12 tecnologías innovadoras que podrían poner fin al pago en efectivo

El fin del dinero en efectivo se viene prediciendo desde hace décadas aunque no acaba de llegar. Sin embargo, algunos datos apuntan a la cada vez menor importancia de este medio de pago, que pierde terreno frente a algunas tecnologías clásicas que se vienen usando desde hace años y otras innovaciones disruptivas que amenazan con poner fin (esta vez sí) al efectivo.

A este contexto se suma la acción de los gobiernos de algunos lugares del mundo, que aseguran que están acotando los pagos en billetes, monedas o cheques en aras de combatir la economía sumergida. En el caso de España se impondrá un límite de 1.000 euros para los pagos por esta vía y la Unión Europea pretende armonizar un límite de 10.000 euros.

Los bancos centrales de algunos países, como China, han emitido sus propias monedas digitales y muchos de ellos ya están preparando las suyas a la vez que favorecen la implantación de la vía digital. A ello se suma el auge de las criptomonedas, con cada vez una mayor presencia, sobre todo entre los más jóvenes, aunque todavía deben ser aceptadas mayoritariamente como medio habitual de pago.

Asimismo, la pandemia de coronavirus ha cambiado los hábitos de consumo y el miedo al contagio por contacto ha inculcado una cultura en la que cada vez es más habitual el pago por vías alternativas al metálico y otros métodos clásicos que se adaptan al pago sin contacto basados en la tecnología de comunicación de campo cercano o NFC, por sus siglas en inglés.



Los datos del Banco de España recogidos por La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) en su Barómetro de Innovación Financiera reflejan que el porcentaje de población que ha realizado algún pago con el teléfono móvil subió desde el 55,66 % anterior a la pandemia, hasta el 58,22 % durante el primer confinamiento y el 63,22 % a finales de 2020.

Las transacciones entre particulares a través de las nuevas tecnologías también han crecido de manera notable. Las transferencias de dinero desde el teléfono móvil han pasado de ser menos del 63% entre los encuestados antes del COVID-19 a superar el 75% a finales del año pasado, según la misma fuente.

Basta recordar el auge que ha tenido por ejemplo la plataforma Bizum. Desde la llegada de la pandemia ha crecido a tasas del 62,79%, el 65,93% y el 75,26% en los 3 últimos trimestres, según Funcas. Pero el auge de Bizum no es más que la punta del iceberg del sector de las fintech, que está creciendo de manera espectacular.

El verdadero punto de inflexión pueden ser las denominadas tecnologías biométricas, un campo que ya se utiliza para vigilar a la población, como en China, pero que puede tener un amplísimo recorrido en el sector financiero durante los próximos años. A escala mundial, se estima que el mercado de pagos biométricos crecerá a una tasa acumulada del 49% durante el periodo 2019-2027, según los datos del Research Nester de 2020.

Este informe apunta a que los líderes clave de la industria de pagos biométricos son Microsoft, Qualcomm, Tencent, Fujitsu, Hitachi, Fulcrum Biometrics, LLC, NXP Semiconductors y Diebold Nixdorf, pero cada vez hay más startups centradas en el desarrollo de estas tecnologías.

Hoy en día ya es posible pagar con la cara, con los ojos o mediante huella digital. Si estas nuevas herramientas darán la puntilla al dinero físico, aún está por ver. Por ahora, desde Business Insider España recopilamos las principales tecnologías innovadoras con potencial para acabar con el efectivo:

1. Pagar con la cara

Es una de las tecnologías más disruptivas dentro de los medios de pago. Un dispositivo con una cámara reconoce las características físicas del cliente y determina qué gestos indican que este quiere hacer el pago.

El más conocido quizás sea el sistema smile-to-pay que ha implantado el gigante del comercio electrónico Alibaba en China, que permite a los clientes de varios locales de la cadena de restauración KFC pagar solo con una sonrisa.

Apple Pay, la división de pagos de Apple también tiene una herramienta de reconocimiento facial que soporta pagos, su Face ID.

En España, BBVA anunció el año pasado que permitiría el pago por reconocimiento facial en los restaurantes de su sede y Banco Sabadell lanzó en 2019 una prueba piloto en las cafeterías de sus sedes de Sant Cugat (Barcelona), Madrid y Alicante.

2. Escaneo del iris

Dentro de los pagos con tecnologías biométricas existe la posibilidad de hacerlo a través del escaneo del iris del ojo. Es lo que ofrece, por ejemplo, Samsung Pay, que es ofrecido en multitud de bancos, también en España. Algunos desde hace tiempo, como BBVA, que fue el primero en implantarlo, en 2017.

3. Reconocimiento de voz

Como recoge Funcas, «algunas tecnológicas como Google ya están probando soluciones que permitirían la autenticación de voz para los pagos. El reto reside en que la tecnología no solo tiene que entender el contenido del mensaje (la orden del consumidor aceptando el pago), sino también reconocer su procedencia para garantizar la identidad del pagador», apuntan.

