La visión de futuro de Snapchat tiene algo de distopía

La fundadora de Snapchat, Alyssa McKay, subió al escenario el martes pasado durante NewFront, el evento anual que la plataforma ofrece a las marcas. En el evento su mensaje fue muy sencillo: ningún aspecto de su vida estaba fuera del alcance de sus seguidores.

«Ven todo lo que hago, todos los días, desde que me levanto hasta que me acuesto, literalmente», dijo. «Mis seguidores de Snapchat sienten como si estuvieran videollamando a su mejor amigo cuando ven una de mis historias, lo que me parece muy bonito».

Los hábitos de publicación de McKay y su guiño a las «bonitas» relaciones parasociales con sus seguidores marcaron la amplia —y a veces distópica— propuesta que Snap lanzó a las marcas durante el evento. Snapchat defendió que su plataforma es uno de los últimos lugares donde mantener relaciones «auténticas» y «reales» y, por tanto, es un gran lugar para las marcas.

Snapchat siempre se ha apoyado en su capacidad para fomentar las conexiones reales entre amigos como algo que la diferencia de otras redes sociales.

«Creemos que somos el antídoto a las redes sociales tradicionales, que parecen dividirnos más que conectarnos», aseguró en el evento su responsable para EEUU, Rob Wilk. «Creamos un espacio para que la gente sea realmente ella misma, y todo el tiempo hemos estado construyendo para un futuro basado en la realidad».

Pero conforme Snapchat introduce nuevas funciones que empujan hacia esas «amistades» unidireccionales, su discurso se enturbia cada vez más.

Por ejemplo, la compañía concluyó su presentación del martes con la presentación de su nuevo chatbot con IA generativa, My AI, una característica que ha asustado e ilusionado a partes iguales a los usuarios desde que se lanzó el mes pasado.

«Cada snapchatter tiene ahora un nuevo compañero para la curiosidad, la conexión y la utilidad sin fin», defendió Wilk sobre el chatbot.

Puede que sea cierto, pero si Snapchat se convierte en un lugar al que los usuarios acuden para chatear con una IA o ver cada momento de la vida de un influencer, esas conexiones de las que hablan los ejecutivos empiezan a parecer cada vez menos «basadas en la realidad».

El mensaje principal de Snap —que su app es uno de los últimos lugares para la conexión real— resonó en todos los discursos de los ejecutivos. Mientras que Wilk se tomó su tiempo para compartir cómo la función de chat de la aplicación le ayudó a construir relaciones más estrechas con sus 3 hijos, la directora creativa, Colleen DeCourcy, explicó que la app le había ayudado a estar más cerca de su madre, recientemente fallecida.

Wilk sugirió que Snapchat podría incluso ayudar a resolver esa «recesión de la amistad» que ha surgido en los últimos años: diversos estudios indican que el número de personas que creen no tener amigos íntimos se ha disparado en las últimas décadas.

Pero si el «oasis privado para ser tú mismo» que es Snapchat, como dijo DeCourcy, se convierte tanto en influencers y chatbots de IA como en conectar con amigos de la vida real, la empresa podría estar ayudando a marcar el comienzo del futuro distópico de menos relaciones «auténticas» contra el que está advirtiendo.

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