He viajado en el tren más lujoso de Europa: así ha sido mi experiencia

Hace poco viajé en el Venice Simplon-Orient Express, uno de los trenes más lujosos del mundo.

Este lujoso tren nocturno está compuesto por vagones de casi 100 años de antigüedad de la emblemática flota del Orient Express, y recorre Europa en diez rutas diferentes con destinos desde Italia hasta los Países Bajos.

Para mi viaje en el tren, de Francia a Italia con paradas en Suiza, naturalmente, tenía que llevar mi cámara.

Desde el momento en que subí a bordo hasta que desembarqué, tuve unas vistas impresionantes, desde el carrito del bar hasta la ventana de mi cabina.

A bordo del Venice Simplon-Orient-Express, las vistas son espectaculares.

Viajé a bordo del lujoso tren compuesto por vagones históricos del Orient Express de París a Venecia en una ruta a través de Suiza y vi paisajes asombrosos.

La ventana de mi cabina se abría hasta la mitad, por lo que pude obtener vistas despejadas del entorno que me rodeaba.

Vi los majestuosos Alpes suizos por primera vez.

Mientras pasábamos por pequeños pueblos, me preguntaba cómo sería vivir en medio de la cordillera.

De vez en cuando, el tren se detenía entre 15 y 20 minutos, y yo podía salir para ver más de cerca lo que me rodeaba.

Las vistas del amanecer eran especialmente impresionantes.

A medida que nos adentrábamos en Italia, el paisaje iba cambiando.

Aunque todavía había montañas, la nieve desapareció y la arquitectura se volvió mucho más colorida.

Durante todo el viaje, mirar por la ventanilla fue tan entretenido como ver la televisión, pero sin dolor de cabeza.

Incluso en el interior, las vistas eran espectaculares. Con un diseño art-deco uniforme, el ambiente era formal desde el momento en que subí a bordo.

Las cabinas y suites son maravillosas. Todos los muebles y detalles decorativos parecen haber sido pensados con esmero.

El servicio incluye grandes y pequeños lujos, como el té de la tarde.

Los vagones comunes de los restaurantes al bar parecen diseñados en los años veinte.

Y por la noche, el vagón bar cobraba vida. Los músicos tocaban y los pasajeros se vestían de punta en blanco. Me sentí como si viajara en el tiempo.

En mi primer viaje en tren de lujo, cada detalle me pareció espectacular.

Y creo que nunca lo olvidaré.

Andrea Gómez Bobillo

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