas a tener durante años, es una de las principales razones por las que me quedé en mi trabajo actual. En los casi 10 años que llevo trabajando aquí nunca me han preocupado los despidos, pero ahora estoy sopesando otras opciones.
Terminar o no terminar la universidad
Mi marido trabaja a jornada completa y estudia en la universidad. Cuando él termine, el plan es que yo vuelva a estudiar la carrera de Trabajo Social.
La idea de volver a la universidad comenzó a rondarnos la cabeza cuando empezamos a pensar un poco más en nuestro plan de futuro. Mi trabajo actual no es lo que quiero hacer el resto de mi vida, y también me gustaría tener un sueldo decente.
No creo que sea necesario ir a la universidad para ganar un salario digno. Mi marido hizo un curso de programación informática que le abrió las puertas a empleos bien remunerados y ahora gana bastante dinero sin tener ningún título.
Sin embargo, yo no he encontrado trabajo de lo que me gusta por no tener el diploma. En el mundo de los cuidados sociales y la psicología, hay que tener un título para poder entrar.
La presión es real
Como millennial que cumple 30 años este año, me siento presionada a tener ciertas cosas.
Muchos de mis compañeros ganan un montón de dinero, pero tienen préstamos estudiantiles que pagar, al contrario que nosotros. Pero por otro lado, nosotros no tenemos casa, seguimos teniendo algunas deudas y me gustaría tener más ahorros.
En cierto modo, siento que vamos por detrás de todo el mundo con nuestra edad, pero aún estamos a tiempo. Dentro de 5 años tendré la carrera que quiero, no tendré deudas y tendremos casa propia. Estoy 100% segura de ello.
Mi consejo para alguien que entra en la veintena sería que intente pedir becas para estudiar en la universidad, que no se endeude, que no se compre un coche nuevo y que trabaje todo lo que pueda mientras no tenga hijos y mucha energía.