Las aerolíneas se vieron obligadas a hacer cambios drásticos en 2020, como despedir a pilotos, recortar rutas y almacenar indefinidamente cientos de aviones en el desierto.

Una de estas instalaciones es Pinal Air Park, en Marana (Arizona), una pequeña localidad situada a unos 145 kilómetros al sureste de Phoenix.

Cientos de aviones de todo el mundo volaron en 2020 al aeródromo de 840 hectáreas.

Con la afluencia, Pinal tuvo que tomar precauciones especiales para garantizar que las aeronaves estuvieran listas para volar una vez que los viajes se recuperaran.

Por ello, Ascent Aviation Services (AAS) –el mayor proveedor de servicios aeronáuticos del aeródromo– tuvo que reforzar su plantilla para mantener las llegadas constantes.

El CCO de la compañía, Scott Butler, señala a Business Insider que a partir de marzo de 2020, los aviones llegaban a razón de uno por hora, lo que requería más de 150 mecánicos adicionales.

Se construyeron aparcamientos adicionales para albergar los cientos de aviones, que siguieron llenándose en 2021 con reactores procedentes de lugares como Estados Unidos, Corea del Sur, Reino Unido, Australia y Canadá.

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