Las lágrimas son tu navaja multiusos: por qué lloras cuando estás agotado, triste o enfermo

Llorar brinda numerosos beneficios que no siempre tienen que ver con expresar la tristeza y aliviar esta emoción a través del llanto. Probablemente hayas derramado lágrimas tras un día agotador de trabajo, después de una situación estresante, al tener una discusión acalorada o al vivir un momento especial, como el nacimiento de un familiar.

Y no solo influye la parte psicológica: llorar también es la respuesta de tu cuerpo para liberar toxinas, mejorar la visión o matar bacterias ante una infección, entre otras funciones.

Desde The Conversation explican el curioso fenómeno detrás de las lágrimas, que actúan como un indicador físico de nuestro estado emocional interno, y en muchas ocasiones, ocurren cuando sentimos una tristeza intensa o una profunda alegría.

Explicado de forma rápida, las emociones fuertes activan el sistema simpático, relacionado con la respuesta de lucha o huida, mientras que llorar activa el sistema nervioso parasimpático, fomentando el bienestar y devolviendo tu cuerpo a un estado de calma.

Tal y como detallan desde la Universidad Autónoma de México, el llanto aumenta la frecuencia respiratoria y oxigena el cerebro. Además, con el llanto se activan cerca de 20 áreas cerebrales: cognitivas, de memoria y aprendizaje, de emociones y de interpretación para la valoración específica de la causa de las lágrimas.

Llorar tiene un componente neuroquímico cerebral: al hacerlo se liberan adrenalina, GABA, opioides, anandamida, vasopresina y oxitocina.

Sin embargo, no solo lloras al estar triste, sino también cuando estás cansado o estresado.

¿Por qué? El estrés crónico y la falta de descanso, o ante una época prolongada de dolor físico o emocional, el sistema simpático, administrado principalmente por la corteza prefrontal, permanece activado y en alerta, causando que el cerebro sea cada vez menos capaz de regular las emociones. Arrebatos de ira y lágrimas pueden desencadenarse incluso por pequeños incidentes.

Las personas que obtienen una puntuación alta en los rasgos de personalidad de empatía o neuroticismo tienen más probabilidades de llorar con más frecuencia. Además, en algunas ocasiones, el llanto excesivo es un indicador físico de que alguien sufre depresión, y que el cerebro está abrumado por el dolor emocional.

El llanto excesivo también puede ser una indicación física de depresión, ya que el cerebro está abrumado por el dolor emocional.



Los roles sociales de las lágrimas: lazos estrechos, simpatía y conexión con los demás

Las lágrimas también ayudan a crear y mantener lazos sociales, manifiestan a los demás que precisamos apoyo y ayuda, generan sentimientos de simpatía y mejoran las conexiones con el resto de las personas.

«No se sabe por qué lloramos en respuesta al dolor físico o a un trauma emocional o incluso en momentos de felicidad. Pero ya que somos seres sociales, puede ser una forma de manifestarle a los demás nuestro estado mental y buscar consuelo», explica el investigador científico de la BBC, Adam Rutherford.

Las funciones físicas de las lágrimas: mejoran la visión, depuran toxinas y combaten infecciones

Las lágrimas también pueden responder a estímulos puramente físicos. Las lágrimas basales son las que los ojos producen constantemente para estar siempre húmedos. Mejoran la visión al combatir la sequedad e impiden, como si de parabrisas se tratasen, que entren cuerpos extraños a los globos oculares. También pueden eliminar posibles gérmenes para la vista.

Llorar también puede producirse como acto reflejocomo cuando cortas una cebolla, o ser un síntoma común en enfermedades respiratorias como el resfriado, la gripe y el coronavirus. Cuando tienes una infección, los glóbulos blancos se movilizan para combatirla, inflamando los vasos sanguíneos del ojo y haciendo que los conductos oculares se obstruyan, provocando lágrimas.

Cuando tenemos una infección en el cuerpo, los glóbulos blancos se movilizan para combatir el bicho. Estos glóbulos blancos adicionales pueden inflamar los vasos sanguíneos del ojo, lo que hace que los conductos oculares se obstruyan y provoquen lágrimas.

Como curiosidad, deberías saber que, de media, se producen entre 55 y 110 litros de lágrimas al año,
según los cálculos de la Academia Americana de Oftalmología. Otro dato muy interesante es que la composición y el tamaño de las lágrimas varía según el motivo del llanto, algo que descubrió bajo la lupa la fotográfa estadounidense Rose-Lynn Fisherhat.

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