“La muerte es un misterio y el entierro, un secreto», dijo Stephen King. Los cementerios más bonitos y particulares del mundo atraen a viajeros atraídos por su calma, magnetismo, historia y leyenda. Algunos tienen espectaculares capillas y mausoleos, otros se encuentran situados en parajes naturales increíbles, y en otros descansan ilustres celebridades.
Sea como fuere, para los viajeros más atraídos por estos lugares cargados de memoria, hay algunos camposantos imprescindibles que merece la pena pisar. Estos son 11 de los cementerios más famosos del mundo.
Cimetière du Père Lachaise (Francia)
Situado en París, se trata del cementerio más visitado del mundo, con más de un millón de visitantes anuales. Su fama no solo se debe a sus pasillos empedrados, arboladas aceras y elegantes mausoleo, sino a la gran cantidad de celebridades que yacen bajo su suelo.
Entre los residentes más notorios del Cimetière du Père Lachaise se encuentran franceses como Édith Piaf, Frédéric Chopin, Molière, Honoré de Balzac, Marcel Proust, Camille Pissarro y Georges Seurat. Pero también ilustres de otras nacionalidades como Oscar Wilde, Gertrude Stein y Jim Morrison.
Cementerio de La Recoleta en Buenos Aires (Argentina)
Ubicado en el barrio porteño del mismo nombre y fundado en 1822, el enorme cementerio urbano de la La Recoleta muestra la espléndida arquitectura de una época dorada y de prosperidad económica para la capital argentina. Son destacables su esculturas de ángeles, suntuosas bóvedas y mausoleos de estilos art déco, art nouveau, barroco y neogótico. En total hay más de 6.000.
Sus estrechas callejuelas laberínticas albergan el descanso eterno de muchos personajes famosos, como la cripta de mármol negro de Evita Perón.
Además de su luz dorada y hermosas construcciones, el cementerio argentino más famoso está plagado de curiosidades: una de las más conocidas es la de Liliana Crociati, que murió durante su luna de miel y a quien sus padres le construyeron una bóveda donde imitaron de forma exacta su dormitorio y colocaron su escultura en la entrada, luciendo el traje de novia con el que fue sepultada y acompañada por su perro. David Alleno, cuidador del cementerio, ahorró toda su vida para tener allí su propia lápida.
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Cementerio de Highgate en Londres (Reino Unido)
Cuentan que un vampiro ronda el camposanto londinense de Highgate, uno de los cementerios victorianos más bonitos del mundo. Muestra unas increíbles vistas de Londres, está cubierto de hiedra, tiene tumbas de estilo gótico y entre sus 170.000 muertos, destacan figuras como la de Karl Marx o la del exespía ruso asesinado Alexander Litvinenko, que fue enterrado en un ataúd revestido de plomo por el nivel de radiactividad en su cuerpo.
Highgate está poblado por delicias arquitectónicas como la Avenida Egipcia, el Círculo del Líbano o la Catacumba Terrace. Te quedarás prendado de su vegetación frondosa y sus joyas victorianas. Lo suelen rondar ocultistas por sus leyendas vampirescas.
Cementerio Okunoin de Koyasan (Japón)
Este cementerio nipón situado en el bosque del monte Koya tiene más de 200.000 tumbas y 100 templos: es el cementerio más grande de Japón y un lugar sagrado de peregrinaje budista.
Entre sus tumbas se encuentra la de Kobo Daishi, monje budista, estudioso, poeta y artista, conocido fundador del budismo shingon o escuela mantra. La puerta de entrada a su mausoleo está adornada con 10.000 linternas, mientras que los monjes le sirven dos comidas rituales al día.
En Japan Experience explican que según las creencias shingon, no hay muertos en Okunoin, sino espíritus a la espera. Sus almas pueden aparecerse a los que andan descuidados. La gente acude sobre todo el día del Obon, cuando se celebra el Rosoku Matsuri y los monjes de Koyasan encienden miles de velas en los caminos de este enclave sagrado.
Antiguo cementerio judío de Praga (República Checa)
Podría afirmarse que en el antiguo cementerio judío de Praga hay overbooking, o casi. Las tumbas se amontonan prácticamente unas sobre las otras, y el musgo ha colonizado el caos de lápidas,
Este camposanto judío fue usado desde el siglo XV hasta 1787. Su tumba más antigua, la de Avigdor Kara, data de antes de 1439. La cantidad de tumbas es incierta, puesto que existen varias capas: se calcula que hay visibles unas 12.000 y que 100.000 judíos descansan en este cementerio.
De acuerdo con la Halajá, los judíos no deben destruir tumbas ni transportarlas a otro lugar, lo que explica su irregular disposición y el caos imperante, hoy reconquistado por la naturaleza.
Algunas de las personas ilustres allí enterradas son Mordecai Maisel (1601), Rabbi Judah Loew (1609), David Gans (1613), y David Oppenheim (1736).
