Microsoft sigue ganando la guerra de la nube contra Google, pero en la IA todo está por decidir

Puede que Microsoft supere a Google en computación en nube, pero estos dos gigantes de la tecnología aún están batallando por el dominio de la IA, y aumentando su multimillonario gasto en el proceso.

Las dos grandes empresas tecnológicas han presentado esta semana sus resultados, superando las estimaciones de los analistas.

Los ingresos de Google Cloud aumentaron un 35% respecto al año anterior, hasta los 11.400 millones de dólares, impulsados, según la empresa, por el «crecimiento acelerado» de sus productos de inteligencia artificial.

El segmento de Nube Inteligente de Microsoft, en el que se incluye Azure, aumentó un 20% en términos interanuales, hasta alcanzar los 24.100 millones de dólares.

A principios de esta semana, Microsoft acentuó la rivalidad en el segmento de la nube, acusando a Google de llevar a cabo «campañas en la sombra» para influir en la regulación europea en materia de computación en nube. En respuesta, Google contó a BI que había manifestado «públicamente» su preocupación por la concesión de licencias en la nube por parte de Microsoft.

Aunque Google ha registrado un mayor crecimiento de la nube, Microsoft sigue por delante en cuota de mercado, situándose —eso sí— ambos por detrás del líder del mercado, Amazon Web Services.

La nube es un segmento especialmente importante para Microsoft. Jeremy Goldman, director senior en Emarketer, califica Azure como «el eje de la estrategia de crecimiento de Microsoft». Según él, aunque el negocio en la nube de Microsoft ha registrado unos beneficios considerables, se ha desacelerado respecto al «ritmo vertiginoso» de trimestres anteriores.

«Google Cloud está creciendo, pero desde un lugar mucho más pequeño en el mercado. En términos de tracción en el mercado, Google está mucho más atrás. Necesitará ganar muchos más clientes para acercarse mínimamente al tamaño de Azure», explica Tracy Woo, analista principal de Forrester.

Todos los ojos puestos en la IA

Wall Street también está vigilando de cerca el rendimiento de las inversiones en IA de las dos empresas y de las grandes tecnológicas en general.

Los inversores han observado con atención las previsiones de ingresos, ya que las empresas están invirtiendo mucho en investigación y desarrollo de IA, y están muy pendientes de los gastos de capital.

Microsoft anunció el miércoles que había destinado 20.000 millones de dólares a gastos de capital en IA durante el trimestre, casi el doble de los 11.200 millones gastados en el primer trimestre del año anterior. En cambio, el capex de Alphabet aumentó un 62%, hasta 13.000 millones de dólares, en el tercer trimestre.

La IA fue un motor clave del crecimiento trimestral de Google, y el CEO Sundar Pichai afirmó que las inversiones en IA de la empresa ya están «dando sus frutos». Las acciones de la empresa subieron más de un 5% en las operaciones posteriores al cierre, pero cayeron a lo largo del jueves.

Microsoft, que presentó sus resultados el miércoles, experimentó una caída del 3,7% en las operaciones previas a la apertura del mercado del jueves y siguió bajando a lo largo del día.

Jake Behan, director de mercados de capitales de Direxion, dice que sigue existiendo la preocupación de que Microsoft no aproveche plenamente sus inversiones en IA, lo que puede haber contribuido a la caída del precio de las acciones.

Ganadores y perdedores de la IA

Google adquirió la startup británica líder en IA DeepMind en 2014. Pero la temprana inversión de Microsoft en OpenAI, la empresa que está detrás de ChatGPT, ha dejado a Google enfrentándose a la idea —merecida o no— de que se ha quedado atrás en la carrera de la IA.

Sin embargo, los ingresos de Google y el crecimiento del negocio en la nube pueden ser los primeros indicios de que el gasto en inteligencia artificial de Alphabet ya está dando sus frutos. La empresa también ha incorporado con éxito la IA a sus propias operaciones, y Pichai ha afirmado que más de una cuarta parte del nuevo código de Google lo crea la IA y luego lo comprueban los empleados.

Woo afirma que a Google «le pilló de improviso el anuncio de Microsoft y su alianza Open AI y el posterior lanzamiento de Copilot».

«No me sorprende que Azure haya ralentizado su crecimiento, porque Google tenía mucho terreno que recuperar en lo que respecta a la IA. Ahora Google ha sido capaz de convertir algunos de sus primeros errores en IA en un verdadero impulso en el mercado que estábamos acostumbrados a ver de Google», sentencia.

En una nota, BofA Securities ha calificado el crecimiento de Google en la nube de «sorpresa positiva» que sugiere que «el ciclo de crecimiento de la IA ha llegado».

Por el contrario, Goldman, de Emarketer, afirma que, aunque los fundamentales de Microsoft son sólidos, «el mercado necesita garantías de que estas enormes inversiones en IA y en la nube impulsarán un crecimiento real».

Aún está por determinar quién saldrá victorioso en la carrera general de la IA. Depende del éxito y la rapidez con la que ambas empresas puedan ofrecer servicios de IA.

«Los gastos de capital relacionados con la IA son el principal foco de atención», afirma Behan. «Las empresas que puedan monetizar esos gastos serán las ganadoras, y las que no puedan serán las perdedoras».

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