Por qué hay que dejar dormir a los adolescentes lo que necesiten

Vemos a los adolescentes como perezosos. Su necesidad de dormir hasta pasado el mediodía desquicia. «El que vale para trasnochar, también ha de valer para madrugar», les encanta recitar a muchos progenitores.

Lo que quizá no sepan estos padres es que estos curiosos horarios de sueño de su hijo quinceañero no son tanto señal de vagueria. En realidad atienden a cambios físicos que se producen en esta etapa de crecimiento.

Por qué necesitan dormir tanto

Los adolescentes necesitan dormir más porque están en una época de crecimiento físico, intelectual y emocional muy rápido. Dormir más favorece el desarrollo de su cerebro, así como los estirones de crecimiento físico. También ayuda a protegerlos de consecuencias graves como la depresión o el consumo de drogas, sostiene el pediatra Michael Crocetti, de Johns Hopkins.

Las investigaciones científicas demuestran que para funcionar al máximo, necesitan entre 9 y 10 horas de sueño al día. Esto es más sueño del que se necesitaba siendo un niño y es más de lo que se necesitará cuando sea adulto.

El sueño es un regulador de la conducta, la emoción y la atención. «Por ello, la calidad y la duración del sueño no sólo están ligadas al aprendizaje, a la consolidación de la memoria y al rendimiento académico, sino que también las alteraciones asociadas a un sueño inadecuado pueden propiciar problemas en la interacción familiar y social» enfatiza una publicación de 2020 de la Revista Española de Salud Pública.

Además, «los adolescentes experimentan un cambio natural en el ritmo circadiano«, comenta la experta en sueño de Johns Hopkins, la Dra. Laura Sterni. Esto hace que les resulte más difícil conciliar el sueño antes de las 11 p.m y tengan la necesidad de despertarse más tarde en la mañana.

«También participan los cambios hormonales debidos a la pubertad y los cambios en los procesos de regulación homeostático y circadiano del sueño, sobre todo el retraso del ritmo circadiano de la melatonina en el inicio de la pubertad», aclara el documento Sueño saludable: evidencias y guías de actuación de la Sociedad Española de Sueño.

De ahí que no solo sean las pantallas las que están generando adolescentes somnolientos. El inicio temprano de las clases, el aumento de las tareas, las actividades extracurriculares y, a veces, un trabajo a tiempo parcial son otros de los factores que están contribuyendo a la falta generalizada de descanso en los adolescentes, subrayan los expertos.

Datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y Familia (SEMG) relativos a 2023 cifran en más de la mitad (56,8%) de los adolescentes los que no cumple las horas de sueño recomendables, «lo que está afectando a su salud psicológica y física ya que su estado de ánimo es más irascible y su nivel de energía es más bajo para poder realizar deporte debido a los niveles de fatiga física y mental».

En este sentido varios países como Israel o Alemania han empezado a retrasar la hora de arranque de las clases 30 minutos. «Los estudio realizados al respecto han demostrado que se redujo a la mitad los problemas de conducta entre los escolares, mejorando así su rendimiento”, según los datos presentados en 2020 por el Grupo de Sueño y Cronobiología de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Cómo ayudarle a dormir lo suficiente

Para empezar conviene darles buenos hábitos de sueño, lo que incluye seguir un horario de sueño regular, reducir la cafeína por la noche y hacer ejercicio durante el día.

Limitar el uso de televisión, ordenador y móvil en la habitación y por la noche, es otra de las cosas que aconsejan desde la  Sociedad Española de Sueño. «Son activadores y su luz estimula el sistema nervioso central, empeorando la conciliación del sueño».

Desayunar al aire libre o junto a una ventana soleada ayuda a regular el reloj biológico del cuerpo, y con ello el ciclo de melatonina, lo que facilita que los adolescentes se despierten por la mañana y se duerman por la noche.

Los especialistas del Johns Hopkins recomiendan fomentar una breve siesta por la tarde. De entre 30 y 45 minutos si se sienten muy cansados. Asimismo aconsejan reorganizar las tareas. «Si tu hijo adolescente suele empezar a hacer los deberes después de las actividades de la tarde, ayúdalo a encontrar un momento más temprano para empezar. Si tiene demasiadas obligaciones puede requerir una reducción»

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