Las personas que caen bien a todo el mundo tienen en común estos cinco rasgos

Seguro que en alguna ocasión has conocido a alguien que da la impresión de caer bien a todo el mundo. Da igual el ambiente o entorno en el que se encuentre, este tipo de persona es capaz de despertar la simpatía de sus semejantes, e incluso te preguntan por él aunque haga siglos que no le ven.

Pero en realidad, ¿qué es lo que hace falta para que suceda algo así? ¿Es cuestión de carácter? ¿De carisma? ¿Personalidad? Si te fijas con atención, no es ningún misterio. Existen razones por las que se produce este fenómeno.

Estas son las 5 cualidades que comparten las personas que caen bien a todo el mundo. 

Mostrar interés en los demás

Está demostrado que una de las cualidades que más valoran las personas a la hora de tratar con los demás radica en el interés que un interlocutor muestra durante una conversación. Es decir, en prestar atención al otro de forma (al menos aparentemente) sincera. 

Algo que tiene lógica, si se tiene en cuenta que hoy en día resulta complicado no verte interrumpido por mil y una interrupción, empezando por todo lo que traen consigo los teléfonos móviles y demás dispositivos.

Ser optimista

Generalmente, uno ya carga con sus propios problemas, por lo que la gente que cae bien a todo el mundo suele tener un perfil alegre y optimista. Es decir, una postura que te haga pasar un rato distendido en lugar de cargarte con más quebraderos de cabeza que sumar a los que tú ya tienes. 

Una actitud positiva, sobre todo si no da la impresión de ser forzada, actúa como un imán social, haciendo que las interacciones sean más agradables.

La importancia del sentido del humor

Aquellos que caen bien a todo el mundo también acostumbran a tener una habilidad especial para utilizar el humor de manera positiva. Es decir, que no se trata de hacer chistes o tirar de chascarrillos continuos, sino de sorprender a los demás demostrando ingenio y buena disposición.

Hay que tener en cuenta, eso sí, que el sentido del humor es algo peculiar y personal. Todo el mundo lo tiene, en mayor o menor medida, pero no siempre tiene por qué ser compatible. Cuanto más irónico, más arriesgado resulta a la hora de contentar a los demás.

Autenticidad para caer bien a todo el mundo

Es natural que cuando te relacionas con alguien busques algo diferente, genuino. Y no hay mejor forma de conseguirlo que mediante autenticidad. Por regla general, suelen caer mejor aquellos que se comportan de manera natural y original. 

Por el contrario, quienes presentan actitudes forzadas o impostadas, por educados y encantadores que pretendan resultar, acostumbran a generar el efecto contrario… al menos en la mayoría.

Ser tolerante

Ser tolerante no solo quiere decir estar de acuerdo con ciertas opiniones o conductas, sino que es algo que puede ponerse en práctica cuando realmente importa: en el trato cercano y cotidiano con los demás, o incluso en el trabajo.

Estar o no de acuerdo con los demás es algo lógico, pero solo aquellos que son pacientes y comprensivos con quienes piensan diferente (o incluso insultan) terminan por caer bien a todo el mundo. 

Lo más curioso es que las cualidades que comparten las personas que caen bien a todo el mundo suelen darse de forma natural, espontánea. Suele suceder que se tiene o no. Si simplemente lo intentas imitar, no suele funcionar igual de bien.

Enrique Luque de Gregorio

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