Cementerio de Luarca en Asturias (España)
Dicen que los muertos de Luarca son los que tienen mejores vistas. En este pequeño pueblo pesquero del concejo de Valdés, en el Principado de Asturias, se encuentra uno de los cementerios más antiguos y hermosos de la costa cantábrica, donde descansa Severo Ochoa, premio Novel de medicina y fisiología en 1959.
Situado en la Atalaya, frente a la costa asturiana, el cementerio de Luarca, de blanco inmaculado, brinda vistas de postal, entre olor a salitre, el ruido de las olas que golpean los acantilados a los pies del camposanto, y el aroma a pinos y salitre.
Cementerio alegre de Sapantza (Rumanía)
Sin duda, el cementerio alegre de Sapantza en Rumanía, a 8 kilómetros de la frontera con Ucrania, no se parece a ningún otro que hayas visitado. Destaca su explosión de color y poesía: allí la muerte no es lúgubre sino que invita a la vida de un modo lírico y original.
Si en la sociedad europea la muerte está empapada de un carácter solemne, en este cementerio el concepto es luminoso. Está de hecho conectado a la cultura dacia, cuyos postulados remiten a la inmortalidad del alma y a la muerte como momento de esperanza hacia una vida mejor. Los poemas buscan destacar la verdadera vida del difunto, ya sean problemas con la bebida, líos de faldas y cualquier otro desliz.
Los orígenes del camposanto guardan relación a Stan Ioan Patras, un artista local que empezó en 1935 a esculpir las lápidas con su peculiar estilo, a caballo entre la viñeta satírica y las imágenes de las vidas de santos. En los sesenta ya había 800 lápidas con cruces de madera de roble. Su fundador también descansa en el cementerio más alegre del mundo.
Cementerio Mirogoj en Zagreb (Croacia)
Nadie tiene cerradas las puertas del cielo en el cementerio croata de Mirogoj, creado en 1876 y donde están enterrados miembros de todos los grupos religiosos: católicos, musulmanes, ortodoxos, judíos, protestantes y miembros de la Iglesia de los últimos Días. Incluso existen tumbas interreligiosas.
Uno de sus principales atractivos es su hermoso entorno natural: tiene un total de 20 cúpulas verdosas, una gran hilera de arcadas neorrenacentistas de 500 metros de largo y muros altos cubiertos de frondosa hiedra. Como curiosidad, hay muchas tumbas abiertas de gente viva que todavía tienen la fecha de nacimiento.
Cementerio Monumental de Staglieno en Génova (Italia)
Si eres un amante del arte, muchos consideran a Staglieno como el cementerio más bonito del mundo, gracias a la presencia de ricas esculturas e increíbles obras artísticas.
Es uno de los camposantos más grandes de Europa, ya que tiene más de un kilómetro cuadrado de superficie, está situado en una colina y fue inaugurado en 1851. Sus delicados jardines fueron diseñados por el arquitecto genovés Carlo Barabino, entre los que existe incluso un calco del Panteón de Agripa.
En Staglieno reposan Constance Lloyd, Fabrizio De André, Nino Bixio y Giuseppe Mazzini. Entre los escultores que tienen obras en él se encuentran Leonardo Bistolfi, Giulio Monteverde y Edoardo Alfieri.
Necrópolis de Cristóbal Colón en La Habana (Cuba)
Aunque hay más de 20 cementerios en La Habana, la Necrópolis de Cristóbal Colón es el camposanto más célebre y dónde se da sepultura a 8 de cada 10 habaneros que faellecen. Tiene una increíble puerta de entrada de estilo bizantino y un tamaño colosal: 57 hectáreas y alrededor de 56.000 mausoleos, y las lápidas de Alberto Yarini, Eugenio Casimiro o Amelia Goyri.
Brilla por su gran cantidad de esculturas y obras de arte funerario, suntuosos panteones y recreaciones a escala de las mansiones coloniales. Una de las más visitadas es la tumba de La Milagrosa, una dama de la alta sociedad llamada Amelia Goire de la Hoz. Brilla la presencia del mármol de Carrara por toda la extensión. Está considerado Monumento Nacional de Cuba.
Cementerio José María Azael Franco Guerrero en Tulcán (Ecuador)
Este cementerio destaca por contar con más de 300 esculturas talladas en ciprés, contrastando con las tumbas blancas. Han sido creadas por José María Azael Franco Guerrero, en el cementerio que lleva su nombre en Tulcán (Carchi) y replican figuras precolombinas, agustinas y árabes. Esta obra, realizada con el árbol funerario por excelencia y situada en la parte frontal izquierda del camposanto se llama Altar de Dios, mientras que los jardines laterales conforman el Parque de los Recuerdos
Desde 1936 las tijeras de este habilidoso jardinero podaron dioses incas y mayas, figuras egipcias, arquetipos grecorromanos o animales. Un atractivo que muestra cómo muerte, vida y naturaleza se dan cita en este cementerio ecuatoriano.
Desde National Geographic destacan que en la Ruta Europea de Cementerios, de interés cultural, hay unos 20 camposantos españoles destacados como el Cementerio Municipal de Granada, el de Ciriego o el de Comillas en Santander. En muchos de ellos como el de La Almudena o el de Valencia existen rutas y visitas guiadas.