Mi pareja no acepta a mis hijos: qué hacer

Cuando tu nueva pareja no acepta a tus hijos, es el momento de intervenir y tomar decisiones. Aquí te contamos algunas estrategias que pueden ayudarte en esta situación.

Encontrar pareja después de una ruptura en la que has formado un núcleo familiar, descendencia incluida, puede ser un soplo de esperanza. Sin embargo, este puede apagarse si tu nueva pareja no acepta a tus hijos. ¿Qué hacer en ese momento?

Tener hijos, especialmente cuando son pequeños, con una pareja anterior, no suele ser una variable que aumente nuestras posibilidades de encontrar pareja. Más bien es un factor que lo hace más difícil. La nueva persona que entra no solo tiene que conocerte a ti, sino también a tus hijos, y aceptarlos.

Si te encuentras en esta situación, probablemente estás en conflicto, pues, por esta circunstancia, no ves continuidad con una persona a la que te gustaría seguir conociendo. Lo que pretendemos con este artículo es ayudarte a ordenar las ideas y manejar la situación, así que no te lo pierdas.



Cómo actuar cuando tu pareja no acepta a tus hijos

Seguramente has notado las señales: tu pareja ignora a tus hijos, se resiste a ir a tu casa, su interacción es tensa, se molesta cuando les das prioridad, etcétera. Si bien estas señales pueden ser muy sutiles fuera del papel, acabarás por percibirlas en algún momento.

Si dejas que esta situación continúe, sin resolverla, seguramente comprometerá los planes de futuro que tengas con esa pareja. Eso por no hablar de las consecuencias para tus hijos: tener que compartir tus atenciones con otra persona que les rechaza, e incluso vivir con ella en algún momento.

Por eso es importante que esta parte del horizonte esté despejada: primero, por tus hijos, y después por ajustar tu relación a los que ambos queráis realmente. Aquí tienes algunas estrategias para conseguirlo.

1. Habla con tu pareja

Si tu pareja no te ha comentado directamente su malestar en cuanto a tus hijos, toma tú la iniciativa y abre la conversación. Puede que el malestar sea fruto de que no los conoce a fondo, de haber vivido un momento desagradable con ellos o, simplemente, que no estén en sus prioridades de vida.

Aunque es respetable que a alguien no le gusten los niños -o tus hijos en concreto-, tu pareja debe entender que renunciar a ellos no es una opción. Aceptarlo o no es decisión suya, pero debe poner en orden sus prioridades y comunicártelo.

2. Habla con tus hijos

Para tus hijos también es una situación difícil, especialmente si son pequeños. Después de pasar por el proceso de divorcio, quedarse a vivir solo con uno de sus progenitores y que aparezca una tercera persona puede no favorecer precisamente la relación que mantienen contigo.

Tus hijos también tienen que poder expresarse. Escucha cómo se sienten y toma medidas para que puedan adaptarse a la nueva situación con facilidad.

En ocasiones, son los niños quienes rechazan a tu nueva pareja porque pueden sentir que, al aceptarla, renuncian a ese futuro imaginario de reconciliación entre sus padres o que, como mínimo, están traicionando al otro progenitor. Quizá necesites trabajar con los pequeños antes que con tu pareja.

Si son mayores, podrás trabajar a un nivel cognitivo más complejo. Explícales lo que supone para ti haber encontrado a alguien especial y que nunca vas a desatenderles ni a dejar de quererles por ello. Tu felicidad amorosa no es incompatible con tus hijos.

3. Antes de terminar con la relación, siempre puedes intentar que la relación mejore

Es posible que el rechazo sea fruto de los miedos y el desconocimiento, o simplemente que tus hijos y tu pareja no han empezado con buen pie. Si notas que el problema está en la mera interacción y no en algo más profundo, puedes intentar crear situaciones en las que ambas partes puedan relacionarse de forma positiva.

Salidas al campo, ir a un parque de atracciones, organizar comidas… Existen muchas formas de crear un buen ambiente. Saca partido de que conoces a las dos partes para crear circunstancias en las que puedan encontrarse.

4. Toma una decisión

Si las conversaciones o las medidas que hayas tomado no funcionan, es el momento de tomar una decisión. No es estrictamente necesario que cortes con tu pareja, pero sí que te replantees los planes de futuro que tengas con esa persona.

En los tiempos que corren, en los que las relaciones son flexibles, puede que encuentres un punto en el que puedas disfrutar del tiempo que pasas con tu pareja sin que ello suponga perjuicio para ninguna de las partes. Necesitaréis, eso sí, mucha capacidad de organización y la mente abierta, tanto tus hijos, como tú y tu pareja.

Sara González Juárez

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