Con el mal tiempo siempre aumentan las posibilidades de sufrir un accidente de tráfico. La niebla, la nieve o la lluvia intensa son obstáculos para todos los conductores.
Utilizar medidas de seguridad, como las cadenas o los neumáticos de invierno cuando nieva, es básico si quieres conducir sin exponerte a sobresaltos y percances.
Pero esto no es lo único que debes hacer, y tampoco es válido para todas las situaciones. Por ejemplo, cuando llueve de forma intensa debes hacer un esfuerzo por extremar precauciones.
Uno de los mayores peligros cuando está lloviendo y tienes que usar el coche es el fenómeno del aquaplanning. Esto ocurre cuando hay demasiada agua acumulada en la carretera y los neumáticos del vehículo no responder tan bien como de costumbre.
Es entonces cuando puede ocurrir un verdadero desastre: que el coche se deslice y pierda capacidad de frenado, con todo el riesgo que ello implica mientras estás haciendo un trayecto.
Además, la dirección, el agarre, la estabilidad y la tracción del coche también acaban sufriendo por culpa del aquaplanning.
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Debido al riesgo que conlleva conducir en estas situaciones, la Guardia Civil ha recopilado en su cuenta de Twitter 5 trucos que debes poner en práctica para evitar el aquaplanning.
Los consejos que ofrece la Guardia Civil son válidos para muchas situaciones en las que las condiciones son especialmente adversas, no sólo con la lluvia.
Por ejemplo, reducir la velocidad es necesario también cuando la carretera está cubierta por la nieve. Así tienes un mayor margen a la hora de reaccionar ante un imprevisto y controlas mejor el coche.
Eso sí, intenta no levantar el pie bruscamente del acelerador, pues la velocidad se reduce de forma brusca y puedes perder el control del vehículo.
Mantener las ruedas rectas, no pisar el embrague y no girar el volante son los otros trucos que recomienda la Guardia Civil. El motivo es el mismo: que el coche no te la juegue.
Y hay otros consejos básicos que debes tener en cuenta si vas a conducir cuando la carretera no se encuentra en las mejores condiciones.
Un ejemplo claro que depende de ti es que los neumáticos estén siempre en buen estado. Si el dibujo o la banda de rodadura se han desgastado es momento de que los cambies por otros nuevos.
En ningún caso utilices neumáticos caducados, y asegúrate de que la presión de los mismos es la que establece el fabricante.
Por último, aumentar la distancia de seguridad respecto al resto de coches que circulan por la vía es otra recomendación clave. Así puedes anticiparte a situaciones de peligro y no pones en riesgo a los demás conductores.