El servicio de Google Pay ya es aceptado por numerosos bancos que operan en España, como BBVA, Abanca, Bankia, Bankinter o Caja Rural, entre otros.

Según el informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros publicado hace medio año, esta tecnología «aún puede considerarse incipiente». Sin embargo, podría expandirse en el futuro, dado que su uso cada vez es más común en tareas cotidianas como encender las luces de la vivienda, poner música o activar un electrodoméstico.

4. Detección de los patrones de las venas

Otra herramienta de pagos biométricos son los detectores de los patrones de las venas. «Nuestra tecnología escanea el patrón de venas único de cada persona, un biométrico interno que no se puede rastrear ni copiar, lo que hace que Fingo sea una forma más segura e inclusiva de navegar por el mundo«, apuntan desde la empresa británica, especializada en este método de pago.

La compañía anunció una alianza el pasado mes de julio con Mastercard y también tiene un proyecto fuera del ámbito financiero para acceder a los servicios públicos del área metropolitana de la ciudad inglesa de Manchester.

5. Huella dactilar

Quizás los primeros pasos para pagar con el dedo los dieran en Suecia, donde miles de personas se implantaron hace tiempo un microchip bajo la piel. Ahora empresas como Samsung Pay o Apple Pay permiten realizar compras mediante el reconocimiento de la huella dactilar, sin necesidad de cirugías.

La vía son unas tarjetas de pago biométricas con un lector de huellas dactilares incorporado que eliminan la necesidad de utilizar cualquier código PIN.

6. Palma de la mano

Amazon fue una de las primeras empresas en incorporar al mundo físico los métodos de pago digitales, a través de los supermercados sin cajeros Amazon Go, y ahora quiere seguir innovando de la mano de un sistema para pagar con la palma de la mano.

El sistema arrancó en septiembre de 2020 y utiliza la información de la palma de la mano como autentificación biométrica. La compañía fundada por Jeff Bezos registra la información biométrica de esta parte del cuerpo y la liga a una cuenta de Amazon digital, donde se le carga el importe de la compra al cliente.

7. Anillo

Hay al menos 2 empresas que están comercializando anillos para realizar pagos. Una es la inglesa McLear, que vende varios modelos ligados a una cuenta bancaria. Otra, la japonesa MTG Go, que, como publicó Business Insider España vende un anillo con un chip incrustado que permite desde cerrar la puerta de casa con llave hasta pagar las bebidas en las tiendas.

8. Pulseras

Aunque tampoco están muy extendidas, varias entidades financieras como ImaginBank, Banco Santander o CaixaBank permiten a sus clientes solicitar unas pulseras que incorporan la tecnología sin contacto mediante las cuales se puede pagar acercándolas a la superficie del Terminal de Punto de Venta (TPV).

9. Tarjetas más modernas

Hace escasos meses, Mastercard anunciaba que la banda magnética de sus tarjetas de débito y crédito comenzará a desaparecer en 2024 en regiones como Europa, «donde las tarjetas con chip ya son ampliamente utilizadas», según publicaba la compañía en un comunicado. En este anunciaban que, a partir de 2027, los bancos de Estados Unidos ya no estarán obligados a emitir tarjetas con chip con banda magnética, por lo que el futuro de las tarjetas clásicas podría ser su desaparición.

10. Relojes inteligentes

Otra herramienta con la que ya se está pagando es con los relojes inteligentes o smartwatches, de un modo muy similar al de los teléfonos móviles actuales. Estos dispositivos tendrán que tener un sistema de pagos NFC incorporado, por lo que no son tantos los modelos que pueden ser usados como medios de pago.

Los sistemas más utilizados son Apple Pay y Google Pay, además de Samsung Pay, que también comercializa smartwatches, aunque hay otras soluciones, como Fitbit Pay o Garmin Pay que también sirven para realizar compras.

11. Códigos QR

Los códigos QR, inventados en 1994 están reviviendo y podrían tener mucho futurosegún los expertos. La llegada de la pandemia ha disparado su uso, como apuntan desde Funcas, debido a que «son cómodos, seguros y rápidos».

«Con el establecimiento de las medidas de seguridad sanitarias, muchos usuarios se han acostumbrado a leer estos códigos para realizar múltiples actividades no necesariamente financieras (por ejemplo, leer la carta de un restaurante) y ahora empiezan a hacerlo para pagar en los establecimientos», señalan en el citado Barómetro de Innovación Financiera.

Este mismo verano, Continente abría en Lisboa el primer supermercado sin cajas de pago en Europa que funciona mediante un código QR que se presenta a través del móvil y la app de la cadena de supermercados, aunque sus posibilidades son enormes.

12. Criptomonedas

Por último, y aunque solo sean un medio efectivo de pago en El Salvador, las criptomonedas pueden suponer otro bache para la existencia del dinero en efectivo. Con un mercado de unos 2 billones de euros, el futuro de estas monedas digitales podría ser aún mayor cuando existan regulaciones específicas y, sobre todo, cuando comience a aceptarse como moneda al uso en más países.

Daniel Martín

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