Suegras tóxicas

Las suegras tóxicas suelen ser una fuente de conflicto en la relación de pareja. Es por ello que, a continuación, te ayudamos a identificarlas y te enseñamos cómo ponerles un límite.

Hay mucho de mito en eso de que las suegras son entrometidas, chismosas, controladoras, matriarcas (sobre todo la madre del marido). Pero también es cierto que existen algunas que realmente son de temer. Pero el problema no es de las madres, de esas suegras tóxicas, sino de los hijos que no saben poner freno a su intromisión, algo que termina generando bastantes conflictos.

En realidad, el gran inconveniente no es cuando la suegra tira la primera piedra, sino cuando el hijo no defiende a su esposa. Atención, que también puede suceder a la inversa con la madre de la mujer o hasta con los padres, aunque es cierto que en este último caso se da con menor frecuencia.

Sin embargo, como se decía anteriormente, una persona hará lo que se le permita hacer. Ocurre a cualquier edad. Si desde el primer episodio se le dice, amablemente, que no se entrometa en asuntos que no le incumben, hay más posibilidades de que eso quede solo como una anécdota.



“Si quieres ser buena suegra y por tu nuera alabada, ten la bolsa abierta y la boca bien cerrada”.

-Refrán popular-

¿Cómo actúan las suegras tóxicas?

Existen diversos tipos de suegras tóxicas. Sin embargo, todas comparten la característica de tratar a sus hijos como si todavía fueran unos niños; de manera que sus acciones suelen generar conflictos en la relación de pareja.

Además, suelen ser madres egoístas y/o muy dependientes de los hijos, por lo que creen tener el derecho de entrometerse en sus vidas cada vez que lo deseen.

Entre los tipos de suegras tóxicas más comunes encontramos:

Las que siempre critican

Son aquellas suegras cuyas creencias, valores y formas de actuar son muy distintas a las de  la nuera o yerno. Por tanto, están convencidas de que la pareja de su hijo/a no encaja en la familia.

Para ellas, su visión del mundo es la correcta, por lo que no están dispuestas a aceptar otras perspectivas o formas de hacer las cosas. De esta forma, suelen criticar todo lo que hace su nuera o yerno, y es casi imposible dialogar o darle a conocer la opinión del otro.

Las que manipulan a sus hijos

Son aquellas suegras que utilizan a sus hijos para satisfacer sus carencias o necesidades afectivas. Por lo que recurren al chantaje emocional para su propio beneficio y toman las riendas en diversos aspectos de la vida de los hijos.

Por ejemplo, manipular al hijo y a su pareja para que no se vayan de viaje porque pasará los días sola. En este caso, las típicas frases serían “si me pasa algo, me las tendré que arreglar yo sola”, o “yo jamás dejé a mi madre sola ni un fin de semana”.

Suegras machistas

Suelen ser una real pesadilla para las mujeres, especialmente para aquellas que rompen con el status quo de la mujer ama de casa que atiende al esposo y a los hijos.

Para este tipo de suegras tóxicas, la nuera debe limitarse a realizar las tareas del hogar, atender a la pareja y a los hijos. Y, en caso de no cumplir con dicho rol, será la primera en opinar y en presionar para que la mujer cambie.

Las que siempre hacen drama

Se trata de aquellas suegras que agotan a los hijos y a sus parejas con sus problemas. Son mujeres a las que siempre les sucede algo y es muy raro cuando no se quejan de algo.

Para los hijos y sus parejas esta actitud suele ser muy desgastante, pues por más que intentan ayudarla, pareciera que no quiere solventar nada y que prefiere quedarse en la queja.

Las perfeccionistas

Son aquellas suegras que rechazan a las parejas de sus hijos como persona, ya que consideran que no son lo suficientemente buenas para ellos. Sus comportamientos pueden ser sumamente peligrosos, ya que suelen demostrar su rechazo de forma directa.

De hecho, llegan a hablar mal de las parejas de sus hijos con ellos mismos y con el resto de la familia, con la finalidad de volverlos en contra.

Consecuencias de la actitud tóxica de las suegras

Cuando en una relación entran terceras personas sin que haya un consenso al respecto, el conflicto estará a la orden del día. Puede que haya una parte de celos en la esposa, o de la suegra, una disputa por el amor del hombre, pero en definitiva, los que terminan peleándose son los esposos.

Por ello, es importante saber distribuir el tiempo y dejar algunas cosas claras cuando surgen los conflictos. Una relación es de dos. Los demás pueden opinar, sin embargo, entre la opinión y la intromisión hay una fina línea que lo separa. Así pues, ¿hasta dónde debemos dejar que las suegras opinen?

Una de las claves es dejar que se expresen sin que por ello llegue a condicionar la relación. De esta forma, ellas podrán decir lo que quieran, pero el hijo o la hija podrá tener más o menos en cuenta sus palabras. Si nuestra relación está bien afianzada y el amor es sano y genuino, lo que digan las suegras nos será más indiferente.

