Las llamadas spam son francamente molestas.
Ya sea por las clásicas que coges el teléfono y cuelgan al poco sin mediar ninguna palabra o por las peligrosas que con tan solo un simple «Sí» por tu parte pueden acceder a mucha de tu información privada, hasta las que te tienen horas al teléfono intentando venderte alguna promoción activa que tienen disponible o las que buscan estafarte.
Sea como sea, recibir un montón de llamadas desconocidas al día, habitualmente a horas que siempre vienen mal, como en una reunión o echándote la siesta, es lo habitual en estos tiempos.
Si no esperas una llamada es normal que si te llama un número desconocido, pases completamente de cogerlo al ver cómo han aflorado las llamadas spam, pero si estás esperando una llamada importante, es normal que cojas el teléfono.
¿El resultado habitual? Nunca es la persona que esperabas y la mayoría de las veces es una llamada comercial o peor: alguien que trata de robar información privada para acceder a los datos bancarios de sus víctimas.
¿Qué se puede hacer en estos casos? Apuntarte a la lista Robinson, una lista de exclusión publicitaria que te evitará todo tipo de telemarketing. Ahora bien, hay mucha gente que pasa olímpicamente de esto y es normal que estés absolutamente desesperado ante la insistencia de este tipo de llamadas.
Entonces, ¿Cuál es la solución? Pues hay muchos usuarios que parece que han dado con la clave para evitar llamadas spam. Lo único que tienes que hacer es contestar con una simple frase de 6 palabras: «¿De dónde habéis sacado mi número?»
El motivo de que puedan dejar de darte la brasa es tan simple que asusta: debido a la ley de protección de datos, las empresas ya no pueden realizar llamadas aleatorias como antes y tienen la obligación de informar de dónde vienen los datos y cómo los están usando.
Por tanto, si recibes una llamada comercial, ya sea de una empresa con la que previamente has firmado un acuerdo con una cláusula que permita este tipo de llamadas o de otra compañía cualquiera, puedes solicitar que no quieres recibir más llamadas o pedirle de dónde han sacado tu información personal.
Sea cual sea tu petición, debido a la normativa de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), el interlocutor debe acatar tu petición, ya que de negarse puede ser motivo de denuncia.
Lo normal al soltar esa frase que te comentaba es que la llamada termine abruptamente y no vuelvan a contactarte nunca más. Si las llamadas persisten, lo más efectivo es anotar el número y amenazar con denunciarles ante la AEPD, algo que generalmente termina en que no vuelvas a saber de ellos nunca más.