La importancia de invertir en ti

Si no te sientes valioso y merecedor, es probable que te cueste invertir en ti. Sin embargo, comenzar a hacerlo te acercará a esas metas y a esa vida que tanto has deseado lograr. Mira por qué.

Quieres arreglarte los dientes o realizarte un cambio de look, necesitas acudir a terapia o te encantaría seguir ese curso de cocina que imparten cerca de tu casa. Sin embargo, siempre encuentras una buena excusa para posponer estos gastos, para restarles importancia y, en definitiva, para no invertir en ti.

Son muchas las personas que enfrentan a diario estas dinámicas de autosabotaje por parte de su propia mente. Saben con claridad lo que desean o lo que necesitan, pero nunca se lo ofrecen. Sienten que no tienen dinero (pero si se paran a pensarlo, han gastado más en el café diario del último mes que lo que necesitarían para ese propósito mayor). Sienten que no tienen tiempo (pero con frecuencia se descubren desperdiciando las horas frente a la pantalla).

¿Por qué nos cuesta tanto decidirnos a mejorar nuestra vida? En realidad, suele operar de fondo un sentimiento de falta de merecimiento bien arraigado desde temprana edad. Si te sientes identificado con lo anterior, queremos ayudarte a tomar conciencia de la importancia de no seguir dejándote de lado.



Toma acción y comienza a invertir en ti

La buena noticia es que esta tendencia a desechar tus propios propósitos puede revertirse. La mala noticia es que para ello has de pasar a la acción. Sin embargo, conocer los beneficios que dar ese primer paso puede reportarte, tal vez te motive. Por eso, te los mostramos a continuación.

Sales de tu zona de confort

Es común que muchos de esos objetivos que tanto deseamos llevar a cabo impliquen salir de nuestra zona de confort. Si nunca has acudido a terapia, tal vez te dé miedo que no resulte efectiva o que te confronte con aspectos que llevas tiempo reprimiendo. Si nunca te has decidido a aprender cocina de forma profesional, quizá temas no estar preparado o no ser lo suficientemente bueno.

Son estos temores -que no siempre logramos identificar- los que nos frenan y nos mantienen en esa zona de confort nada confortable. Pues, seamos claros: sabemos que la autorrealización está más allá de los miedos. Así, decidirte a invertir en ti constituirá ese salto de fe que te sacará de ese lugar que ya te ha quedado pequeño.

Comienzas a priorizarte

Realizar una inversión en tiempo, en dinero o en cualquier otro nivel manda un importante mensaje a tu inconsciente: yo lo valgo. Cuando te decides a realizar un cambio que implica algún tipo de esfuerzo, te estás poniendo como prioridad por primera vez. Así, estás rompiendo de forma práctica con esas creencias que te dicen que es mejor gastar el dinero en otros, o perder tu tiempo en ocio, antes que dedicarlos a tu mejora personal.

Podemos decirnos una y otra vez que somos merecedores de lo bueno de la vida, pero si no nos lo demostramos con acciones, esas palabras quedan vacías. De este modo, invertir en ti es comprometerte a darte el valor que mereces.

Dejas de procrastinar

Muchos profesionales pueden dar fe de que cuando una persona no paga por un producto o servicio, es mucho más probable que no lo finalice, que lo abandone o lo desaproveche. Por esto, al realizar una inversión nos estamos dando el impulso que necesitamos para dejar de procrastinar.

Si con frecuencia inicias proyectos y los dejas a medias, pierdes la motivación y nunca terminas de concretar tus objetivos, realizar una inversión te ayudará a dejar de hacerlo.

Mejora tu autoestima y autoconfianza

Por último, el mayor beneficio que tiene invertir en ti es el de descubrir cuán valioso y capaz eres. Hasta ahora no te has dado la oportunidad de demostrártelo, de ponerte a prueba, pues los temores y las excusas han podido más. No obstante, en el momento en que te decides a arriesgar tu tiempo, tu dinero y tu seguridad, presionas también el acelerador de tus propias capacidades.

Aunque inicies con miedo, en el proceso verás que valió la pena, y esto te dará la motivación para continuar realizando cambios positivos. De esta manera, ese primer paso que tanto cuesta dar es el que posibilita que se sigan dando grandes avances.

Invertir en ti es un acto de amor

En definitiva, se trata de cambiar la perspectiva: no gastas el dinero ni desperdicias el tiempo, lo inviertes. Esto implica entender que el fin el valioso y que los beneficios que reportará superarán con creces esa inversión. Al tomar esta decisión, te estás haciendo una declaración de amor, una declaración de intenciones: eres importante para mí y voy a apostar por ti.

No es sencillo realizar este cambio de paradigma; la mente se resiste y nos ofrece miles de excusas y posibles riesgos que nos invitan a no atrevernos. No obstante, una vez que comiences todo cambiará, pues estarás cambiando tu visión de ti.

Así, apúntate a ese curso, realiza ese tratamiento, inicia tu proceso de terapia o, simplemente, cómprate esa camisa que tanto te favorece. Cada pequeña acción diaria puede ayudarte a aumentar el sentimiento de merecimiento y permitirte mejorar tu vida.

Elena Sanz.

Deja una respuesta