En ocasiones, incluso, si la intromisión es demasiado evidente, una conversación será suficiente. Pero, ¿qué ocurre si no ponemos freno y dejamos que influyan en la relación?

Situaciones desagradables

Las estadísticas indican que así es en la mayoría de los casos. Llevar esa carga familiar puede dar lugar a otras situaciones y hasta puede demostrar la falta de madurez de los hijos para no enfrentarse a sus padres, en especial a esas suegras tóxicas. Por ello, es muy importante tener una charla cuando la opinión de la suegra se convierte en intromisión impertinente.

Desde llevarle su comida preferida a indicar cómo criar a los hijos (o sea sus nietos), pasando por querer cambiar cosas de la nuera a intentar vivir en la casa de la pareja (o pasar muchas horas allí), todo es posible. Es entonces cuando el matrimonio ha de demostrar lo fuerte y maduro que es y, sobre todo, que no se deja influir por lo que dicen los “terceros”.

Esto no significa que la suegra sea un demonio por querer ayudar a su hijo y a su nuera, porque todo depende de cuánto permiso se le otorga o hasta qué punto puede opinar o meterse en la vida ajena. El problema real comienza cuando el hijo o hija no es capaz de reconocer la intromisión, el recelo o el rechazo hacia la esposa. En muchos casos, culpa a su pareja de ciertos comentarios, no sabe defender a su compañera, no se enfrenta a su madre, etc.

“No existe la madre perfecta, pero hay un millón de maneras de ser una buena madre”.

-Jill Churchill-

Reaccionar ante las suegras tóxicas

Pongamos un ejemplo. Llega a la casa de la pareja la madre de él, abre la nevera y se fija que haya todo lo que a su hijo le gusta, indica que esa comida no es saludable para él o que le va a preparar su plato preferido. La esposa le comenta la situación a su pareja. Pero, en lugar de hablar con su madre, el hombre dice que está exagerando, que “solo quiere ayudar”, que deje que opine sobre el tema de la comida, que no lo hace para molestar, que no está mal.

Hasta allí podría ser una situación normal en una pareja. Ahora bien, siguiendo con ese ejemplo, la misma suegra llega a la casa y le dice al hijo que su esposa es una desordenada, que no sabe cocinar, que no lo “atiende” como corresponde.

¿Cuál es la actitud que debería (idílicamente) tomar? De defensa de su pareja, de pedir a su madre que no se entrometa, que ya es mayor como para cuidarse solo. ¿Y si no lo hace? Entonces algo está fallando.

La excusa de no herir los sentimientos no cuenta, es vital hacerse cargo de su dependencia. Son situaciones complejas. El hecho de que la esposa sea de una forma que no agrade a la suegra no es motivo para entrometerse en la relación. Si su hijo es feliz, es lo importante.

“Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti y nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes”.

-Jorge Bucay-

Hablando se entiende la gente

Si deseas mantener a tu pareja fuera de este problema, lo ideal es hablar sin la presencia de la suegra. Deja en claro que hay un precedente y que esto puede ir más lejos. Analiza la reacción de tu esposo para saber a qué atenerte y cómo reaccionar si la intromisión aumenta. Pero bajo ningún punto de vista, hacer que la relación madre-hijo se rompa, mucho menos delante de ella. Porque ahí sí que puede desatarse una guerra.

Lo ideal sería adquirir un equilibro en la relación de ese triángulo hijo-pareja-suegra. Saber delimitar el papel de cada uno y lo que puede ser una opinión constructiva no se convierta en una crítica malsana. Muchas madres pueden sentir celos de las nueras, y muchas nueras celos de las madres.

En estos casos, es fundamental ser conscientes que tanto una madre como la pareja forman parte de la vida y son amores importantes, diferentes, pero amores.

Consejos para lidiar con suegras tóxicas

Por su parte, también es importante saber cómo llevar la relación con la madre de nuestra pareja. En este caso te recomendamos:

  • Evita contarle a tu suegra tus intimidades o problemas de pareja, ya que es probable que pueda usar esta información en tu contra.
  • Intenta buscar cosas que tengan en común para establecer un vínculo más positivo.
  • Evita caer en provocaciones y entrar en discusiones con ella.
  • Ten en cuenta que quien debe poner los límites es tu pareja, para ello, es fundamental conversar con él/ella.
  • No metas a los niños en las discusiones familiares, ni los utilices para hacerle daño a tu suegra.
  • No hables mal de tu suegra a tu pareja. Recuerda que ella es su madre y debe haber respeto.
  • No permitas que sus acciones te afecten más de la cuenta. Por tanto, réstale importancia a sus comportamientos tóxicos. Si nota que no están surgiendo efectos en ti, es probable que los disminuya.

Para concluir, recuerda que una vez que te comprometes con tu pareja, su familia pasa a ser parte de la tuya. Así que, intenta mejorar la relación con tu suegra o, en el peor de los casos, evita empeorarla.

Yamila Papa

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