El mundo emocional es algo así como una obra de teatro. Cada emoción es necesaria para que la función vaya bien; al mismo tiempo, un mal papel de una de ellas puede dar al traste con la obra.
Si tuvieras que elegir una emoción, ¿por cuál te decantarías? Para muchos, el estado emocional más nutritivo, poderoso y transformador es sin duda el amor. Para otros es la calma, esa experiencia de equilibrio y satisfacción absoluta en la que la vida por un momento no nos pincha con ninguna de sus aristas, con ninguno de sus pesos y distorsiones.
Sea como sea, hay un hecho. Todo el espectro de emociones es básico, decisivo e importante para el ser humano. Sin embargo, aquellas de valencia positiva son nuestro motor cotidiano y la luz que alumbra nuestra motivación, esperanza y conexión con nuestro entorno. Pasión, inspiración, curiosidad, alegría… ¿A quién no le agradaría abrazarse a ellas para siempre?
Sabemos que no es posible, que en el día a día las tristezas, las angustias y las decepciones ponen a prueba nuestra capacidad de adaptación. Sin embargo, comprender la esencia de los estados emocionales más gratificantes nos puede permitir saber cómo propiciarlos, cómo despertarlos en nosotros para alcanzar el bienestar mental.
“Así como los nenúfares se retraen cuando la luz del sol se desvanece, nuestras mentes también lo hacen cuando la positividad se desvanece”.
-Barbara Fredrickson-
Emociones positivas más importantes y su explicación
Una de las mayores expertas en el campo de la psicología positiva es Barbara Fredrickson. Podríamos decir que gracias a la investigación de esta profesora de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (EUA) se abordó por primera vez de un modo científico y objetivo el campo de las emociones positivas.
Hasta principios de los años 90 nadie había profundizado en las funciones y objetivos de estos estados psicobiológicos. La doctora Fredrickson demostró que dichas experiencias son clave para desarrollar nuevos aprendizajes, asentar nuevos conocimientos y comportamientos y consolidar nuestras relaciones.
Las emociones positivas son la chispa que hace posible la vida y que consolida el bienestar y el crecimiento humano. Actúan como un impulso cognitivo que facilita el poder construir y transformar la realidad. Por ello, en un estudio publicado en el 2021, se detallaron las emociones positivas más importantes, esas que deberíamos promover. Las analizamos a continuación.
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1. El goce, la capacidad de experimentar placer
¿Qué te confiere placer, disfrute, deleite y satisfacción? El gozo es lo opuesto al dolor y se alza como ese estado emocional que nos aporta plenitud y felicidad. Es un estado breve, como el que siente un niño al comerse un helado, como el que experimentamos al leer un libro o practicar sexo. Hay actividades sencillas, básicas y enriquecedoras que nos hacen experimentar un bienestar gratificante.
2. La inspiración, nuestros motivos para vivir
La inspiración es la capacidad de hallar objetivos, conceptos y referentes que nos infunden curiosidad, pasión, ganas de experimentar, de aprender, de imitar y hasta de trascender. Es el aliento que mueve a la acción, que nos transmite energías, fuerzas, nuevos intereses con los que actualizarnos y seguir avanzando.
Una investigación de los psicólogos Todd M. Thrash y Andrew J. Elliot, por ejemplo, incide en que esta emoción actúa como un constructo decisivo para el bienestar.
“Las emociones positivas abren nuestros corazones y nuestra mente, nos hacen más receptivos y más creativos”.
-Barbara Fredrickson-
3. La alegría, la chispa cotidiana que no puede faltar
¿Qué es lo que te da alegría? ¿Qué hace cosquillas a tu corazón, regala endorfinas a tu cerebro y dibuja sonrisas en tu rostro? En nuestra cotidianidad hay tareas que son imprescindibles: trabajar, alimentarnos, descansar… Sin embargo, la alegría es el oxígeno que no puede faltar en tus jornadas, y encontrarla es algo sencillo. Promuévela.
4. La serenidad, la calma interna
Hablábamos de ella al inicio. Entre las emociones positivas más importantes no puede faltar la serenidad. Se trata de una sensación cargada de armonía, es un estado mental en el que nada externo ni interno nos altera o trae sufrimiento.
Esta emoción es la más anhelada, porque la mente serena es la que sabe hacer frente a la ansiedad, la que no sufre la turbación de las preocupaciones excesivas.
5. El asombro, la inocencia que no debemos perder
Es cierto, hay realidades que nos asombran cada día. Basta con asomarse a las redes sociales y ver cómo va el mundo. Sin embargo, hay otro tipo de asombro más estimulante y es el que podemos ver cada día en los niños más pequeños. Define esa capacidad para emocionarse ante las cosas más sencillas, es la virtud por ver el mundo desde la curiosidad, la apertura y la fascinación.
6. La esperanza, la confianza en el mañana
Los corazones y las mentes esperanzadas no son ingenuas. Esta emoción va más allá de la mirada optimista. Quien se aferra a la esperanza y la cultiva a diario, no espera que todo lo que le traiga el destino sea bueno y excepcional. Piensa que lo que tenga que venir tendrá sentido y podrá afrontarlo, confía en que a pesar de que todos navegamos en un océano de incertezas, el mañana será mejor.
7. El orgullo, la sensación de ser valiosos
Entre las emociones positivas más importantes que deberíamos cultivar y potenciar está el orgullo. Lejos de verla como esa entidad negativa de la que se desprende el egoísmo o el narcisismo, debemos entenderla desde una óptica más ajustada. No hay nada de fanfarronería en quien se siente orgulloso de sus logros, en quien reconoce sus competencias y las hace servir de manera eficaz.
Esta emoción confiere músculo a la autoestima al actuar como validador del yo.
“Emociones positivas, como el amor, la alegría y la gratitud, promueven acciones, ideas y vínculos sociales nuevos y creativos”.
-Barbara Fredrickson-
8. El interés por el mundo, la vida, por ti mismo
Barbara Fredrickson destaca en sus trabajos la importancia de esta emoción como clave para nuestro desarrollo y evolución. Ningún aprendizaje se consolidará si previamente no existe interés por descubrir ciertas áreas o informaciones nuevas.
La mente que se interesa empuja a la persona hacia la exploración, la motiva, la hace moverse de la seguridad a la novedad para ampliar perspectivas y conocimientos.
9. La gratitud, una reverencia al bienestar
Pueda que nos sorprenda, pero la gratitud es una habilidad primordial para desarrollar y mantener unos niveles óptimos de satisfacción, calidad de vida y bienestar emocional. Gracias a esta experiencia apreciamos desde la calidad de nuestras relaciones hasta nuestra propia existencia en este mundo.
Así que pregúntate… ¿De qué te sientes agradecido hoy?
10. El amor, el motor que mueve el mundo
¿Cuál piensas que es una de las emociones positivas más importantes? En efecto, no porque la hayamos dejado para el final es la menos relevante. Todo lo contrario. El amor es la energía que nos hace latir, crecer, sentirnos fuertes y valiosos. Sin esta fuerza vital, nos sentimos perdidos desde la infancia, y no basta solo con recibirla, también hay que saber ofrecerla.
El amor es el pegamento social que consolida nuestros vínculos y también ese cristal desde el que mirar el mundo en cada uno de sus detalles. Solo quien observa la vida desde el amor, es capaz de dar siempre lo mejor de sí mismo. Esto, como bien sabemos, revierte de manera directa en nuestro bienestar físico y emocional.
¿Y si empezamos a focalizarnos en promover un poco más estos estados emocionales? Los beneficios son indudables. Hagámoslo posible.