Hace bastantes años que el saldo vegetativo de España es negativo. Esto es, que muere más gente de la que nace cada 365 días. La primera vez que se registró un balance negativo en esta medición fue en 2016, aunque tal y como recoge CTXT, los cálculos del Instituto Nacional de Estadística auguran que el fenómeno persistirá al menos hasta 2070.
El último año del que hay datos completos es 2022: en ese ejercicio se registraron 329.251 nacimientos en España, lo que supuso un descenso del 2,4% respecto al año anterior (8.129 menos). La cifra sigue a la tendencia a la baja de la última década, y que solamente se interrumpió en 2014. Desde 2012, la caída ha sido pronunciada: la cantidad de nuevos bebés ha bajado un 27,6%.
Solamente tres regiones contabilizan más nacimientos que muertes
El crecimiento vegetativo fue negativo en 2022 en todas las comunidades, excepto en las ciudades autónomas de Melilla (410) y Ceuta (113), así como en Murcia (226).
Galicia lidera el saldo negativo (–20.501), seguida de Castilla y León (–17.882) y Andalucía (–15.995).
Otro dato relevante es que la disminución del número de nacimientos está aparejada por un retraso en la edad media de la maternidad, que en 2022 se situó en 33,1 años. Echándole un vistazo a la comparativa, una década atrás la media se situaba en 31,6.
¿Y qué hay de la mortalidad? El INE recoge que a lo largo de 2022 fallecieron en España 464.417 personas, un 3,0% más que en 2021. Mientras, la esperanza de vida se incrementó 0,06 años, hasta situarse en 83,08 años.
Gracias a la migración, la balanza demográfica podría equilibrarse: el INE pronostica que los movimientos de población permitirán que España sume un millón (954.497) de habitantes para el año 2035.